Este año, Amy Adams dio el gran salto a la pantalla chica con su primer protagónico televisivo y no exageramos si decimos que posiblemente haya sido la actuación más destacada del 2018. Sin duda, el personaje de Camille Preaker logró envolvernos con toda su oscuridad y aquellas profundas heridas del pasado que aún continúan abiertas.
A solo un episodio del final, la miniserie de 8 episodios basada en la novela homónima de Gillian Flynn (Gone Girl) nos ha deslumbrado con una historia llena de misterio, vínculos familiares enfermizos, muerte y autodestrucción.
Si todavía no les has dado una oportunidad, aquí te proponemos algunas significativas razones para que comiences a adentrarte en este perturbador universo.
1 El crudo y desgarrador retrato de Amy Adams
Desde que la vimos en Animales Nocturnos (2016), algo nos decía que pronto se perfilaría como una actriz dramática por excelencia. Hoy no quedan dudas, si hay una mujer indicada para darle vida a un personaje roto esa es Amy Adams.
La periodista Camille Preaker lleva consigo las marcas de una adolescencia dolorosa, asolada por la amarga agonía y muerte de Marian, su hermana más pequeña. Ella jamás ha podido librarse de los recuerdos de su tormentoso pueblo natal, a los que intenta ahogar constantemente mediante el alcohol y diversas drogas. Sus memorias vuelven a cobrar vida cuando la noticia de dos jóvenes desaparecidas la obliga a regresar allí, donde es recibida por su manipuladora madre Adora (Patricia Clarkson).
2 Belleza surrealista
Lo onírico es un aspecto clave de Sharp Objects, ya que a través de los flashbacks en forma de apariciones y sueños vamos conociendo el tortuoso pasado de Camille en el pueblo de Wind Garp. Cada zona de aquel paisaje rural trae a la memoria los recuerdos más oscuros, que dejan en claro que no todo allí es tan armonioso como aparenta ser.
3 El drama familiar que bordea al policial
Algo indica que las desapariciones de las adolescentes están relacionadas con sucesos del pasado y Camille tiene mucho que ver con eso. Mientras la periodista entrevista a los familiares de las victimas e intenta robarle información al detective a cargo, los conflictos entre Camille y Adora aumentan. En el medio se encuentra Amma (Eliza Scanlen), la joven hermana de la protagonista que su madre dio a luz luego del fallecimiento de Marian. Aunque Amma ya es una adolescente, su madre intenta mantenerla como una niña, obligándola a usar vestidos y otorgándole una gran y espeluznante casa de muñecas que es una réplica miniatura de su mansión.
La extraña relación de Adora con sus hijas se vuelve el centro de atención de la trama y con el correr de los episodios irá revelando un peligroso cuadro psicológico.
4 Un pueblo salvaje
El escenario donde se desarrolla la acción es Wind Garp, un pequeño pueblo de Missouri dedicado a la industria de la carne. Entre mataderos, bares y extensos pastizales, los adolescentes aburridos pasan los días calurosos andando en patines o emborrachándose. Todos en aquel pueblo se conocen y los rumores se encuentran a la orden del día. Súbitamente, las vidas de los vecinos se ven afectadas cuando un misterioso asesino serial comienza a acecharlos.
La serie hace honor a la frase que reza “pueblo chico, infierno grande“, retratando con efectividad aquel ambiente rural tan tranquilo como perturbador, que esconde muchos más secretos de los que imaginamos.
5 Una dirección sobresaliente
La dirección a cargo de Jean-Marc Vallée, quien llevó adelante toda la primera temporada de otro gran éxito de la cadena como fue Big Little Lies, resulta imprescindible. Las perturbadoras secuencias surrealistas que se entremezclan con facilidad con la realidad, a veces hasta haciéndonos dudar de lo que forma parte del presente, es una marca registrada de Vallée que aquí toma una gran relevancia gracias a la historia familiar.
Al igual que en la serie de Reese Witherspoon, la adecuada selección musical también ayuda a pincelar aquellos destellos del pasado.
