Nunca pensé que lo diría: The Walking Dead está en un gran momento. The Calm Before, el episodio de hoy, es tal vez de lo mejor que hizo la serie desde aquellas muy buenas quinta y sexta temporada. ¿Por qué? ¿Tal vez los zombies son nuevamente el eje y se dejaron de lado las historias vacías de contenido? No, nada de eso, aún mejor: The Walking Dead se reinventó desde la historia hasta la estructura, siendo esto último la piedra fundacional de todo lo bueno.
Una tendencia que tuvo el show a lo largo de años y años fue dejar una escena MUY fuerte para el final de la temporada, para que esperemos unos meses su regreso resolviendo ese maldito cliffhanger que ya nos daba bronca porque jugaba con nuestra ansiedad y terminaba siendo como el cuento de Pedro y El Lobo: una mentira tras otra. The Calm Before es el penúltimo episodio y nos dio la escena más fría y cruda de la temporada, sin anestesia.
Un cambio de verdad en el andar de la serie.
Pero hablemos primero de todo lo sucedido en el episodio. El planteo del evento de la Feria en El Reino realmente fue una muy buena manera de disipar el terror que iba a acaecer en The Calm Before: los sobrevivientes (hasta hay representantes de Oceanside… increíble, mágicamente volvieron), de buen humor, predispuestos a la alegría cuasi eterna al firmar el tratado de buena convivencia, dan un halo de tranquilidad que será movida por la fuerza de la maldad misma.
Toda la festividad está en un momento de jolgorio total hasta que lo inevitable sucede: tres grandes de la serie como son Carol, Daryl y Michonne, junto a una patrulla completa (Yumiko parece que está escalando posiciones), dejan lo jocoso para aventurarse en lo que será lo devastador; necesitan cuidar sus espaldas, y por eso salen a darle una mano a Hilltop por la amenaza de Los Susurradores. Pero el gato se viste de ratón y entra en la madriguera: Alpha le quita la cabellera a la mujer de Hilltop que vemos al comienzo del episodio y se infiltra en la Feria como Deborah de Alexandria; está sola y la única persona con la que interactúa es Ezekiel; como las comunidades han estado separadas durante tanto tiempo, Ezekiel no sospecha aunque no la conozca; él le da un recorrido por la feria. Y ese es su peor error.
El movimiento de la líder de los nuevos enemigos es perfecto y letal: de esa manera elige a las víctimas de las comunidades para, de una vez por todas, marcar su territorio. Es un juego diabólico, el mismo que realiza con la patrulla antes mencionada: divide para conquistar. Atrapados en el llano por Los Susurradores, Carol, Daryl, Michonne y Yumiko serán testigos del castigo que Alpha tiene entre sus manos y del poder que los villanos manejan: por un lado, la líder le muestra a Daryl la horda que Los Susurradores pueden llegar a manejar para aplastar a sus enemigos, y es realmente preocupante; el sacrificio / advertencia que Alpha deja para los sobrevivientes al mostrarles el límite que los separa, las picas con cabezas de miembros de cada uno de los grupos.
Podemos ordenar a las víctimas por importancia y hasta por cariño: la producción de The Walking Dead hizo todo bien con las elecciones ya que limpió a muchos personajes poco importantes para el público y para el andar de la serie y, a su vez, algunos asesinados consolidan lo que será la Guerra contra Los Susurradores por odio y también por estrategia de las comunidades.
Si pensamos bien, Ozzy, Alek, DJ, Tammy Rose, Addy y Rodney son relleno. En cambio, el cuarteto Tara, Frankie, Enid y Henry son el todo, pequeño pero real: Tara cae y el que asciende es Daryl al ser líder de Hilltop y, finalmente, de todas las comunidades; Frankie era una de las esposas de Negan y vivía en Alexandria, su muerte afecta a la comunidad liderada por Michonne ya que el ex patriarca de Los Salvadores querrá venganza; Enid era necesaria como víctima ya que un médico siempre es importante; Henry despertará el dolor y posterior bronca de Carol.
De esta manera el frente de las comunidades contra Los Susurradores está más cerca que nunca.
Si bien dos momentos del episodio no nos gustaron ni estuvieron al nivel, como fueron la actitud tan tonta de Lydia al ver a su madre infiltrada en El Reino y no reportarlo, y el discurso horrible de Siddiq al final (no hacía falta hacer esa suerte de homenaje a los discursos de Rick… el episodio tendría que haber terminado ni bien se veían las picas), The Walking Dead está transitando un camino de ascenso tanto si nos referimos a historia como al trato con los fans: dejó de burlarse de nosotros y nos da episodios concretamente sustanciales.
No hay dudas: estamos nuevamente frente a una de las series del momento.