Sip. Lo es. La primera entrega de Andor venía siendo brillante desde el primer episodio y lo único que hizo el final de temporada fue afirmar a la serie de Diego Luna como el mejor y más importante producto de Star Wars desde Return of the Jedi.
Este fue un año particularmente importante para las series, con los estrenos rimbombantes de Stranger Things 4, Obi-Wan Kenobi, House of the Dragon y The Rings of Power, y justamente estos últimos dos programas se superpusieron con el debut de Andor, por esa razón puede que haya pasado desapercibida para muchos. Pero no se equivoquen, el nuevo show de Star Wars es una de las mejores cosas que ha creado la franquicia.
Desde la antes mencionada Return of the Jedi, Star Wars ha lanzado una gran cantidad de series y películas: En el mundo de la pantalla grande tuvimos dos trilogías (la de Anakin y la de Rey), Rogue One y Solo; mientras que en la televisión se estrenaron Obi-Wan Kenobi, The Mandalorian, The Book of Boba Fett, Rebels, Clone Wars, Visions y Tales of the Jedi, entre otras. Andor es mejor que todas estas.
El atractivo de Andor es que no sigue la misma fórmula que las anteriores series o películas: es un thriller de espías, no se apoya en figuras históricas de este universo (el emperador es nombrado una sola vez y los storm troopers solo aparecen en los últimos dos episodios), no hay un jedi o un sith en el centro de la historia, no hay ningún sable de luz y solo hay una batalla con las naves. Aún así, representa el universo de Star Wars mejor que cualquier otra producción.
Andor es una historia que habla sobre lo que de verdad significa estar en el medio de una Rebelión, lo mucho que sufren aquellos ciudadanos que no tienen poderes ni dinero, lo inmensamente cruel y despiadado que es un régimen dictatorial con el pueblo, la cantidad de sacrificios que deben hacer los rebeldes para conseguir una mínima victoria contra el Imperio y la cantidad de acciones inmorales que necesitan realizar para sobrevivir.
Star Wars siempre nos ha enseñado que uno está del lado oscuro de la fuerza o del lado de la luz, pero la realidad es que en las guerras hay muchos tonos grises. Los rebeldes siempre fueron los buenos de la historia, pero para que ellos lleguen a ser una organización homogénea necesitaron del sacrificio de muchos de los nombres que aparecen en Andor. Sin embargo, estos no son recordados como héroes por Luke, Rey, Yoda, Poe o cualquiera de las otras figuras importantes de la franquicia.
Andor se trata de explorar en profundidad el corazón de la rebelión: aquellos desconocidos que dieron su vida para luchar por la libertad, para derribar al Imperio, aquellos que se unieron por una causa. Cassian, Bix, Luthen, Mothma, Vel, Cinta y todas las otras personas que murieron en la serie fueron vitales para que los rebeldes sigan adelante con su lucha, y el discurso de Maarva en el final de temporada lo encapsula perfectamente.
Pero el programa no solo se enfoca en la Rebelión, también se encarga de representar al Imperio como una dictadura espeluznante que atemorizaba al pueblo. La serie ilustra mejor que nadie el temor físico y psicológico ejercido por el Imperio a través de los líderes de cada región, su consejo deliberante, sus espías, sus torturadores y su fuerza de choque. Esta debe ser la primera vez que los soldados imperiales no lucen torpes, sino como el ejército de una tiranía que mantiene al pueblo atemorizado.
Además de todo esto, la serie también se ocupa de construir un héroe: Cassian Andor, a quien ya queríamos por su participación en Rogue One, pero el camino que recorre aquí lo convierte en una figura mucho más amada y respetada. Los eventos que suceden en el programa son tan importantes para el universo de Star Wars como para el personaje de Diego Luna en particular.
Tony Gilroy, Diego Luna y compañía merecen su reconocimiento por sacudir la fórmula clásica de Star Wars y apostar por algo diferente que, al final del día, hace mucho más rica a la franquicia en general. Es solo la primera temporada y resta ver cómo concluye esta historia, pero los primeros 12 episodios del show no podían haber sido mejores.
