5 motivos para pensar que el spin-off es mejor que Breaking Bad

Algunos pensaban que Better Call Saul iba a ser una precuela lineal para encajarse de manera perfecta con Breaking Bad como el final de Rogue One con la primera película de Star Wars. Pero, si bien todavía no sabemos cómo va a terminar, Better Call Saul no es ese tipo de spin-off; es una historia propia.

Antes de que lo piensen, ya sé que sin Breaking Bad no existiría Better Call Saul, pero el nivel que está alcanzando esta serie hace que nos preguntemos si no iguala o supera el de su antecesora. Y es que Vince Gilligan parece haber tomado todo el trabajo espectacular que llevó a cabo en Breaking Bad para superarse a sí mismo y realizar una serie en la que potencia todo su conocimiento técnico y narrativo.

Entonces, ¿Better Call Saul es mejor que Breaking Bad? Aquí algunos motivos para pensar que sí.

Walter White tenía los días contados; su enfermedad le dio una cantidad limitada de tiempo para armar su fortuna y dejársela a su familia luego de su inevitable muerte. Esto le dio a Breaking Bad cierta necesidad de terminar la serie de una manera específica a la que Better Call Saul no se tiene que enfrentar.

En vez de esta historia fatal y dramática, Better Call Saul se trata, superficialmente, de un perdedor adorable que intenta convertirse en abogado. Sin embargo, si la pensamos con más detenimiento, es un hermoso retrato de un alma obstinada a encontrar su propia identidad a través de las relaciones que mantiene con sus seres queridos.

Por eso, comparándola con Breaking Bad, Better Call Saul conlleva una historia más profunda, más reflexiva y hasta más humana.

El ritmo de Breaking Bad fue bastante peculiar; tuvo varias horas llenas de acción seguidas por capítulos más chicos y auto-contenidos como el famoso Fly.

Pero el ritmo de Better Call Saul es aún más raro. Y digo raro porque no es usual que una narrativa lenta sea tan buena. Por ejemplo, en la serie es común encontrarse con varias escenas y pasajes en los que ningún actor emite palabra, en su lugar, la visual hace todo el trabajo. Y en este sentido, Better Call Saul tiene la confianza necesaria para tomarse el tiempo de desarrollar los personajes y sus relaciones sin necesidad de avanzar rápido para no perder la atención del espectador.

Además, si pensamos en el panorama televisivo actual que está saturado de series que hacen cualquier cosa con tal de llamar la atención, quizás lo más notable de Better Call Saul es que se destaca por su simpleza narrativa y silencio desafiante. Y eso es alucinante.

Better Call Saul es bien consciente de los parámetros de su trama. Esto no quiere decir que Breaking Bad haya divagado en su historia; al contrario, fue una serie que nunca perdió el hilo narrativo de sus personajes. Sin embargo, siempre estuvo enfocada en profundizar el drama principal de Walter White. Ojo, si hubiera explorado el lado cómico de sus situaciones seguramente hubiera tenido mucho por abarcar y no estoy segura de cómo hubiera funcionado eso.

En cambio, Better Call Saul no tiene que sostener el estandarte de el mejor drama de la historia y se puede dar la libertad de desarrollar la mirada divertida de la tristeza inherente en sus personajes.

Breaking Bad siempre estuvo centrada en Walt y Jesse. Sí, también expandió y complementó esta relación con personajes como Hank, Skyler, Gus y hasta Walter Jr. de una forma en la que sólo Vince Gilligan es capaz de sacar adelante en una serie, pero siempre estuvo estrictamente orientada al ahora famoso dúo.

Better Call Saul, por el contrario, introduce personajes que adquieren más protagonismo con mayor rapidez, especialmente Kim. Mientras que en un principio estuvo por detrás de Jimmy, desde que se fue de HHM se posicionó como el tercer protagónico de la serie junto a Mike.

En tan solo dos temporadas y un poquito de una tercera, la relación de Jimmy con ellos (y la del resto de los personajes entre sí) mantiene mayor dinamismo y evolución que los personajes de Breaking Bad a lo largo de cinco entregas.

Probablemente recuerden a Breaking Bad por sus momentos de ultra violencia. Desde Walt y Jesse desintegrando un cuerpo en ácido en la primera temporada hasta la muerte de Gus Fringe en la temporada 4, Breaking Bad siempre se encargó de dejar evidencias extremas de su postura. En Better Call Saul hay gente ‘mala’ (o, al menos, con malas intenciones) pero ningún personaje lleva a cabo los mismos actos de violencia y con la misma temeridad que sus contrapartes en Breaking Bad. Esta habilidad de retener la violencia hace que los pocos momentos de brutalidad en Better Call Saul sean mucho más severos, significativos y apreciados.