Christopher Nolan, el director que habla del bien, el mal y la naturaleza humana
Memento, Insomnia, Interstellar y hasta las consideradas por muchos las mejores películas de Batman son algunas de las muestras que la carrera de Christopher Nolan nos ha dado para demostrarnos que se trata de uno de los mejores directores de su generación.
Todavía joven (recién ha pasado los 50 años), Christopher Nolan acaba de debutar su última película, Oppenheimer, y, según las críticas, parece ser su obra maestra. ¿Quién es el hombre detrás de esta película monumental? Exploremos juntos su biografía.
El 30 de julio de 1970 en Westminster, Londres, nacía Christopher Edward Nolan. Hijo de Brendan y Christina Nolan, él británico y ella americana. Brendan era ejecutivo de publicidad y director creativo, mientras que Christina era auxiliar de vuelo y luego profesora de inglés. Christopher era el hijo del medio entre Matthew, su hermano mayor, y Jonathan, su hermano menor.
Como muchos directores, Christopher Nolan supo desde muy pequeño que quería dedicarse al cine. Películas como 2001: A Space Oddyssey y, por supuesto, la trilogía de Star Wars, así como también el cine de Ridley Scott en general fueron sus primeras influencias. Ya a los siete años, utilizando la cámara Súper 8 de su padre, comenzó a filmar sus primeros cortometrajes utilizando sus juguetes para realizar una animación en stop motion titulada Space Wars, que le rendía homenaje, claramente, a Star Wars.
Ya en su adolescencia, Christopher siguió adentrándose en el mundo del cine y conociendo amistades que también, como él, tenían sus mismos intereses. Así, en esa etapa, filmó junto a su amigo de la infancia Roko Belic (director luego de filmes como Genghis Blues y Happy) Tarantella, un cortometraje surrealista realizado en la misma cámara Súper 8 con la que dio sus primeros pasos en la infancia que terminó saliendo al aire en PBS.
Sin embargo, a pesar de tener tan claro y desde tan pequeño su deseo de convertirse en cineasta, Christopher Nolan decidió no estudiar una carrera relacionada con el cine. Su padre, Brendan, fue quien se lo sugirió, para así poder conseguir una nueva perspectiva. Si bien Christopher le hizo caso y estudió Literatura Inglesa, eligió la UCL (University College London) por las posibilidades que le daba de ponerse a filmar: la universidad contaba con una sala de edición Steenbeck y cámaras de 16 mm.
Allí, Nolan no solo se convertiría en el presidente de la Union’s Film Society, sino que también conocería a quien se convertiría en su novia, esposa y compañera a la hora de producir la mayoría de sus películas, Emma Thomas.
En 1993 Christopher Nolan finalmente se graduó de la UCL, pero eso no le impidió en 1996 filmar con el equipo de la universidad un cortometraje titulado Larceny que se mostró en el Festival de Cine de Cambridge y que, aún hoy, se considera uno de los mejores que la universidad haya mostrado allí.
Luego de graduarse, Nolan comenzó a entrar lentamente en la industria cinematográfica, trabajando como lector de guiones, operario de cámaras y hasta director de vídeos corporativos y filmes industriales.
Con estos trabajos, Christopher intentaba juntar los fondos para comenzar a producir sus propias ideas, como el cortometraje Doodlebug, o el filme que luego abandonó titulado Larry Mahoney. Para Nolan, que era un novato en ese entonces, era muy difícil conseguir los fondos para sacar a flote sus proyectos y, en sus propias palabras, el mundillo del cine en Inglaterra era bastante exclusivo y ofrecía pocas ayudas a los recién llegados.
En 1998Christopher Nolan (junto a Emma Thomas), dio a luz al que se considera su primer largometraje: Following. Protagonizado por Jeremy Theobald (quien también fue productor de la película), cuenta la historia de un escritor joven que busca ideas para su nueva novela siguiendo a desconocidos por las calles de Londres. Esta actitud pronto lo sumerge en un mundillo criminal.
El filme fue realizado con la módica suma de 3000 libras y filmado en los fines de semana, con la colaboración de muchos amigos de Nolan y Thomas. Su debut en festivales le trajo a Nolan muy buenas críticas y hasta premios, con críticos comparando su estilo con el de Hitchcock.
Fue el éxito de Following lo que le abrió las puertas a Nolan para realizar su segunda película, una quizás que ya actualmente es más conocida: Memento. Sin embargo, Memento no existiría sin la ayuda de Jonathan Nolan, quien es la mente detrás de la innovadora historia de este filme y quien primero realizó un cortometraje que sentaría las bases para la memorable película que lanzó a Christopher a la fama.
