Better Call Saul comenzó su sexta y final temporada con la calidad a la que nos tiene acostumbrados
Fernando Castañeda sabe que con el regreso de #BetterCallSaul el diablo está en los detalles.
“Solo debe haber una razón para todo”, le dice Kim a Jimmy cuando ella le está explicando el primer paso a seguir de su venganza personal en contra de Howard por el caso de Sandpiper, dejando claro lo que ya sabemos desde el inicio de la serie: toda acción de este show vale por algo. La suerte está echada, el juego está por comenzar y todo indica que su triunfo es inminente, pero no para siempre como lo confirma el inicio de esta nueva temporada donde se deja claro que todo puede pasar.
Better Call Saul volvió con algunos cambios vistos desde el inicio. Atrás quedó el clásico prólogo en blanco y negro donde vemos a Gene temeroso del mundo que lo rodea, lejos de ese color que lo caracterizaba en su vida pasada. Esto es una muestra que su historia y su reencuentro con Saul Goodman llegarán esta vez al final. Pero hablando de ese color y esa opulencia, ninguna de ellas son seguras como lo muestra el nuevo comienzo: una mansión llena de lujo siendo limpiada, guardando hasta el más último detalle como si fuese una señal de borrar y exiliar a ese que alguna vez logró ser.
Crédito: AMC/Sony Pictures Television
Los dos primeros episodios nos plantean el inicio del fin, aún más marcado para aquellos personajes nuevos que fueron conquistándonos temporada tras temporada, y a su vez plantea el camino de lo que muchos terminarán convirtiéndose al final de esta historia. Tal es el caso de Jimmy que se ve desilusionado, pero la nueva faceta de Kim será el detonante que lo ayude a crear la versión final de Saul Goodman. Como en el ajedrez, ninguna pieza falta, pero muchas de ellas se convertirán en peones desechables para que la reina y el rey triunfen, y no hablamos precisamente de Kim y Jimmy…
Nacho reaparece tras la invasión y ataque contra de Lalo. Es sin duda la pieza más débil, y saben demostrarlo. Nacho se encuentra huyendo, casi sin esperanza, teniendo casi todo en su contra, pero como si se tratase de un milagro, un motel está en su camino, el único refugio antes de ser salvado, o al menos cree que eso puede pasar. En la habitación de ese motel, la luz es escasa, como las esperanzas de ese personaje. La cámara muestra cómo Nacho se acomoda en ese buen espacio, viéndose diminuto en cada minuto qué pasa. La sensación de peligro está presente en todos lados. Pero como bien dicen, la esperanza muere al último, y al parecer Nacho está aferrado a vivir.
Crédito: AMC/Sony Pictures Television
El cálculo de esta temporada final sorprende en cada nuevo episodio. De forma críptica, y unas semanas previas al estreno, se nos reveló la fecha de estreno con un código que involucraba la presencia de los primos Salamanca. El inicio de temporada vuelve a mostrar esa secuencia, confirmando que el mensaje estaba marcado desde la etapa de producción. Y una vez más se confirma que los detalles serán clave para todo en la serie: nada está puesto al azar, nadie toma una mala decisión, ningún hecho lleva a nada. Vince Gilligan y Peter Gould, co-creadores del show, siguen trabajando en lo meticuloso del guion, como si fuese una prenda fina donde los bordados deben ser invisibles y nunca forzados.
Pero si el guion y los diálogos hacen mucho, no podemos dejar de aplaudir aquellos momentos donde el silencio hace todo. Las acciones de cada personaje denotan todo de cada uno: desde un Lalo preparando unas tijeras como defensa dejando claro que está listo para cualquier traición a un Mike inerte a la amenaza de una pistola (pues él sabe que su vida no vale desde la muerte de su hijo… ahora él se dedica a sobrevivir) a un Gus con un dejo de indiferencia ante lo que suceda con Nacho, mostrando que ha cumplido con su cometido y que no piensa ensuciarse las manos como hasta ahora lo ha venido haciendo.
Crédito: AMC/Sony Pictures Television
Además de los detalles de actuación, la fotografía sigue siendo excelente; cada plano es bello en una historia de la cual precisamente no se puede decir lo mismo. Desde ver a Kim y Jimmy cenando en un restaurante, con sus reflejos proyectándose en una mesa como borrados, distorsionados, tal como hasta ahora ha pasado con la imagen que solíamos conocer de cada uno, hasta un Nacho siempre visto como desde una mirilla, encerrado en un tubo, o en el pequeño espacio por el cual puede ver desde el motel, como si fuese el objetivo de la bala que está destinada a él.
Todo es excelente.
El regreso de Better Call Saul confirma el porqué esta serie se ha convertido en una de las mejores de los últimos años, o tal vez la mejor, encima de cualquiera, de este mismo periodo. Las palabras sobran cuando las imágenes son tan poderosas, cuentan cada detalle de esta historia que está por llegar a su fin.
Once episodios quedan, cinco solamente de esta primera parte que, sin necesidad de cualquier sorpresa extra, como bien se nos ha revelado tendrá, no hace más que alegrarnos artísticamente hasta el final.
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