Podrán muchos llamar su comedia “de pastelazo”, escatológica o incómoda (por su doble sentido frecuente, considerando que la podrías estar viendo con hijos, sobrinos o abuelitos), pero las películas cómicas de Adam Sandler siguen funcionando y su estilo es capaz de coexistir con maravillas como la genialidad de Uncut Gems.
Lo bueno, lo malo y lo feo de un Halloween con Adam Sandler
¿Nos está castigando Sandler por no haber valorado la que posiblemente ha sido su obra maestra máxima, estrenada justamente en la plataforma de Netflix? La respuesta rápida es un rotundo “NO”. Pero los invitamos a leer nuestra evaluación general, al estilo del Viejo Oeste.
🙂
Lo bueno...
Hay MUCHAS cosas buenas aquí. El ritmo que lleva la historia y la narrativa bien contada hacen que trascienda de una “comedia del montón” a una trama que divierte de principio a fin, si acaso con un par de baches en el trayecto. Sandler lo entrega todo como siempre y explora un personaje que, aunque tiene trazas de otros que ha hecho en el pasado, es TODO para convertir en franquicia esta comedia de poco más de hora y media de duración.
Las actuaciones (tanto las de sus amigos, parientes y viejos conocidos) como la de nuevos valores y cameos son sencillamente geniales. Tener a su “rival” Ben Stiller en una escena especial justo al principio es sencillamente genial y amamos a la genial June Squibb (Ghost Whisperer) como la madre de Hubie.
La banda sonora de su frecuente compositor Rupert Gregson-Williams (Click, Grown Ups) demuestra que el músico conoce a Sandler, pues dota su pantomima y gracias con buen acompañamiento sonoro.
Lo malo...
¡Queríamos que durara más! Al menos nada queda lo suficientemente cerrado para una secuela futura, la cual recibiríamos con cariño. No obstante, al mismo tiempo la historia dura lo que es debido. Recuerden que el error de algunas películas de comedia de Sandler consisten justamente en prolongar demasiado la trama, como el caso de Grown Ups 2, Pixels y The Do-Over.
Aunque la broma de las playeras de mamá Dubois es hilarante al principio, se torna de mal gusto hacia mitad del filme, con chistes más pesados e innecesarios. Nada fuera del Sandlerverse, pero incómodas si hay menores en casa a quienes explicarles todas esas “frasecitas domingueras”.
Lo feo...
El bullying incesante que recibe Hubie tanto de niño como adulto es intolerable en ciertos momentos. Es cierto que obedece al estilo de comedia al que nos tiene acostumbrados Sandler y todo el tiempo sabes que habrá una moraleja… pero hay momentos en los que rebasa lo incómodo y hasta es repetitivo (esa secuencia donde todo mundo le arroja cosas al ir en la bicicleta se torna innecesaria más allá de la mitad de la película).
Lo bueno es que queda claro que no es bonito bromear a costillas de otros, y el filme deja claro que no se trata de una cuestión de tendencias en redes sociales, sino de coexistir con el prójimo en paz. ¡Ojalá así se resolvieran las cosas en el mundo real!
Mientras tanto, pasa un buen rato este Halloween (y el resto del año) con esta divertida cinta “de sustos”.