6 mujeres para NO enamorarse

Cada vez que realizo un trámite para la burocracia gubernamental de turno me hacen rellenar los siguientes casilleros en la hoja de papel correspondiente.

* Nombre: Fernando Luis Lozano
* Identidad: xx.xxx.xx
* Nacionalidad: Argentina / Italiana
* Sexo: Masculino

Vale darle importancia al último dato: MASCULINO. Chicas, aunque no lo crean, los hombres de hoy día tenemos tendencia a mirar a las féminas desde otro plano más allá de lo físico: las actitudes, los gustos, los sentimientos..

Sí, lo interior también le interesa al masculino actual.

Al enfrentarme a Orange Is The New Black no pude dejar de hacer un análisis de los personajes.

En este artículo nombro 6 estilos de reclusas para que los hombres seguidores de It´s Spoiler Time sean advertidos si es que algún día se cruzan con alguna de ellas y caen en sus redes de amor.

PD: lógicamente, tendrán que utilizar la imaginación, ya que no sólo son personajes de ficción sino que, en 3 de los 6 casos, las chicas prefieren a las chicas.

Sin dudas, por lo menos desde mi punto de vista, es la más bonita de las chicas reclusas: muy hermosos ojos, labios, cuerpo. Todo. A su vez, es intelectualmente avanzada.

Pero… siempre el pero.

Imagínate que comienzas una relación con ella. Lo más probable es que, por su prontuario, te embauque de cualquier manera. Un ejemplo sería que te envía a comprar el desayuno:

– Amor, tráeme de esas tortas tan deliciosas que siempre compras.
– Sí, mi vida. ¿Juguito?
– No, gracias. Tomaré café.
– Perfecto. Te amo.

A la vuelta de la esquina, cuatro matones te esperan para cobrar físicamente la deuda que tu amada tiene con ellos por temas de apuestas.

Sí, así está el mundo, así sería la vida con Alex.

Ok, Red es genial: cocina. Y sí, muchachitos y muchachotes, no lo neguemos: las mujeres nos encantan con el físico, pero propio: panza llena, corazón contento.

Pero… otra vez, el pero.

Red es rusa. Sí, de la Madre Patria Rusia. O sea, mandona como ella sola. Ya en la cocina de la Penitenciaría Federal de Litchfield la podemos ver ordenando todo y a todos.

Imagínate:

– ¡A comer!
– ¡Excelente!
– ¡Lávate las manos!
– Acabo de hacerlo…
– ¡NO!
– Sí, en serio, acabo de…
– ¡NO TE HE VISTO!
– Pero…
– ¡¡¡QUE NO TE HE VISTO!!!

Ufff… fuerte.

Súper bonita, dulce, compasiva con sus compañeras de la Penitenciaría. Una mujer con unos años, muy pero muy bien llevados.

Pero… tercer pero.

En base a lo escrito por Florencia Lopresti en su nota, Aleida Diaz es una reclusa en la Penitenciaría Federal de Litchfield y tiene cinco hijos de cincos padres diferentes. Se presume que fue encarcelada por cargos relacionados a las drogas.

Dejemos de lado las drogas y remarquemos lo otro: cinco hijos de cinco padres diferentes.

Ni quiero imaginarme una conversación luego de la primera cita fogosa al estilo:

– Hermosa, qué bien la pasé anoche…
– Estoy embarazada.
– ¿Eh? Pero… ¿¿¿cómo???

Una de dos: o eres padre cada cinco minutos o tienes unos cuernos más grandes que los de los cascos de los vikingos.

Con ese apellido italiano viene al dedillo: buenas pastas y, como con Red, nada mejor que tener la panza calentita. A su vez, es muy coqueta y a todos los hombres nos gusta estar con una mujer que cuida sus fachas.

Pero… ¡BASTA DE PEROS!

Lorna inventa cosas en esa pequeña cabecita. Más allá de ser recluida por un tema de estafa monetaria, a lo largo de su introducción en la serie se conoce otro defecto de esta chica: sufre de esquizofrenia, ese grupo de enfermedades mentales que se caracterizan por alteraciones de la personalidad, alucinaciones y pérdida del contacto con la realidad.

Tan sólo piensa en esta situación:

– Hermoso el elefante blanco que está entrando por la ventana, ¿no?
– ¿¿¿ELEFANTE??? ¿¿¿DÓNDE???
– ¡Allí! ¡No corras, amor! ¿Cómo te llamas, hermoso? ¿Dumbo? ¿Sí? Ay, ¡qué bello!

Va a ver que la heladera está llena cuando en realidad hasta las moscas desaparecen de su interior.

Pennsatucky es tiene un lindos ojos, es muy ingeniosa y con la dentadura mejorada es un muy buen partido.

Pero… ¿SERÁ MI ÚLTIMO PERO?

Pennsatucky tiene un problemita grande… no grande… MUY grande: su relación con la religión y su estado hasta mísitico asusta. Y mucho mucho, más cuando se violenta ante sus creencias tan duras e incorregibles.

Imagino esto y tiemblo por todos nosotros, hermanos:

– Linda, dime, ¿qué haremos el fin de semana?
– El Señor nos ha dicho que vayamos a comulgar, querido.
– Ok… no hay problema… pienso en el después-de-comulgar…
– El Señor nos ha dicho que nos quedemos en casa leyendo su palabra.
– La verdad, querida, que no escuché en ningún momento al Señor.
– El Señor acaba de susurrarme algo, mi vida… ¿sabés qué? Te lo diré: si tu amado sigue molestando, pártele la cabeza de un mazazo.

Un infinito GULP se avecina.

No sé si el loco soy yo y no ella, pero Crazy Eyes me parece muy divertida: podrías estar horas riéndote con las ocurrencias con las que se despierta.

Pero… ÚLTIMO PERO, LO JURO.

Crazy Eyes es de esas chicas que te dan de comer y te dejan hambriento, te ofrecen agua y se la toman toda… bah, te aman y te odian.

La situación sería algo así como:

– Pásame el cuchillo, querido.
– Toma.
– Cortaré los tomates…
– … genial…
– ¡¡¡Y TU CUELLO!!!
– ¡¡¡NO!!!
– O las cebollas…
– … ufff…
– ¡¡¡Y TU BRAZO DERECHO!!!
– ¡¡¡AAAHHH!!!