Con un Michael Keaton fantástico, Beetlejuice Beetlejuice de Tim Burton es divertida, oscura y macabramente ingeniosa
Mentiría vilmente si les dijera que soy fan de Beetlejuice (1988) de Tim Burton. Teníacinco años cuando esa película estrenó y creo que aún no me llevaban al cine; tampoco creo que fuera el tipo de cintas que mis padres me llevarían a ver…
Me enfrenté por primera vez este clásico hace unas semanas ya que nunca la consideré importante. Sigo pensando que Beetlejuice la mejor de Burton; ese lugar se lo reservo a El joven manos de tijera (1990). No obstante, el clásico ochentero tiene el encanto de su época y todo lo que conlleva en efectos prácticos, visuales, lo adelantado a su época y lo original que se veía el estilo de Tim, sin contar lo oscuridad que representaba.
Ahora, 36 años después, ha pasado toda una vida en mí como espectador, en los actores y varios descalabros a Burton como director. Así es, toda una vida y algunas muertes. En este contexto, general y particular, llega Beetlejuice Beetlejuice.
¿De qué va Beetlejuice Beetlejuice? La historia aborda exactamente ese mismo tiempo en el que Lydia y su familia han estado alejados de la casa donde todo ocurrió la primera vez. Es cuando un suceso familiar grave lleva de regreso a Lydia, Delia y Astrid Deetz, tres generaciones de mujeres que por culpa de malas decisiones de una de ellas deben enfrentar la muerte, la vida y los secretos familiares de una forma inusual. Lamentablemente para ellas, otra vez con la ayuda de Beetlejuice.
Lo que me gusta mucho de esta nueva entrega es que echa de lado hábitos actuales del mundo del cine: nostalgia, referencias, guiños e inclusión. No visita nada de esto y casi tampoco revisa lo que pasó en su primera parte, porque tampoco es tan necesario. Rodea esos lugares comunes en los que podría, por comodidad, caer muy fácilmente y construye un guion que se hace respetar, con escenas que nos sacan del set que conocemos de la primera y explora el afterlife con mejor dedicación expandiendo un universo del cual solo nos dieron un vistazo la primera vez.
Lo que demuestra Beetlejuice Beetlejuice es lo bien que ha madurado el estilo visual de Burton y ese ligero balance tan difícil de mantener entre los efectos visuales y los efectos prácticos, pero también cuando se pueden ocupar cada uno de ellos. La película tiene esa sensación para el espectador de saber que sí estamos viendo una continuación, pero mejor realizada, moderna y actual en todo sentido.
Cómo comenté en el inicio del texto, Beetlejuice Beetlejuice trastoca esos vínculos familiares de la familia Deetz y los liga a lo sobrenatural del personaje de Beetlejuice sin perder ese humor negro, retorcido y macabro que tanto gustó de la primera. También tapa y justifica muy bien las ausencias de personajes que debían de estar pero que no eran necesarios. Es por esto que admiro la inventiva del director que con desenfado artístico pasa de un estilo cinematográfico a otro para contarnos una micro historia que nos explique un suceso determinante en los personajes.
La película juega muy bien sus cartas. Sabe ocupar a sus actores para poder llevar una historia que mantiene el estilo visual del director, la historia clásica de su primigenia y también el espíritu de las actuaciones que desde 1988 se volvieron entrañables. Y es que Beetlejuice se volvió un parteaguas porque desde aquí la carrera de Winona Ryder y Michael Keaton despegaron a lo alto.
No me perdonarían si no escribo algo sobre la trinidad Keaton / Ryder / O’Hara: los tres son extraordinarios y el guion les proporciona su debido peso y lugar. Reivindica vínculos familiares de forma orgánica y como pasa en todas las familias, solo pasa. Los nuevos personajes funcionan y aunque son solo pretextos para que la historia camine, no se sienten forzados, bueno, solo uno: Monica Bellucci como la Soul Sucker no es relevante; al final la importancia y el peso que se le dio no tiene contundencia al resolverse muy rápido y de forma simple.
Beetlejuice Beetlejuice de Tim Burton es MUY divertida, oscura y macabramente ingeniosa. Michael Keaton vuelve a la piel de este repugnante personaje y lo hace muy bien. Todo en su lugar, la nostalgia bien guardadita, esta es una nueva historia.
Uno de los detalles más increíbles de la película que reunió al ícono de Chicago Bulls con las estrellas de los Looney Tunes tiene que ver con la elección del árbitro. ¿Lo habías notado?