CODA es un drama que nos conmueve y nos enseña a escuchar con el corazón, pero…

Hoy se estrena en cines de México la película CODA: Señales del corazón de la directora Sian Heder, que se estrenó a principios de este año en Sundance y de inmediato fue adquirida por Apple para su distribución en los EE.UU. por una cifra récord de 25 millones de dólares (superando a Palm Springs que fue comprada por 17.5 millones de dólares el año pasado). Desde entonces generó gran expectativa.

La película se centra en el personaje de Ruby Rossi (Emilia Jones) quien es la única de su familia que puede oír: sus padres Frank (Troy Kotsur), Jackie (Marlee MatLin) y su hermano Leo (Daniel Durant) son sordos de nacimiento. De ahí que Ruby sea parte un grupo de personas que se conocen como CODA: Child of Deaf Adult (Hijos Oyentes de Padres Sordos).

Los Rossi se sostienen gracias a la pesca, y aunque están pasando por una crisis se las ingenian para sobrevivir con lo necesario sin grandes lujos.

Ruby ama la música, tiene una pasión por el canto que nunca ha mostrado en público. En la preparatoria se le presenta la oportunidad de ingresar al coro comandado por el excéntrico Bernardo Villalobos (Eugenio Derbez). Gracias a su ayuda, ella va descubriendo sus dotes para el canto y es motivada por el profesor para buscar una beca en el afamado Berklee College. Así, ella comienza a ensayar en casa del profesor, pero al hacerlo comienza a descuidar a su familia sorda que no tiene un intérprete que les ayude con las labores diarias de la pesca y la venta en el mercado. Todo se complica cuando un inspector visita el barco de los Rossi, pero sin Ruby su padre y su hermano hacen caso omiso de las instrucciones de los guardacostas y son multados por eso.

Ruby tendrá que decidir si desea seguir con su sueño de ingresar a la escuela de música o seguir ayudando a sus padres que realmente necesitan de su ayuda.

CODA es una adaptación del film original francés Le Familie Bélier de donde toma varias situaciones copiadas casi al carbón, pero lo que salva esta versión americana es el cast: mientras que en la original francesa los actores no eran sordos (con excepción del hermano), en esta versión la familia es interpretada por estrellas sordas de la actuación como la ganadora del Oscar como Merlee Matlin, el también director Troy Kotsur y el joven y apuesto Daniel Durant. Esto le da al film un grado de autenticidad importantes y aumenta el dramatismo de la cinta. Para completar el cuadro, la joven actriz Emilia Jones, quien tuvo que entrenar intensivamente su voz para interpretar las canciones de la cinta, además de aprender de verdad el lenguaje de señas, hace una actuación impecable, tierna y emotiva.

Los miembros de la familia Rossi tienen una química perfecta, que se nota a leguas y que fue la que provocó una ovación de pie en Sundance.

Heder logra mezclar muy bien dos temas de manera perfecta: por un lado el  coming of age típico centrado en Ruby y por el otro un drama familiar de una familia sorda que tiene que luchar contra la barrera del lenguaje, algo que a estas alturas de nuestra civilización ya no debería existir. Estos dos temas convergen en la parte final de la cinta y entregan un emotivo desenlace que une ambos temas al ritmo de la música.

Todo el cast dramático funciona a la perfección, incluso los personajes secundarios logran ser excelentes soportes de los principales, pero el problema viene del actor mexicano Eugenio Derbez: es el único que se ve sobreactuado, fingido, tirado al cliché y a diálogos trillados. Esto no es necesariamente su culpa, sino que así está escrito el personaje en parte como comic relief y como gancho para el público latino.

Por otro lado, la película bien podría haberse convertido en una cinta familiar pero la inclusión del consumo de drogas y el sexo ocasional podrían no ser aptos para el público infantil.

CODA: Señales del corazón es un gran drama familiar diseñado para tocar las fibras más profundas de nuestro corazón, y lo logra. Es una película que funciona gracias al cast tan perfecto que no solo actúa sino que nos transmite lo que es no poder escuchar a una sociedad que no los escucha a ellos.

Una gran película para reír, llorar y recapacitar.