¿Cómo se financia el cine latinoamericano? ¿Qué rol juega el Estado en la producción, inversión y divulgación de las películas locales? Aquí echamos un vistazo a tres casos particulares en América Latina: Argentina, México y Brasil.
Comencemos con Argentina, donde el ente gubernamental que se encarga de financiar las producciones cinematográficas es el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), un organismo descentralizado del Ministerio de Cultura de la Nación que se financia a través del Fondo de Fomento al Cine (FFC), el cual se integra por la venta de entradas del cine e ingresos del Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM). Solo en 2021, se destinó $2.200 millones de pesos al fomento de la producción audiovisual.
En 2021, 443 películas recibieron apoyo del INCAA y en lo que va de 2022 se otorgaron $596 millones a 167 películas (vía). Además, 133 proyectos pudieron iniciarse en el último año gracias al anticipo del Fondo de Asistencia para la Reactivación de Rodajes (vía), un programa del INCAA que aún sigue vigente y brinda a los productores un adelanto a cuenta de subsidios, que será descontado del dinero que le correspondiera percibir a la película, para su compensación.
El Instituto otorga dos tipos de subsidios y, como parte de una política activa e integral, se recomienda que en la conformación de los equipos técnicos se contemple una representación plural e igualitaria de género. Un subsidio es un porcentaje fijo (el 35%) del costo medio de una película (cerca de 100 millones) que se otorga según la calificación del film para el pago de los sueldos de los actores y técnicos. El otro es en función de la recaudación por la venta de entradas una vez estrenada la película, con un tope prefijado:
- Animación: hasta $18 millones.
- Ficción: hasta $15 millones.
- Documental: hasta $8 millones. (vía)
El presupuesto total previsto para el INCAA en 2022 es de $6.365 millones, de los cuales $3.300 millones están destinados para subsidios de todo tipo y, de este monto, $1.900 millones son subsidios directos por adelantos a productores y realizadores cinematográficos.
En los últimos años, las 5 películas que más subsidio recibieron fueron:
- El robo del siglo: 33,5 millones.
- La odisea de los giles: 27,5 millones.
- El alivio: 24,4 millones.
- Hugo, Paco y Luis: 21,5 millones.
- Flipper: 21 millones.
Vamos a México. En 2020, el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (FIDECINE) desapareció junto a 109 fideicomisos que apoyaban a la industria local. En 2021, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), anunciaron la nueva herramienta de Fomento al Cine Mexicano (Focine), un programa de subsidios mediante el cual el Imcine da apoyo a la producción, la exhibición y la conformación y preservación de acervos cinematográficos (vía).
Los apoyos se dan desde la consolidación del presupuesto de las películas hasta su conclusión, en la postproducción, y se otorgan puntos extras a los proyectos dirigidos por mujeres, que presenten personas pertenecientes a comunidades indígenas o afrodescendientes o desde los estados, con el propósito de fomentar e impulsar la participación e inclusión de las distintas realidades y cinematografías.
Por otro lado, el Estímulo Fiscal a Proyectos de Inversión en la Producción y Distribución Cinematográfica Nacional (EFICINE), el motor más poderoso para el crecimiento del cine mexicano en los últimos años, contribuyó con 700 millones de pesos en 2021 con el fin de dar continuidad al apoyo a la producción y postproducción de largometrajes de ficción, animación y documental; así como a la distribución y exhibición de películas mexicanas.
Desde 2019 se han apoyado 251 proyectos con este estímulo y sus montos anuales se han mantenido en 700 millones de pesos, 650 al año para producción y 50 para distribución. Durante 2021, se autorizaron 67 proyectos de producción por un monto de 650 millones de pesos y 22 de distribución por 20.6 millones (vía). En el primer período de 2022, son 70 los proyectos de producción susceptibles de autorización y 27 para distribución de películas mexicanas que podrán solicitar el estímulo de la mano de más de un contribuyente (vía).
En 2020 y 2021, las 5 películas mexicanas más taquilleras fueron:
- Cindy la regia: 106 millones de pesos.
- Loco por ti: 68 millones.
- El mesero: 64.8 millones.
- Un rescate de huevitos: 50 millones.
- Veinteañera, divorciada y fantástica: 41 millones.
Por último, examinemos el caso de Brasil. En 2021, hubo 38.538 títulos de películas comerciales registradas en la Agência Nacional de Cinema (Ancine), según lo informado por la Associação das Produtoras de Obras Audiovisuais (Apro) y su rama internacional FilmBrazil. Para el mercado exterior se presupuestaron un total de 643 proyectos, de los cuales se llegó a producir el 54%.
En 2021, el Comité Directivo del Fondo Sectorial Audiovisual (FSA) determinó un Plan de Acción de Inversiones con un monto total de 651,2 millones de reales, con miras a estimular la actividad económica en el escenario pospandemia. El volumen destinado a inversiones en obras audiovisuales para cine y TV fue de 350,3 millones (vía).
En 2022, se anunció que en la actividad audiovisual están previstas inversiones por el valor total de 620 millones de reales, el cual se suma a los 651,2 millones aprobados en el Plan de Acción 2021. Este año, 420 millones serán destinados a inversiones en el sector y 200 millones para apertura de líneas de crédito.
Las inversiones en 2022 se dividieron de la siguiente manera:
- Producción Cinematográfica: 60 millones.
- Producción de película: 60 millones.
- Producción de cine (a través de distribuidor): 55 millones.
- Producción cinematográfica (nuevos directores): 25 millones.
- Coproducción internacional: 25 millones.
- Comercialización: 20 millones (vía)
Por otro lado, Agencia Nacional del Cine de Brasil anunció el lanzamiento de un fondo multilateral de coproducción internacional para proyectos de largometraje de ficción, documental y animación en cualquier etapa de producción que repartirá 40 millones de reales en dos modalidades: proyectos de coproducción brasileña mayoritaria y largometrajes en los que Brasil participe como productor minoritario. Cada proyecto seleccionado recibirá un máximo de 3 millones de reales (vía).
A manera de resumen, y como se ve los datos recabados, las tres potencias del cine latinoamericano dependen demasiado de la inversión estatal. A primera vista esto podría leerse como un acto altruista de parte de los estados, ya que el cine es arte, el arte es cultura y sin cultura ninguna nación puede no solo mantenerse en el tiempo sino directamente erigirse. Ahora, el cine, como casi todo lo que vivimos y experimentamos hoy, es un negocio, y con las recaudaciones que anotamos, ¿realmente es redituable desde el costado financiero? ¿Vale la pena un gasto semejante para naciones como las mencionadas, con índices de pobreza y miseria altos?
El filósofo racionalista René Descartes diagramó a través de una locución latina todo un pensamiento que acuñamos hasta el día de hoy: cogito ergo sum, que en español se traduce comúnmente como “pienso, luego existo” (más acertado sería “pienso, por consiguiente soy”). A veces, y sobre todo en nuestra región, la modificación de ese postulado por un “me alimento, luego pienso, luego existo”, siendo el instinto más animal de la supervivencia el eje del debate.