Por estas razones deberás desencadenar a Django

Django Unchained (2012), la séptima película de Quentin Tarantino, es un western. Aunque el director ya había hecho anteriormente guiños al género en otras películas, es la primera ubicada en la época y el lugar precisos para ser considerada como tal. Se vuelve un extenso homenaje a los espagueti westerns de los años 60; encontramos referencias en la fotografía, música y en la historia misma.

Tarantino mezcló los elementos del western con los de las películas de Blaxploitation de los años 70 (específicamente en las que se presentaba historias de “venganza” de parte de los esclavos afroamericanos). Esta combinación le permite a Tarantino entregar una película tan bellamente filmada y llena de violencia como es su costumbre.

Aquí presentamos 10 razones para revisitar esta gran historia.

Como ya dijimos, los westerns han sido una referencia siempre presente en todas las películas de Quentin. De ahí él tomó el Mexican Standoff que aparece en varios de sus films (esto es cuando tres o más personas se apuntan con un arma al mismo tiempo, como en The Good, The Bad and The Ugly de 1966 de Sergio Leone). Lleva la  iconografía al máximo, mezclándola con sus ideas más propias: sangre, humor negro, diálogos excelentes y música que seleccionó muy a ojo. 

Tarantino comenzó a escribir una idea que le venía dando vueltas en su cabeza 8 años antes y era simplemente la historia de un hombre negro que deja de ser esclavo y se convierte en un caza recompensas. Después de conocer y trabajar con Christoph Waltz (quien según el mismo director, es uno de los mejores actores que ha conocido), lo utilizó para delinear al personaje del dentista alemán caza recompensas, y así también la secuencia de inicio. Esta nos presenta el tono y el estilo que va tener la película: por un lado, imagen al estilo espagueti western; por otro, sangre, violencia y diálogos llenos de humor negro. En pocos minutos podemos conocer las cualidades de nuestros personajes principales, los cuales acompañaremos durante todo el relato.

Christoph Waltz es King, un dentista alemán hecho caza-recompensas. Para poder conseguir atrapar a los bandidos conocidos como Brittle Brothers, King “compra” a Django para que lo ayude en su cruzada. Al final el recibirá su libertad, un caballo y 75 dólares (15 por cada uno de los hermanos).

El personaje de King es frío, calculador y muy inteligente; conoce muy bien las mañas de los delincuentes que atrapa. Sí, está hecho a la medida de Waltz y, nuevamente, gracias a su excelente interpretación, ganó el Oscar, el Globo de Oro y el BAFTA.

El papel principal de la película es interpretado por Jamie Foxx. Django es un esclavo, que aparentemente ha vivido toda su vida en la esclavitud. Cuando es liberado por King, él le expresa que su objetivo es liberar a su esposa Broomhilda, esclava también, de la que fue separada tiempo atrás. Con esta premisa Tarantino despliega una historia que esta centrada en esas 2 aristas: por un lado King quiere atrapar a los Hermanos Brittle y Django quiere liberar a su esposa.

Una escena genial de esta película es la que ocurre cuando King y Django se enfrentan al Ku Klux Klan. Don Johnson, Jonah Hill y un grupo de supremacistas blancos tratan de matarlos por tratar bien a los negros y los emboscan en medio de un llano. Con un diálogo hilarante Tarantino hace de esta escena una burla a este movimiento.

Tarantino admitió que el villano de esta historia, Calvin Candie, fue más allá que todos los villanos de sus anteriores películas y que es el primero que ha escrito que no le gusta en nada… Es más: lo odió. No estaba pensado originalmente para Di Caprio pero cuando Leonardo, amigo desde hace más de 15 años de Quentin, mostró interés, ya estuvo adentro. Tarantino lo adaptó para que encajara con la edad y las características de Di Caprio. El resultado: uno de los villanos más memorables de la historia del cine contemporáneo.

Stephen es el fiel sirviente y amigo personal de Calvin, el que se encarga de poner en cintura también a los esclavos. Samuel L. Jackson logra una interpretación tan cómica como perturbadora; ahora con la ayuda del maquillaje se convierte en un señor de la tercera edad que pondrá en problemas a Django y a King con tal de quedar bien con su amo.

En la mayor parte de esta película de casi 3 horas de duración se menciona el nombre de Broomhilda, y queda claro que más que una venganza el objetivo de Django es recuperarla. Tarantino nunca deja que el espectador olvide la motivación del personaje principal y ella se vuelve la meta de la película, y cuando parece que la historia se desvía nuevamente ella vuelve a aparecer en escena. Tarantino así da una cátedra de cómo escribir una historia y calla nuevamente las voces de sus detractores que lo acusaban de no apegarse a una historia lineal. Para lograrlo, el papel de Broomhilda debía ser interpretado por una mujer que fuera el objeto del deseo, no solo de Django sino de todos sus “dueños”, y Kerry Washington encarna perfectamente el papel.

El último acto de esta película es una genialidad del cine de acción, muy en el tono de las películas de vaqueros: todo se tiene que definir en una gran balacera en la que solo algunos podrán redimirse y otros tendrán que sacrificarse. Un gran final para una gran película llena de emoción y drama.

Tarantino nuevamente nos entrega una verdadera obra maestra. Una perfecta combinación entre western y Blaxpoitiation era algo que solo él podía hacer. Podemos decir sin dudar que estamos ante una de los grandes westerns de toda la historia. La forma en la que Tarantino desarrolla la historia llenándola de capas que se enredan y que al final se resuelven sin perder de vista el objetivo principal, la vuelven un libro de texto para todo aspirante a escritor y a todo fanático del séptimo arte.