Siete temporadas. 136 episodios. Eso es lo que duró la aventura de Phil Coulson y sus agentes a bordo del Zephyr-1, la primera base aérea de S.H.I.E.L.D. La última temporada, que tuvo solo 13 episodios, llevó al equipo a realizar múltiples viajes en el tiempo para vencer a sus últimos enemigos: los Chronicoms. Con un final más que emotivo y que, además, vuelve a demostrar que esta es la serie de Marvel más cercana a los héroes de la pantalla grande, Agents of S.H.I.E.L.D. se despidió a lo grande y nos dejó con el típico vacío existencial que suele quedar después de decirle adiós a un show que hemos aprendido a amar.
Este es nuestro adiós a la familia ensamblada de Phil Coulson


Como decíamos anteriormente, esta temporada el gran enemigo de nuestros agentes de S.H.I.E.L.D. fueron los Chronicoms, esa raza de seres sintéticos, una suerte de robots súper avanzados, a los que pertenecía el gran amigo de Fitz, Enoch. Tras la destrucción de su hogar, Chronyca-2, los Chronicoms querían refundar su patria en la Tierra y, para eso, destruir a S.H.I.E.L.D. era imprescindible.
La forma más segura de aniquilar a S.H.I.E.L.D. era viajar en el tiempo hacia sus orígenes para cortar la semilla antes de que floreciera demasiado, lo cual nos dio una entretenidísima temporada con episodios bastante alocados que tomaron prestados clichés de distintos géneros televisivos y cinematográficos, como las películas de James Bond, los films de ciencia ficción, y mucho más. Además, estas incursiones en el tiempo nos permitieron incorporar a un nuevo personaje: Daniel Sousa, a quien ya conocíamos de la cancelada Agent Carter y en seguida encajó perfectamente en la dinámica del grupo original de la serie de Coulson. También pudimos visitar a algunos personajes del pasado, como Jiyaing, la madre de Daisy, el temible John Garrett cuando era joven y, por supuesto, los Malick y su historia con HYDRA.
El heroísmo estuvo a la orden del día, como siempre, con la pareja más maltratada de la televisión, Fitz – Simmons, quienes una vez más tuvieron que separarse para poder salvar la línea de tiempo. Además, tuvimos una nueva versión de Coulson (LMD esta vez, tras su muerte definitiva un par de temporadas atrás y la de Sarge en la anterior), May adquirió ciertos poderes empáticos y Yoyo mejoró los propios. Quizás el gran perdedor de esta serie sea Deke, quien tuvo que quedarse en los 80 para resolver problemas técnicos del reino cuántico (sí, el mismo de Ant-Man, claro) y ver cómo su amada Daisy formaba pareja con Daniel Sousa, pero, a decir verdad, Deke siempre estuvo fuera de su tiempo y en los 80, en sus propias palabras, es un dios del rock y, además, quedó a cargo de los restos de S.H.I.E.L.D. en esa línea temporal.

Sin lugar a dudas, la última misión de Agents of S.H.I.E.L.D. fue entretenida. Tal vez, por momentos, pareció perderse en las idas y vueltas de los saltos temporales sin hacer reales avances a la trama, que nos guiaba al enfrentamiento final con los Chronicoms, pero esas idas y vueltas les abrieron nuevas puertas a sus personajes para realizarse como personajes. Mientras que, como dijimos, Deke, en su tercera línea temporal, se convierte en el líder de S.H.I.E.L.D., May, con sus nuevos poderes logra convertirse, en el final, en la maestra de la Academia Phil Coulson que todos sospechábamos que podía ser debajo de su fachada dura. Yoyo, por su lado, se transforma en una agente condecorada, mientras que Mack adopta ciertos rasgos de Nick Fury (el impermeable y el helicarrier nos dan el guiño necesario). Por su lado, Fitz y Simmons, junto a la hija que tuvieron en ese tiempo de paréntesis mientras buscaban cómo rescatar a los suyos, se ganan un merecidísimo descanso y retiro, aunque aún asistiendo a sus amigos con las cuestiones científicas cuando los necesitan. El nuevo Coulson también opta por una suerte de retiro: lo vemos partir hacia el horizonte a bordo de su auto volador, Lola.
Dejo la historia de Daisy para el final, a propósito. En un artículo anterior (que pueden ver pinchando aquí), he mencionado las enormes posibilidades que tiene este personaje para ser la elegida para pasar a las grandes ligas de Marvel. En el final de Agents of S.H.I.E.L.D., la vemos viajando por el espacio, como una suerte de embajadora de S.H.I.E.L.D. para los nuevos mundos. A su lado, su pareja, Daniel Sousa, un agente ejemplar, y su hermana, Kora (otra que tuvo una segunda oportunidad gracias a los cambios en la línea temporal), una inhumana como ella. No es disparatado imaginar a Daisy, a bordo del Zephyr 3, cruzándose con, por ejemplo, los Guardianes de la galaxia. Claro, eso, por ahora, es solo un sueño.

Vamos a extrañar a Agents of S.H.I.E.L.D. La serie, a través de sus siete temporadas, contó historias no solo entretenidas y ligadas fuertemente al mundo de nuestros héroes favoritos de los cómics y la pantalla grande, sino también nos hizo formar parte de una familia ensamblada como lo fue el equipo de Coulson, donde todos tienen nuevas oportunidades para ser mejores personas y tomar las decisiones para alcanzar el bien común. ¿Volveremos a ver a algunos de estos personajes? Esperamos que sí.