Hace un año, Sanrio tomó al mundo por sorpresa, pero esta vez en completa ausencia de su tierna gatita Kitty y sus amigos, sino con una plantilla de personajes antropomórficos totalmente nuevos y ubicados en un mundo “más real”. ¡Aggretsuko!
Hace un año, Sanrio tomó al mundo por sorpresa, pero esta vez en completa ausencia de su tierna gatita Kitty y sus amigos, sino con una plantilla de personajes antropomórficos totalmente nuevos y ubicados en un mundo “más real”. ¡Aggretsuko!
La tierna pandita roja se ganó nuestro corazón con su candidez y timidez con válvula de escape en el trash metal de sus noches de karaoke, con su lucha por sobrevivir a los 25 años, hundida en una irremediable vida de oficinista de una gran empresa japonesa. Un año después, Netflix y Sanrio no sólo repiten el éxito, sino que superan con creces los elementos que nos encantaron de la primera temporada. Estas son las razones para que vean estos nuevos episodios, y si no han iniciado… ¡se avienten un maratón con las dos temporadas!
🙂
Hay quien podría decir que Aggretsuko temporada 2 ofrece “más de lo mismo”, pero no hay nada más alejado de eso. La historia de la pandita roja se desarrolla demostrando su evolución como “persona”, esta vez incluyendo a su latosa mamá y expandiendo (y arruinando) sus opciones amorosas.
Nota mental: Importante que hayan visto el especial navideño además de la temporada 1. 🙂
Los personajes ya establecidos tienen un desarrollo y continuidad importantes, mientras que los nuevos llegan con excelentes interacciones y nuevas lecciones de vida. El novato Anai es uno de esos chicos de nueva generación que son monstruos tóxicos detrás de su dispositivo, pero “adorables” y tímidos en la vida real. Gori y Washimi muestran nuevos matices y problemas en sus personalidades y el fabuloso Tadano muestra una faceta increíble de nuestra heroína.
Seguimos teniendo 10 episodios de 15 minutos cada uno, pero la forma en la que se desarrollan y el ritmo de estos es una joya. El salto de arco de la mamá latosa insistiendo en que Retsuko siente cabeza a las demencias de Anai, el conflicto entre Washimi y Gori, las clases de manejo de la pandita y el tórrido romance con el burrito que parece hijo de Burro de Winnie Pooh son geniales.
El doblaje está genial, mucho mejor logrado que en la temporada anterior, aunque seguimos prefiriendo las voces seiyuu japonesas. ¡Y faltaron más secuencias de karaoke pesado!
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