Producido por Netflix y dirigido por Joe Wright a partir de un guion adaptado de la novela homónima, The Woman in the Window es un thriller desconcertante desde el minuto uno que aspira a tener al espectador atento a cada detalle.
Con una gran actuación de Amy Adams, la película se inscribe en el suspenso pero a su vez nos deja la “ventana” de análisis que a continuación detallaremos.
La historia se centra en Anna (Amy Adams) una mujer que sufre el grave problema de la agorafobia, un trastorno que le impide y recorrer espacios grandes y sobre todo el contacto con la gente.
Su vida se limita a su casa, a las vivencias a partir de allí y a su permanente contacto con su celular. Convive con un inquilino que vive en el sótano, interpretado por el siempre efectivo Wyatt Russell. Completan el elenco Gary Oldman, Julianne Moore y Fred Hechinger, Brian Tyree Henry y Anthony Mackie.
Lo propuesta se torna interesante cuando la protagonista nos deja entrever que su único vinculo con el afuera está dado a través de las ventanas de su casa. Es así que poco a poco vamos conociendo el entorno no solo del interior sino del exterior. En cierta forma en ese paralelismo, la trama va tomando un color sospechoso en el que lo extraño parece estar cerca. Y esa misma extrañeza se complejiza una noche de Halloween cuando, después de intentar disuadir a unos chicos que arrojaban huevos a su casa, Anna se desmaya y es atendida por una mujer que ingresa e intenta calmarla. Tragos mediante, la mujer se despide y es así que Anna comienza a tener cierto interés por los vecinos de enfrente. A su vez no hay que perder el detalle de que Anna entabla una relación amistosa con el hijo de los Russell, sus vecinos de enfrente. Hasta que una noche lo cambiaría todo: en pleno sueño escucha un grito, se dispone a mirar por la ventana y presencia un asesinato en la casa de los Russell. La mujer que la había asistido esa noche de Halloween, muere.
Tranquilos, no he revelado nada importante hasta aquí. Porque justamente este acontecimiento es lo que desata una cadena de momentos, escenarios, confusiones y más enrededos en una película que en la que el espectador no puede desatenderse un solo segundo.
Todo lo que acontece es importante, cada detalle se vuelve interesante y acompañado de unos planos y escenas casi surrealistas que nos van metiendo de a poco no solo en la cabeza de Anna sino en la complejidad de resolver qué es lo que sucedió. Punto a favor de la película.
Es innegable que más de uno que vea la película se desanime buscando comparaciones con La ventana indiscreta, una de las obras más impresionantes de Alfred Hitchcock. Y sí: de hecho por momentos hay planos y secuencias totalmente parecidas, que no emulan a ese film pero que lo homenajea, sin dudas. Quizás esa sea una de las problemáticas de la película, sumada a la idea de que por momentos no hay resolución y quedan arcos abiertos. Por momentos nos da la sensación de que solo está sostenida por sus actuaciones y una brillante musicalización.
The Woman in the Window se esfuerza por trascender a lo largo de sus casi dos horas. Y en esa búsqueda encuentra una narración sólida pero que de a poco irá bajando la intensidad; luego la recupera para finalmente quedar en algo regular casi como cierre.
Tal vez si nos ponemos más duros podríamos decir que esperábamos otro desenlace, pero la producción de Netflix logra mantenernos expectantes y eso es motivo de catalogarla como una buena película.
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