Con un presupuesto de 4 millones y medio y protagonizada por Guy Ritchie y Carrie-Ann Moss, fue distribuida por Newmarket Films y debutó en el Festival de Venecia, donde deslumbró a los críticos por su originalidad, quienes incluso la enlistaron como uno de los mejores filmes de ese año, el 2000.
Luego de Memento, las puertas continuaron abriéndose para Christopher Nolan. Así, Soderbergh lo recomendó al estudio Warner Bros. para que dirigiera Insomnia, la remake del filme noruego de 1997 que sería protagonizado nada más y nada menos que por Al Pacino.
Fue este incipiente vínculo con Warner Bros. lo que motivó al cineasta a proponerles dirigir una nueva película de Batman, esta vez anclado en un mundo más realista, en el que pudieran contar su historia de origen. Con Batman, Nolan comenzaría a desarrollar algo que se convertiría en sello de filmografía: la supremacía de los efectos especiales prácticos sobre el uso del CGI.
El resto es historia: la trilogía de Christopher Nolan de Batman es, quizás, en el mundo de los superhéroes una de las pocas que se salva del escrutinio generalizado que sostiene que este tipo de filmes no pueden ser de calidad. Para saber qué tan celebrada es esta trilogía, recomiendo releer este artículo de Sebastián Saco, que vio la luz el mes pasado cuando repasábamos las luces y sombras de DC en las pantallas grande y chica.
Entre medio del desarrollo de la trilogía del Caballero Oscuro, los Nolan, es decir, Christopher y Jonathan, colaborarían una vez más en un filme, esta vez titulado The Prestige, que narraba la rivalidad entre dos magos, interpretados por Hugh Jackman y Christian Bale. Si bien no es uno de los filmes más celebrados dentro de la filmografía de Christopher Nolan, rindió frutos: sobre un presupuesto de 40 millones de dólares, terminó ganando 109.
Fue el éxito de The Dark Knight, al segunda entrega de la trilogía de Batman, lo que consiguió que Warner Bros. considerara a Christopher Nolan para que dirigiera una película que terminaría convirtiéndose en una de sus obras maestras. Hablo, por supuesto, de Inception, el filme protagonizado por Leonardo DiCaprio que explora ideas filosóficas tan antiguas como la alegoría de la caverna de Platón.
Una vez liberado de las obligaciones de terminar la trilogía de Batman, Cristopher, otra vez de la mano de su hermano menor Jonathan, se dispuso a trabajar en otro filme que se convertiría en clásico: Interstellar. Pensado, primero, en base a un guión de Jonathan y para ser dirigido por el mismísimo Steven Spielberg, terminó en las manos de Cristopher, quien intentó por todos los medios preservar la exactitud científica.
Más allá del éxito de Interstellar (y de todas sus películas anteriores), Christopher Nolan necesitó tomarse un tiempo antes de volver a dirigir. Mientras reunía fuerzas para la que sería su próxima película, se dedicó a fomentar la preservación y distribución del material de cineastas menos conocidos a través de la productora que fundó con su esposa, Syncopy, como por ejemplo los Hermanos Quay, unos gemelos idénticos que se dedican a la animación en stop-motion (que, si recordamos, está muy ligada a los comienzos infantiles de Christopher Nolan en el cine).
Luego, claro, vendría Dunkirk, el filme que cuenta la evacuación de los soldados de los Aliados de esa playa francesa durante la Segunda Guerra Mundial y, más tarde, Tenet, que, a diferencia de todos sus filmes anteriores, no tuvo tanto éxito como se esperaba.
A pesar de ser considerado uno de los grandes directores de esta época, vale destacar que Christopher Nolan, aunque sí estuvo nominado varias veces, todavía no posee ningún premio de la Academia ni tampoco ningún Globo de Oro. ¿Será Oppenheimer, el nuevo y reciente filme del director, la oportunidad de tachar esto de su lista?
Oppenheimer, el doceavo filme en su carrera de director, es sin duda uno de los más esperados de este 2023. Estrenado el mismo día que Barbie, otra obra muy anticipada, es mencionada por muchos como la obra maestra de Christopher. ¿Crees que logrará hacerse con la estatuilla dorada? ¿O esta seguirá escapándosele a este director que destaca tanto por su compromiso con el cine como por su obsesión por retratar la naturaleza humana de una manera inconfundible?
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