Si hay algo en la serie Stranger Things es la veracidad de su ambientación. Desde los automóviles, pasando por las bicicletas, llegando a la ropa: todos los objetos con los que los hermanos Duffer adornaron la serie se utilizaron con asiduidad en la década de 1980 y muchos sobrevivieron hasta el día de hoy. Pero, de todos ellos, MUCHOS están relacionados a la comunicación entre las personas.
En esta nota dejaremos los 7 objetos de comunicación que hoy día no se utilizan en el día a día y que, si eres menor de 20 años, no conoces muy bien.
1 Walkie-Talkies
¿Nextel como manera económica de comunicarse? NO. En la década de 1980 había tres formas de comunicarte con tus amigos del barrio: o ibas y le tocabas la puerta, o lo llamabas por el teléfono de línea o… ¡COMPRABAN WALKIE-TALKIES! La respuesta no era inmediata y no había alertas, pero era genial subir una mega antena en un aparato grande como una zapatilla de tu padre para comentarle tus secretos a tus compañeros de aventuras. Eso sí, un problema grande: baterías y más baterías para que funcione.
2 Radio de larga distancia
www.spoilerti… ¡MOMENTO! Supongamos que vives en la década de 1980, eres de México, estás de viaje en, no sé, Taiwan, y quieres saber lo último de tu serie preferida: INTERNET NO EXISTE. Una de dos: o llamas por teléfono (y pierdes la mitad de tu salario en ello) o consigues que un club de radio de larga distancia te deje comunicarte con un amigo que posee el mismo aparato cerca de su casa. Debes tener en cuenta que tal vez tu amigo invente cosas sobre la trama de tu serie favorita ya que no se pueden compartir imágenes a través de un teléfono y/o auricular.
3 Caseta de teléfono
Ufff, olvidaste la llave de gas abierta de tu casa y estás en medio de un viaje de negocios. Sacas tu teléfono móvil y llamas a esa vecina viejecita y amable para que entre a tu casa y la cierre. Es lógico. Bueno, en la década de 1980 si no encontrabas una caseta de teléfonos en lo inmediato, tu casa explotaría por los aires.
4 Reproductor de cassette
La música también comunica: un autor y su escucha. Es lógico. El tema Should I stay or Should I go de The Clash, la canción que tanto le gusta a Will, no sale de la radio de su hermano Jonathan. Bah, sí, pero no es una emisora de radio lo que se escucha: es un cassette. Sí, cassette, una cosa rectangular con cinta que se utilizaba para reproducir música en la década de 1980 que reemplazó a los vinilos por tres factores: comodidad para trasladarlo, precio y regrabación sobre las cintas grabadas. REVOLUCIÓN.
5 Cámara reflex analógica
Una de las artes comunicativas más nueva es la fotografía. Jonathan es aficionado a ella y lo sabemos sobre todo esa noche en que se dedica a fotografiar la fiesta privada donde Nancy y su novio Steve se aman. ¿Pero por qué es diferente este artefacto a una cámara actual? Y… bueno… primero y tal vez principal y único es que si no sacas bien la fotografía se pierde una del rollo que posees… o sea: no puedes mirar en prevista, borrar y volver a captar el momento. Todo es muy pero muy justo y único. A su vez, debes llevar a revelar las fotos a un negocio especializado: no existe computadora y/o impresora que te deje conectarla e imprimir desde tu casa.
6 Teléfono a disco
Esto vendría a ser un desprendimiento del apartado 3 de esta nota.
Imaginemos esta situación: 1983; un malhechor (sabes que lo es… sigamos suponiendo: trae un cuchillo en su mano… ¡TERROR!) está circulando por tu jardín y deseas llamar a las fuerzas policiales para que te ayuden; vas corriendo hacia tu teléfono fijo (claro, no hay teléfonos móviles, ya lo dijimos); debes discar el 9, el 1 y el 1 para que acudan los policías. Repito: DISCAR. Estos teléfonos tenían un disco con lo llamado marcación decádica por pulsos, o sea, a través de pulsos, del 1 al 9, la persona se comunicaba con quien quería. Imagínate en esa situación… la tardanza para llamar a la policía… seguramente, mientras piensas esto ya el malhechor está sentado en tu sillón.
7 Televisión sin cable, con antena
Sí, niños y niñas, hubo un momento en nuestras vidas en el que los televisores no sólo tenían pocos canales para elegir en la grilla diaria, sino que, con suerte, se podían sintonizar todos ellos. ¿Por qué? Porque, como muestran las imágenes del padre de Mike, esos dos fierritos formaban parte de una antena que, si se colocaban en cierta posición, nos dejaban disfrutar de todo un mundo de maravillas. O no. Depende.
