Carol es la única que puede (y debe) detener a Alpha

1916, el marco de la Primera Guerra Mundial. Viktor Kretzschmar y Thadeus Dreyer dirimen sus existencias en un vagón de tren que transporta tropas hacia el frente de guerra. La partida de ajedrez que están jugando dirá todo: Dreyer, futuro soldado a ser acribillado, cambiará su identidad por la de su enemigo momentáneo, Kretzschmar, un empleado de ferrocarril…

Esa es la primera pista que el ya difunto escritor mexicano Ignacio Fernando Padilla Suárez (o simplemente Ignacio Padilla) vertió en su excelente en su novela Amphitryon del año 2000: un juego de espejos total que Padilla lleva a límites aún más onerosos en su ficción al crear en exclusiva para nuestra imaginación un supuesto Proyecto Amphitryon durante la Alemania nazi, cuando se decide entrenar a un pequeño grupo de hombres para sustituir a dirigentes de alto rango garantizándoles así seguridad eterna.

No es eterno retorno, es eterno reflejo.

Omega, el último episodio de The Walking Dead, muestra ese juego abismal que se propuso la nueva cúpula de AMC para sacarle jugo al personaje de Alpha a más no poder. Pero, ¿por qué decimos esto?

En el cómic (atentos, ¡spoilers a partir de aquí!), Rick, Dwight y Maggie (dejemos a un lado a Negan) son los que enfrentan con fuerza y justeza a Alpha y sus Susurradores. En este momento de la serie, ninguno de los tres está disponible; es más, tampoco lo estará Michonne ya que Danai Gurira decidió alejarse en la próxima temporada; a Daryl no lo vemos aún tan líder ni determinante aún. ¿Y entonces? Sí, Carol, SIEMPRE ella.

El último capítulo relata que el destino de la lucha de poder entre las dos (actualmente) mujeres más fuertes del apocalipsis zombie es algo que se avecina, y con mucha certeza. Son 3 los momentos en los que se emparejan a los personajes, que se ven mutuamente al espejo y cambian de piel para poder cerrar lo que será el enfrentamiento más fuerte de la serie entre villanos y sobrevivientes: ya en el comienzo, Lydia y Henry hablan, cada uno, de la ferocidad de sus madres; luego, se comenta, a través de los relatos, lo fuertes que son ambas mujeres, sus condiciones como líderes; por último, la genial anécdota de Henry contando el porqué Carol dejó crecer su pelo, demostrando que era un signo de paz consigo misma, de tolerancia y seguridad… en el caso de Alpha, vemos que en el pasado lo mantenía largo y que ni bien se transforma en un ser despiadado, se olvida de ese signo y mantiene su cabeza rapada.

¿Casualidad?

Sin dudas, Alpha completa a Carol y Carol completa a Alpha, son la misma persona en diferentes estadios de la vida, uno de superación y otro de regresión; un enfrentamiento llevaría a que se puedan establecer en un punto medio donde se dirima el bien y el mal, lo humano contra lo salvaje, la esperanza enfrentada a la decadencia.

En este momento podrá sonar todo muy poco probable, pero hay un dato que no puede fallar. Basándonos en los cómics, y si la producción de la serie retoma aunque sea esto, debemos resaltar que uno de los sobrevivientes que cae en las garras de Alpha y Los Susurradores es Ezekiel: el monarca de El Reino es asesinado por el nuevo grupo de villanos y eso hace estallar La Guerra contra Los Susurradores.

Lógico: a estas alturas, Carol es “la reina” de la comunidad orquestada por Ezekiel; perderlo la llevaría a volver a ese estado de extrema violencia que conocimos en las temporadas pasadas… Solo faltaría que vuelva a mostrarse con el pelo corto y que el caos se adueñe de The Walking Dead con toda la fuerza posible de una vez por todas.