En un mar de cancelaciones por parte de Netflix, es al menos sorprendente para mí que Lost In Space sobreviviera hasta alcanzar su tercera y última temporada, más que nada porque es una serie de ciencia ficción, un género que muy pocas veces se lleva la atención de las masas en comparación a series de drama, comedia y fantasía. Por eso me siento agradecida. Porque la historia de la familia Robinson es una historia digna de contar, analizar y apreciar.
La tercera temporada de Lost in Space da un gran cierre a la historia de los Robinson
A Lost in Space sin duda la colocaría entre una de las mejores series de la plataforma roja. Por supuesto, no creo que sea perfecta. Tiene sus errores. Pero estos se compensan gracias a sus personajes que se sienten tan cercanos, su intrigante historia sobre la amistad entre hombres y robots y su propuesta de que todos podemos cambiar, así hayamos sido programados para hacer el mal.
Con eso en mente, debo decir que la tercera y última temporada me parece un cierre casi perfecto para la historia de la familia Robinson, pues se cierran tramas y se deja a los personajes en un lugar mejor. Todos cumplen su meta inicial de llegar a la colonia de Alfa Centauri. Y experimentan un viaje que los ha cambiado para siempre como individuos y cómo familia.
Por un lado tenemos a Jodi, quien comprende que para ser ella misma no es necesario cumplir las expectativas de los demás, sobre todo de sus padres. Por otro lado, está Penny, quién descubre que es más fuerte y valiente de lo que cree. Y, por supuesto, también tenemos a la Dra. Smith, quien creo que es el personaje que más evolucionó a lo largo de la serie. Ella comenzó siendo una mujer calculadora y fría que solo se interesaba por su supervivencia y no le importaba tener que pasar por encima de los demás. Aunque al final, debido a su amistad con los Robinson y el Robot, comprendió que podía cambiar para bien y hacerse cargo de sus acciones.
La temporada también le da más espacio a Will, quien comenzó como el hijo de la familia Robinson más inseguro sobre sí mismo y su potencial. A lo largo de las temporadas, su amistad con el Robot le brinda más confianza y también un propósito dentro de su familia y colonia. Además, la conexión que tiene con el Robot se vuelve la clave para la supervivencia de los humanos, pues comprenden que no se trata de amaestrarlos como lo hizo la raza que los creó, sino de brindarles confianza, enseñarles independencia y que hay un beneficio mutuo en su convivencia.
Como dije al principio, la serie también tiene sus fallas. La primera de ellas es que hay muchos obstáculos que los personajes deben superar para cumplir sus objetivos. Y al ser tan excesivos, cansan, y a veces hacen que el interés se pierda porque se pierde la credibilidad. Esto ocurre a los largo de las tres temporadas. En la tercera el ritmo se pierde en el cuarto episodio por este recurso, haciendo que como espectadores nos desesperemos.
Por otra parte, la tercera temporada solo consta de 8 episodios, dos menos que las anteriores. Esto hace a mi parecer que la historia se sienta apresurada sobre todo en los últimos minutos del último episodio, pues aún había mucho por contar sobre los Robinson y la gente que aún está en la Tierra. También pienso que se desaprovechó la historia sobre la raza alienígena que creó a los robots, que es una de las subtramas más interesantes de la serie. Sinceramente, me hubiera gustado ver flashbacks donde se contara su historia, cómo crearon a los robots a su semejanza, sus propósitos y cómo fueron destruidos por sus propias creaciones.
En resumen, aunque creo que faltaron algunas cosas por explorar, el cierre de Lost In Space es, sin duda, adecuado, gratificante. Además, nos da esa sensación de feel–good movie, aunque por momentos nos haya hecho temer por la vida de los protagonistas.
En esta temporada cada miembro de la familia Robinson encontró su camino y encontró en sus lazos una gran fortaleza. Lo importante no es verlos ganar o perder, sino ver cómo se sobreponen a las adversidades con la ayuda de su familia. Simplemente, todos los vamos a extrañar, de eso estoy segura.
