El estreno de Cry Macho (2021) nos hace pensar en muchísimas cosas. Entre ellas esta.
Tanto BruceLee como Eastwood son considerados íconos en sus respectivos géneros. Se sabe: Lee tuvo que atravesar una serie de obstáculos para hacerse un lugar. El trabajo de Lee como Kato en la serie de TV The Green Hornetestuvo lejos de ser interesante para que haga un nombre a fines de la década de 1960. Como resultado, Lee se movió como pudo en ese estanque de tiburones que es la industria cinematográfica para conseguir papeles en películas y programas, buscando ideas propias y enseñando artes marciales para sobrevivir. No fue hasta que Bruce Lee fue a Hong Kong y comenzó a hacer películas de kung fu con la productora Golden Harvest que las cosas comenzaron a mejorar para él.
Gracias al éxito de sus dos primeras películas (The Big Boss de 1971 y Fist of Fury de 1972), Lee saltó instantáneamente al estrellato en Hong Kong. De alguna manera, el camino del artista marcial fue el mismo que el del ahora reconocido y vigente director norteamericano. ¿Cómo? Eastwood compartió las dificultades que tuvo Lee con la transición de la pantalla pequeña a la pantalla grande. Cuando esto no funcionó para Eastwood se fue a Italia y protagonizó spaghetti westerns como A Fistful of Dollars (1964), For a Few Dollars More (1965) y The Good, the Bad and the Ugly (1966), todos dirigidos por Sergio Leone.
A pesar de ser películas extranjeras, los spaghetti westerns de Eastwood ganaron el respeto merecido y muchísimos pulgares para arriba por parte de los fans de un género que necesitaba reinventarse. La imagen de Eastwood pasó a ser la de un “tipo duro”. ¿Resultado? Luego obtuvo papeles en películas de guerra y westerns de Hollywood de alto calibre. Pareciera como que Lee siguió a Eastwood y aprovechó el desarrollo en la industria cinematográfica extranjera para llamar la atención del público estadounidense. Seguir al que luego sería el más grande hasta el día de hoy.
Mirando hacia atrás la carrera de Bruce Lee, está claro que el plan del actor inspirado en Clint Eastwood no fue para nada tonto. Después del lanzamiento de Way of the Dragon (1972) sus sueños finalmente se hicieron realidad cuando Warner Bros. llegó a un acuerdo con él para protagonizar Enter the Dragon (1973), la película que lo transformó la sensación del kung fu. Al final, parece que Bruce Lee tenía razón.
Para Bruce Lee, Clint Eastwood fue un excelente modelo de cómo proceder con su plan de Hollywood. Como uno es una estrella de kung fu y el otro es un actor estadounidense conocido por aparecer en westerns, no hay duda de que Lee y Eastwood provenían de mundos diferentes, pero para el primero, todavía había algo que aprender de la trayectoria profesional de Eastwood. Y así lo hizo.