¿Nos sirve de algo la saga anime del Rey de los Monstruos?
Es una pena, pero a Godzilla 2: El rey de los monstruos no le fue tan bien en taquilla como se esperaba, y parece que habrá que esperar un poco más para ver su crossover en Kong vs. Godzilla. Ni hablar.
El punto es que te gustó más que la primera, y quieres más. Hay varias opciones: una de ellas es explorar en la red y saber qué películas japonesas están menos locas y ofrecen más acción kaiju (te recomiendo la original de 1954, Shin Godzilla de 2016, Mothra vs. Godzilla de 1964 y el festín Giant Monsters All-Out Attack de 2001) y la otra es explorar el peculiar anime que todavía puede verse en Netflix.
¿De qué trata la trilogía Godzilla en Netflix?
En corto, a TOHO y Netflix se les ocurrió que sería buena idea que la primera incursión de Godzillaal anime (increíble, pero cierto) fuera enviando al monstruo siglos en el futuro, donde no solo ha crecido de forma descomunal, sino que prácticamente es el absoluto líder de un abandonado Planeta Tierra. Los humanitos huyen de nuestro hogar al darse cuenta de que no pueden vencer tanto kaiju, pero 20 años después de vagar se dan cuenta de que deben regresar… según ellos para finalmente terminar con Godzilla.
El anime de Godzillaconsta de 3 películas: Planet of the Monsters (2017), City on the Edge of Battle y The Planet Eater (ambas de 2018). Hay que decir que el guión de Gen Urobuchi es interesante al no plantearse jamás este escenario para la franquicia, aprovechando lo que una serie anime de un presupuesto no tan elevado como un live-action podría lograr.
Entonces... ¿vale la pena?
La respuesta es complicada. Si eres fan-fan de Godzilla, podrías quejarte de los radicales cambios en el monstruo, aunque los guiños y las referencias a la saga son muchos y muy atractivos, así que al menos no te aburrirás al estar notando todos y cada uno de esos detalles.
Por el lado de la animación, si eres fan del anime y estás consciente de que a Japón le cuesta MUCHO trabajo hacer un buen producto que combine CG con animación tradicional, te toparás con animación acartonada en humanos (cuerpo y facciones), aunque con excelentes secuencias de combate con los kaiju.
Digamos que el final de The Planet Eater deja al espectador satisfecho, porque ciertamente –entre personajes humanos con poca profundidad y carisma, trama errante y animación con altibajos– la historia es atractiva y, aunque no es canon a la saga base, al menos no te hará sentir que perdiste tu tiempo, como con aquel bodrio americano de 1998.