Indudablemente, Adam Sandler ha quedado marcado en la historia de la cinematografía como uno de los comediantes más exitosos y famosos. Resulta difícil pensar en alguien en este planeta que no haya tenido la oportunidad de ver al menos alguna de sus preciadas cintas, pues desde que saltó a la fama en Saturday Night Live, comenzó su carrera en el cine en 1989, consiguiendo grandes logros con películas como Coneheads (1994), Happy Gilmore (1996), The Wedding Singer (1998), The Waterboy (1998), Big Daddy (1999) y Mr. Deeds (2002). Aunque siempre ha estado en la zona de la comedia, el artista no es ajeno a interpretar papeles que requieran un nivel más emocional y profundo, como se pudo ver en uno de sus más grandes interpretaciones, Punch-Drunk Love (2002) por la cual incluso recibió una nominación a un Golden Globe. Luego de encontrarse en lo que parecería el ocaso de su carrera y más atascado que nunca en el género del humor, los hermanos Safdie, Ben y Joshua (Good Time, 2017), deciden reclutarlo para su más reciente largometraje, Uncut Gems (Diamantes en bruto), una cinta incesante, atrevida, retadora y sorpresiva, pues demuestra, una vez más que el preciado actor tiene talento que explotar y diferentes vertientes que explorar.
Howard Ratner, es un avaro y egocentrista judío dueño de una joyería en el barrio de los diamantes en Nueva York. Un robo inesperado lo obliga a tomar decisiones cruciales, a la vez que enfrenta una deuda de vida o muerte.
Intensidad pura y mucha desesperación es lo que llega a nuestra mente cuando hablamos del más reciente estreno de los hermanos Safdie, quienes a través del drama puro nos llevan a un recorrido asfixiante dentro del mundo de las joyas en la alta sociedad de Nueva York, un ambiente cargado de violencia, corrupción, mentiras, apuestas y valor para afrontar las consecuencias de los actos realizados. Los cineastas encuentran una linea idónea para retratar de manera puntual la estresante e inquietante vida de nuestro protagonista, que en todo momento se sumerge en el ritmo acelerado de su profesión y vida, cargado de falsedades, ilusiones y egoísmo. Howard desea fervientemente el dinero, se desvive por él, de ahí que sea capaz de cometer actos intrépidos y arriesgados con tal de salirse con la suya y sumar riquezas.
Es a través de este proceso que encontramos uno de los elementos que complementan de manera enriquecedora la experiencia hostigante de Uncut Gems, pues Adam Sandler encuentra la tonalidad perfecta para su apremiante interpretación. De manera ácida surca las olas de las problemáticas en las que se encuentra, brindando a un personaje pasional por la riqueza que finge interés por las personas y solo utiliza las conexiones para su interés propio. Un ser mezquino, arrogante y embelesado por mantener su estatus social. Sandler logra mantener de principio a fin los niveles dramáticos de Ratner, lo lleva por el camino de la desesperación, la locura, reflejando de manera temeraria y realista la forma de vida de un determinado sector de la población que encuentra en este tipo de rubros su nicho de existencia.
La apuesta distinta, perturbadora y alarmante termina de cerrar con un soundtrack compuesto por Daniel Lopatin, que suma exasperación hacia la trama central; melodías vertiginosas que nos demuestran la importancia sonora dentro de una producción cinematográfica, ya que la visión de los Safdie, compuesta por un extraordinario montaje y ejecución se cumple a cabalidad.
Absorbente, entretenida y difícil de tolerar, aunque propicia un fantástico regalo para quienes deciden acompañarla hasta el final, pues procrea uno de los finales más ensordecedores de la última década. Cabe destacar la importancia de la crítica social que realiza, el horror sobre el capitalismo, la avaricia, y en el personaje especial de Sandler, el fungir como espectadores ante el inminente declive de un ser destinado a la tragedia.
El reparto de Uncut Gems lo complementan Lakeith Stanfield, Idina Menzel, Judd Hirsch, Eric Bogosian y Pom Klementieff, con mención para el basquetbolista Kevin Garnett, pieza angular dentro del hilo de la cinta.
Pero...
Solamente podemos criticar a los críticos. ¿Por qué? Porque tienen que aceptar de una vez que Adam Sandler es un SEÑOR actor. Uncut Gems es su obra maestra como intérprete. Solamente aquel que no tiene manos no puede dejar de aplaudirlo.
En resumen
Uncut Gems (Diamantes en bruto), nos regala la mejor actuación en la carrera de Adam Sandler, pero no solo versa sobre eso, sino que nos permite apreciar, de manera feroz, el inevitable declive de un ser humano que cede ante la compulsión y la avaricia. Acelerada, punzante y estrepitosamente bella.