Hay mucho más detrás de ser el malo de la historia.
Llegó la segunda temporada de 13 Reasons Why y con ella nuevamente la polémica. Sin dudas esta es una serie que nos invita a debatir temáticas que atraviesan a la sociedad como lo son el bullying, el acoso y abuso sexual, las adicciones y, un poco más en esta temporada, los padecimientos psicológicos.
Esta segunda temporada se centró en lo que fue el juicio que la familia Baker (principalmente llevado por Olivia) llevó contra Liberty High School. Los Baker buscan encontrar algún culpable por todo lo que su hija padeció luego de descubrir la existencia de las cintas.
Pero esta temporada también se centró en mostrar la impunidad con la que ciertos sectores se manejan: específicamente hablamos de la figura de Bryce. Durante los episodios los jóvenes intentaron que de alguna manera él caiga por lo que les hizo a Jessica y Hannah (con el descubrimiento de El Club descubrimos que lamentablemente no fueron las únicas).
Bryce representa un emergente de una matriz de educación patriarcal que hace que los hombres crean que las mujeres son objeto de uso y descarte. Es por eso que sobre este personaje se desarrolla una visión que tiene que ver con cómo se construye la visión de la mujer desde esos ojos. Para Bryce las mujeres (a las que él atacó) se le insinuaban, lo buscaban. La realidad es no sólo no fue así, sino que el consentimiento nunca estuvo presente: para el personaje esto no es algo que se necesite ya que toda mujer estaría deseosa de poder estar con él, y si lo acusa de algo es por arrepentimiento o vergüenza. Nunca la culpa es de él.
Su juicio, una vez que Jessica toma la valentía de denunciarlo, es lo más calado de la realidad que hay dentro de esta temporada. La condena que sufrió, que nos dio mucha bronca e impotencia, es algo que ocurre en muchísimos casos. Sí: para esta serie el gran villano es Bryce Walker.
A diferencia de otros villanos de ficción, el odio hacia Bryce es distinto. Si bien existen villanos a quienes odiamos, como Joffrey en Game of Thrones quien realmente era repugnante, el problema con Bryce es que en él está representada una gran problemática social.
Bryce representa al hombre criado dentro del mundo machista: al interiorizarnos más en la familia podemos terminar de ver cómo se conforma este monstruo.
El dinero, ser una estrella del deporte y el más popular en el Instituto es lo que le garantizó poder llevar una postura de total impunidad en su entorno. Sus relaciones eran manipuladas por todo lo que él daba… no olvidemos que gran parte de lo que le pasa a Justin se debe a no poder ir contra “el que le dio todo”.
Pero en esta temporada vemos cómo algo se quiebra porque no es solamente el hecho de conocer lo que sucedió: recordemos el temor que tiene Chlöe de denunciarlo a pesar de ser consciente que él abusó de ella, además que, como explican en las entrevistas en Más allá de las razones 2, ser la novia de Bryce la posiciona como persona y dentro del Instituto, siendo la adolescencia su propio mundo.
Lo sucedido con Bryce también pone de manifiesto una estructura patriarcal donde los hombres terminan siendo impunes por su posición de ídolos. Esto se desarrolla al descubrir El Club, lugar donde no solo iban los deportistas del Instituto actuales sino además sus generaciones anteriores. Recordemos el énfasis que el entrenador pone en que no se sepa más sobre esto, y en cuanto descubren que ya muchos saben de la existencia lo vuelven un depósito. Las Polaroid son algo clave para la trama, pero no es algo de lo que hablaremos ahora.
Bryce no es solo el villano de la serie, es el villano del mundo, una ideología y una estructura contra la que se lucha. La problemática de los abusos sexuales no es algo menor alrededor del mundo, y poco a poco se va tomando más conciencia sobre esto. Los descubrimientos que se hicieron en Hollywood respecto a Weinstein son solo la punta de un iceberg que se está mostrando para destruirlo y comenzar de nuevo.
Por eso es que Bryce nos hace tanto ruido a diferencia de otros villanos: en él no solo vemos maldad sino que vemos representado algo que las mujeres padecen todo el tiempo; las injusticias que se engloban, paradójicamente, en el sistema judicial que es netamente patriarcal.
Bryce Walker no termina de entender nunca que lo que hizo estuvo mal: wsto es porque en su mente esa es la estructura, y su condena, que fue más una advertencia que un castigo, en sí también es algo que es moneda corriente. El poder influye mucho en estos casos.
Bryce no es solo un villano más, es un villano que representa a la perfección una realidad, y eso es lo que nos hiela la sangre: saber que en el mundo existen muchísimos Bryce que caminan impunes.
