Blockbuster de Netflix merece la bancarrota, como el negocio
Fer Lozano es lapidario: la serie Blockbuster de Netflix pasó sin pena ni gloria.
“¿No es irónico que la pequeña empresa que se opone a la gran corporación en este escenario es en realidad una franquicia de una corporación que alguna vez fue enorme, llamada así por el tipo exacto de las grandes películas corporativas que acabaron con las películas más pequeñas?” dice Eliza (Melissa Fumero) al comienzo de la serie Blockbuster, como anticipando su ruina como sitcom, todo esto mientras su jefe Tim (Randall Park) intenta solucionar el hundimiento del último local de la cadena. La creadora Vanessa Ramos comenzó como escritora en Superstore, y la línea temática entre la comedia de NBC y Blockbuster es bastante clara: cómo las grandes empresas afectan a las personas pequeñas. Y ese tema, como la lucha de géneros, ya medio que pasó de moda. Se debe aceptar el hoy, la inclusión, dejar de enfrentarse porque sí.
El programa se encuentra atascado en detalles innecesarios que rodean el modelo comercial de la tienda y, al mismo tiempo, falla por completo en establecer cómo una tienda de su tamaño en el año 2022 puede seguir empleando a media docena de personas. Por esto último, sobre todo, Blockbuster existe en el ámbito de la ficción, más si sumamos lo siguiente: el verdadero último Blockbuster no está en Michigan sino en Bend, Oregón. Es como si desde la producción se hubiesen empecinado en dar todos los pasos en falso.
Como comedia, Blockbuster presenta algunas actuaciones buenas, con Madeleine Arthur, Olga Merediz y Tyler Alvarez destacándose. Pero la dinámica entre los principales Park y Fumero no existe, por lo que su falta de química es lo que más afecta.
Algo que Blockbuster tampoco logra captar es el grado en que las tiendas de videos eran un centro de conversación sobre películas y rara vez sobre cualquier otra cosa. Técnicamente, los escritores tomaron la decisión correcta al hacer los episodios sobre los personajes y sus vidas y esas cosas, en lugar de divagaciones profundamente nerds. Pero todas las mejores líneas y momentos de Blockbuster provienen de los momentos geek.
Y tampoco su estrategia de guion es novedosa: Blockbuster es un nuevo recordatorio de que las grandes empresas aplastando a las más pequeñas no es un concepto nuevo.
Como serie, Blockbuster no captura lo que hemos perdido más allá de defender la importancia de la conexión humana en estos tiempos desconectados. Su corazón es bueno, pero está tan comprometido con defender la nostalgia por el pasado que se vuelve miope sobre todo lo demás. Reconocer la ironía de su premisa no cambia el hecho de que Blockbuster, el programa, está tratando de hacer de Blockbuster, la compañía, un símbolo de lo que hemos perdido, cuando para muchas tiendas de video independiente Blockbuster fue lo que les hizo perder. Hay mucho que llorar por el pasado. Blockbuster no está en esa lista.
La temporada 1 de Blockbuster está disponible en Netflix.