Cielo Rojo Sangre, la cinta alemana de Netflix que parece un cliché eterno, pero…
Nadie está hablando de la nueva película de vampiros que acaba de estrenar Netflix. Tampoco nadie está consciente que la compañía de streaming se adapta a la calidad de historias que le ofrecen producir en el país donde se encuentra…
Blood Red Sky (Cielo Rojo Sangre) es una película alemana que está producida o distribuida por Netflix y que resulta ser la ópera prima del director Peter Thorwarth, que hasta este momento solo había escrito guiones. Los cambios que da a los lugares comunes del subgénero de los vampiros y al género del suspenso son espectaculares y sueltan para nada al espectador en las dos horas de su duración.
Elías viaja con su madre enferma Nadja desde Alemania a Nueva York para recibir un nuevo tratamiento para una rara enfermedad que la obliga a tomar medicamentos en todo momento. Elías, como buen hijo único, debe hacerse cargo de todo lo que necesita su mamá, incluso que no le dé el sol para nada. Él mismo registra las maletas de ambos y se encarga de la logística del viaje, pero no deja de ser un niño. Pronto ambos deberán salir vivos de un secuestro a bordo mientras que a Nadja se le acaba el medicamento y el tiempo para conservar en secreto su verdadera enfermedad.
Hace algunos días tuve una clase on line con Sandra Becerril, escritora de libros de género de terror y guionista de cine mexicano de género. Le pregunté cómo al estar escribiendo historias de horror y terror podías evitar los clichés, y la respuesta fue mucho más interesante que la propia pregunta y Blood Red Sky logró saltar todos estos lugares comunes y les saca la vuelta. Todos hemos visto películas de suspenso como Plan de vuelo de Robert Schwentke (2005) y cintas de vampiros como Inframundo de Len Wiseman (2003) y 30 días de noche (2007). Pues Blood Red Sky es una mezcla extraña entre todas estas con un toque de exageración de Serpientes en el avión (2006) y logra colocar cada situación en su debido lugar, darle un desarrollo y cerrar su ciclo sin ser inverosímil al hacerlo.
Se puede ser fan del subgénero vampírico y ser puritano al respecto, pero hoy en día ningún estilo o tema es 100% original, pero tampoco ninguna idea o tesis no se verá influenciada por lo que se ha visto antes. Los escritores y guionistas retomarán lo que han leído al respecto, lo reciclarán para crear su propia historia, bien dicen que no hay nada nuevo debajo del sol. La verdadera proeza es que esa idea se vea lo más original posible, y cuando el espectador parezca que está deduciendo la historia, se le dé un giro para que no siga pensando lo mismo, aunque le presentes todos los lugares comunes que ha visto en otras historias.
Muchos podrán decir que la figura del vampiro está deformada, claro que sí, como la del zombie, pero también han sido renovadas para las nuevas generaciones. Es muy raro oír hablar a un joven cinéfilo sobre Nosferatu (1922) y su influencia cinematográfica como el origen del vampiro en el celuloide, pero también de su fuerte carga artística de parte del expresionismo alemán. Cuando una buena película de vampiros que presenta todos los clichés y les da la vuelta, abre una puerta de curiosidad e interés que puede llevar a conocer estos orígenes y entender realmente los distintos tipos de vampiros: como cepa viral como nos los presentó Guillermo del Toro con la serie The Strain. También lo tenemos como un dandy nocturno en la representación magistral de Bela Lugosi en 1931 o la versión romántica de Francis Ford Coppola en 1992. Estas tres versiones han sido adaptaciones, libres o no, de lo que escribió Bram Stoker a finales de 1800; las tres han sido aceptadas por la crítica, pero también el conocedor de los vampiros ha sabido aceptar las diferentes adaptaciones de un ícono del horror literario que se ha transformado y deformado a través del tiempo, pero que bien adaptado, puede ocasionar una curiosidad necesaria en quien vea las modernas adaptaciones que nutren todo un universo de un solo personaje.
Pero...
Aunque la premisa es muy interesante y es bien lograda por su director, hay momentos que se cae y el personaje principal tiene antagonistas que salen de la nada, se sienten forzados de manera que se nota que quieren que la película cumpla con un estándar de duración y la idea se alarga demasiado.
En resumen
Blood Red Sky (Cielo Rojo Sangre) presenta un vampiro que no es desconocido por el espectador, ya sea el que no está tan interesado como el que sí. Tampoco se libra de los clichés y lugares comunes, pero como se comenta arriba, el director tiene la destreza necesaria para poder darles la vuelta y presentar una historia con una tesis interesante con muy buenos momentos que no sueltan al que la ve para nada.