Muchos de nosotros nos despertamos con la noticia: Chadwick Boseman, el actor que supo interpretar al rey T’Challa en el Universo Cinematográfico de Marvel, había muerto. Boseman, de 43 años, estaba lidiando, sin que su público lo supiera, con un cáncer de colon desde hace cuatro años que, finalmente le costó la vida.
Chadwick Boseman, el rey que el mundo necesitaba
¿Quién fue Chadwick Boseman en realidad? Una rápida búsqueda en Internet nos dice los datos básicos: nació en Carolina del Sur, Estados Unidos, un 29 de noviembre de 1978. Estudió en la Universidad de Howard, donde gracias a su mentora Phylicia Rashad, ayudada por Denzel Washington, logró asistir al Oxford Mid-Summer Program de la British American Drama Academy. Sus primeras intenciones eran las de escribir y dirigir, viendo el aprendizaje de los secretos de la actuación solo como un medio para poder ser un mejor director, sin embargo, la vida lo llevó por otro camino.
Su carrera en Hollywood empezó lentamente y no sin sobresaltos. Podemos decir que su primer gran papel fue en la soap opera All My Children, pero ya en ese entonces Boseman se destacaría: enfrentaría a los productores del show para hablar sobre los prejuicios raciales que All My Children encarnaba. Esta queja le valió la salida de la serie, que re-casteó su papel. Sin embargo, Chadwick no se desesperó: continuó trabajando en silencio, escribiendo y dirigiendo obras de teatro, y teniendo pequeños papeles en otros productos televisivos, sin resignar sus creencias acerca de qué roles estaba dispuesto a interpretar, esos que no perpetuaran el estigma que la población afroamericana sufre, todavía hoy, en Estados Unidos.
Recién en el 2013 Chadwick Boseman tuvo su primer gran éxito en la pantalla grande, de la mano de 42, un film en el que se puso en la piel de la estrella del baseball Jackie Robinson. Aquí, podemos decir, empezó a demostrar su enorme capacidad para construir personajes icónicos que quedarían en la memoria de todos, ya fueran basados en personas reales, como Robinson o, luego, James Brown en Get On Up, o ficcionales como el impresionante Black Panther.
Ese primer encontronazo con la industria hollywoodense definía muy bien a Chadwick Boseman: el actor nunca estaba corto de palabras para hablar acerca de las injusticias y la falta de representatividad que los afroamericanos sufrían en la pantalla grande y chica. En la ceremonia de los SAG Awards, Boseman se expresó acerca de las dificultades que se les presentan a las personas jóvenes, talentosas y negras. Interpretar a T’Challa y contar la historia de Wakanda era, para el actor, la forma de demostrar que se podía contar una historia afroamericana sin caer en los prejuicios en los que la industria suele caer.
Como si su trabajo dentro de la industria no fuera suficiente, además, se pudo ver a Chadwick Boseman participar de las protestas de Black Live Matters de los últimos tiempos, luego del asesinato de George Floyd en los Estados Unidos. Desde sus redes sociales, el actor compartía mensajes sentidos que llamaban a la reflexión y a la amplificación de voces, siempre respetuoso e inteligente. Tal vez sea por eso que, en líneas generales, quienes lo conocieron, colegas y amigos de la industria, lloran su pérdida y destacan cómo Boseman irradiaba empatía, gentileza, amabilidad y fuerza.
Sin dudas, este 2020 parece ensañado con hacernos sufrir. La partida de Chadwick Boseman es otro ejemplo en la larga lista de cosas terribles que nos han sucedido en estos meses, sin embargo, su trabajo no ha sido en vano: no tenemos dudas de que, gracias a su esfuerzo, mucho del cual hizo cuando estaba padeciendo una terrible enfermedad, plantó los cimientos del cambio que nos gustaría ver en la pantalla. Gracias a él realmente podemos decir que Wakanda vivirá por siempre.