Black Mirror es acaso una de las series que, con el paso del tiempo, ha ido evolucionando favorablemente, mostrando las relaciones entre la sociedad y el avance tecnológico. Futuros distópicos, la mente del ser humano obsesionado por el control, o la perversa manía por saberlo todo de todos son algunos de los temas principales que rondan la antológica mirada de la serie británica que cada día suma más adeptos.
A continuación una humilde visión de la serie a través de lo que consideramos son los mejores episodios de la serie para devorarse este fin de semana que empieza hoy mismo.
🙂
De más está decir que esta selección no es un ranking. Son quizás los episodios que a nuestro entender son los más completos, compactos. Eso sí: que le van a tener un miedo a su celular cuando terminen la maratón que les sugerimos, no caben dudas.
1 Black Museum
No por nada el último episodio de la última temporada, hasta el momento, es el primero en esta selección. Aquí podemos ver un muestrario perfecto de cómo es la serie- sobre todo para aquellos que no la han visto- dado que en este episodio percibimos todas las miserias del ser humano compactadas en un siniestro museo de la tecnología.
Un giro inesperado hará de este museo un caos perfecto para arrancar la maratón del fin de semana. Con las actuaciones de Letitia Wright (Black Panther) y Douglas Hodge.
2 Arkangel
La obsesión por la seguridad de los niños tiene un precio muy alto.
Arkangel es una muestra cabal de nuestros tiempos. Una narrativa precisa, un montaje excepcional. Todo a cargo de la magnánima Jodie Foster que se puso a cargo de la dirección para dejar asentado no solo su talento como directora, sino también su capacidad de mostrar con simpleza el costo de la sobreprotección.
3 Nosedive
Pertenecer, pertenecer, pertenecer, y a cualquier costo. Nosedive es quizás uno de los episodios más redondos de la serie. En este caso, el mundo en el que vive Lacie (Bryce Dallas Howard), está regido por las puntuaciones y calificaciones. El ritmo social de vida depende de un ‘like’: el precio de un ‘me gusta’ puede llevarnos a la locura.
4 White Christmas
Charlie Brooker (creador de la serie) le da un marco navideño a un episodio atroz e impactante de principio a fin. Matt (Jon Hamm) y Joe (Rafe Spall) dan vida a dos personajes rodeados y cubiertos de nieve. La tensa calma con la que se presenta el episodio va desnudando, poco a poco, las terribles formas de poder y abuso policíaco, la violencia contra la mujer y, sobretodo, la paranoia desatada por el abuso de la tecnología, que sumados al sarcasmo de los diálogos, dan cuenta de un episodio brutal.
5 The entire story of you
Implantes del tamaño de un grano de arroz en el cerebro. Aquí podemos ver cómo nuestros recuerdos pueden jugarnos en contra, pueden disfrazarse o mezclarse y convertirse en otra realidad. The entire story of you es un paseo por la mente del ser humano a través de un microchip, un derrotero del que quizás nunca más podamos regresar.
Un magnífico Toby Kebbell interpreta a Liam, un sujeto con el que empatizamos por momentos y por otros le queremos dar una patada para que reaccione de una vez por todas.
6 Metalhead
No hay diálogos. Todo está en blanco y negro. Todo va de mal en peor. Una cacería a cargo de un perro metálico sediento de sangre (sí así como lo leen). Metalhead es una joya, no solo porque se arriesga a la ausencia de diálogos, sino que también nos muestra un paisaje lúgubre, vacío y olvidado.
Bella (Maxine Peake) está sumergida en este mundo. Lo arriesga todo por un solo objetivo, por una muestra de amor, por una promesa. Pero el oponente no es solo el tiempo, sino un perro metálico que cual T-1000 en Terminator nos hará sufrir las mil y una. Es probable que con este episodio se nos atraganten los pochoclos.
7 Crocodile
Crocodile es un policial eléctrico, pero también es una muestra de las máscaras que el ser humano es capaz de utilizar por mantener su vida ‘normal’ como si nada raro estuviese pasando. El espanto de un accidente de ruta es el puntapié inicial con el que el episodio pone en marcha su intensidad en la fría Islandia, un paisaje maravilloso que sirve de elemento crucial para encubrir y olvidar todo lo que somos capaces de hacer por mantenernos altivos ante los demás.
Mia (Andrea Riseborough) es ese personaje ambiguo empatizamos con ella y a la vez la odiamos.
