5 motivos por los que la segunda temporada no fue lo que esperábamos - Spoiler Time

5 motivos por los que la segunda temporada no fue lo que esperábamos

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Los desaciertos que al igual que Eleven nos dejaron 'medio felices'.

Con la ausencia del efecto sorpresa y la presión que generó el éxito mundial de la serie, los hermanos Duffer se enfrentaron al desafío de concebir una secuela que funcionara igual de fantástica que su antecesora. Para ello debieron necesariamente expandir el universo ficcionario: más personajes, locaciones, historias paralelas y referencias ochenteras. Sin embargo, la acumulación de ingredientes les terminó jugando un poco en contra, volviéndose repetitiva, autoreferencial e irregular.

Como sabemos que más no es siempre mejor, en esta nota enumeramos las causas por las que creemos que Stranger Things 2 no cumplió con su cometido.

1 El ritmo

La temporada tarda demasiado en arrancar y se pierde entre narrativas poco relevantes antes de tomar un rumbo fijo. Recién en el episodio 5, donde las líneas paralelas comienzan a confluir en torno al peligro más urgente, es que podemos sentir algo de acción. Los flashbacks de Eleven sobreviviendo en el bosque o las reiteradas escenas de Will perturbado por sus visiones no logran mantener nuestro interés. Sin dudas, 9 capítulos han sido demasiado para una historia que se podría haber resuelto en menos tiempo contando con una adecuada edición.

2 Los nuevos personajes

La decisión de ampliar la serie través de varios arcos narrativos no solo ha repercutido en el ritmo de la serie, sino que el desarrollo de algunos de los nuevos personajes también se vio considerablemente afectado

La incorporación de los hermanastros Max y Billy produce una estela de misterio acerca de su pasado que termina desinflándose rápidamente. A pesar de habernos maravillado por su personalidad fuerte y segura, el papel de Max se limita a reproducir la misma crisis grupal que provocó el enamoramiento de Mike por Eleven, sumado a los celos de ésta última (otra vez, la ficción cayendo en los clichés del género). En cuanto a Billy, el clásico adolescente abusivo que hemos visto en varias obras de Stephen King, no demuestra ser un personaje con matices y la mayoría de las veces solo lo vemos manejando en un estado de furia.

Por otro lado, tenemos al extravagante e irritante periodista Murray Bauman, que además de no aportarle nada cautivador a la trama, sus escenas están teñidas por el intolerable vaivén amoroso de Nancy y Jonathan.  

Y por supuesto, no podemos olvidarnos del benévolo de Bob Newby, el novio nerd de Joyce. Interpretado por Sean Astin—famoso no solo por haber sido Sam en la trilogía de El Señor de los Anillos sino por protagonizar uno de los filmes más influyentes de la serie como fue Los GooniesBob quizás representa el único de estos nuevos personajes con el que los espectadores podían sentir cierta empatía. Sin embargo, los creadores lo desechan apresuradamente para dejarle el terreno libre al inminente romance entre Hopper y Joyce.

3 Un argumento poco innovador

Es evidente que de todas las referencias audiovisuales que la segunda temporada de Stranger Things toma para darle forma a su relato, de la que más bebe es de ella misma. Con mejores recursos visuales pero una historia menos ingeniosa, la trama recorre los mismos temas que la primera: la vida de Will en peligro, una niña que llega para hacer tambalear los vínculos del grupo, una amenaza terrible y desconocida, la desesperación incontrolable de Joyce y Eleven resolviendo todo a último momento. De hecho, no podemos pasar por alto que la escena de Will dibujando el interminable mapa de Hawkins mientras su madre coloca una por una las hojas en las paredes de la casa, no es más que un refrito de las luces de navidad y el abecedario.

Una buena alegoría para definir el carácter autoreferencial de la segunda temporada, la podemos encontrar en el episodio en que Lucas le cuenta a Max toda la experiencia vivida por el grupo y ella le contesta que esperaba más originalidad. Te entendemos, nosotros también.

Stranger Things

4 Eventos inverosímiles

Situaciones como las de Joyce ubicando en su debido lugar un dibujo casi idéntico a los otros cientos que cuelgan de las paredes o la de dos adolescentes como Nancy y Jonathan engañando a un organismo secreto gubernamental, juegan bastante con nuestra credibilidad.

Los laberintos narrativos en los que los creadores deciden adentrarse, deberían poder resolverse de una forma inteligente y no apostar por una complacencia injustificada de los espectadores.

Fuente: Netflix

5 La pandilla dividida

Uno de los puntos fuertes de la primera temporada tenía que ver con el poder que emanaba la unión del team infantil para proteger a Eleven e intentar rescatar a Will del Upside Down. Este año, los personajes se separan y son muy pocas las escenas en las que podemos disfrutar de las aventuras de nuestra pandilla favorita. Más allá de que la división nos permitió conocer la faceta sensible y protectora de un personaje tan chocante como Steve, creemos que hacernos esperar hasta el final para verlos a todos unidos le ha restado potencia a la trama.

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