Lo mejor y lo peor de la comedia romántica Con Todos Menos Contigo
¿Necesitas una razón para ver la película de Sydney Sweeney y Glen Powell? Estos puntos te ayudarán a tomar esa decisión.
Las comedias románticas son uno de los géneros más exitosos de Hollywood, porque todos, en algún punto de nuestras vidas, nos vemos representados por la historia imposible de amor, que al final termina con un final feliz (aunque a veces eso no pasa en la vida real, pero el deseo existe).
Tras su paso por cines, Con todos menos contigo llegó a la plataforma de streaming de Max, y la cual es una gran recomendación si buscas algo ligero, que te pueda sacar una sonrisa y por qué no, que descongele el corazón de hielo y tengas la necesidad de amar o de volver a intentarlo.
Hay algunos buenos puntos del por qué verla y otros que no tanto, así que te adelantamos un poco para que al final tú tomes la mejor decisión.
La clave de cualquier comedia romántica es que la pareja protagónica demuestra ese amor que la misma historia plantea y Sydney Sweeney y Glen Powell sí que lo saben mostrar. Basta con la secuencia inicial en donde sus personajes Bea y Ben se conocen una cafetería, y los lleva a pasar un día juntos conociéndose y teniendo hermosos momentos románticos juntos, sin tener ningún contacto sexual. Más allá de las actuaciones, esa química traspasa la pantalla que ahora se puede entender los rumores de una posible relación en la vida real.
Crédito: Sony Pictures Releasing
Es una historia ya probada y conocida
Al verla muchos tendrán la sensación de ya haber visto esta historia antes y claramente esto no será un error de percepción, ya que estarán en lo cierto porque la guionista Ilana Wolpert tomó como base Mucho ruido y pocas nueces, la comedia romántica escrita por William Shakespeare para realizar una adaptación actual bajo el nombre de Con todos menos contigo. Pero recordemos que no es la primera vez que llega al cine, ya que existen otras adaptaciones como la 1993 con Emma Thompson y Kenneth Branagh, o la de 2013 dirigida por Joss Whedon.
Crédito: The Samuel Goldwyn Company
Tiene los clichés del género
La muerte de alguien debe ser fundamental, la separación casi irremediable de la pareja principal, los exes que vuelven para recuperar a los protagonistas, los padres obsesionados con que su hija/o consigan a una pareja y los besos inesperados que revelan que hay un amor creciendo. Todos y cada uno están presentes en esta comedia dirigida por Will Gluck (Amigos con beneficios), y los cuales cumplen a cabalidad el género de la comedia romántica.
Crédito: Sony Pictures Releasing
LO MALO
Tiene los clichés del género
Así como los clichés fueron de lo mejor, también son parte de lo peor y no es un error. En lo personal he visto varias comedias románticas que el notar que cada cliché ya había sido puesto en escena o no, me arruinó un poco la experiencia de ver la película. De alguna forma ya sabía de qué iba y qué podía seguir después. Poco a poco me di cuenta que ya no la disfrutaba tanto porque era predecible. Si no hubiese sido por los protagonistas y su poco más de hora y media de duración, entonces seguramente la hubiese abandonado.
Crédito: Sony Pictures Releasing
Sus personajes secundarios
Muchas comedias románticas además de enamorarnos de sus protagonistas, terminan haciéndonos enamorar también de aquellos personajes que giran a su alrededor. Desafortunadamente me pareció que los secundarios esta vez se quedaron muy atrás de lo esperado, cayendo completamente en estereotipos y con un desarrollo casi plano. Algunas secuencias de comedia no tienen el potencial de ser verdaderamente graciosas debido a ellos. Cuando se tiene a Dermot Mulroney, quien protagonizó una ron-com icónica como La boda de mi mejor amigo, no lo desperdicias de la manera en que se hizo. Podría pensar que juegas con ese pasado para soltar una referencia dentro de la misma historia.
“The brutalist” es una épica íntima y personal sobre la propia reconstrucción. Con una narrativa imponente, una vanguardia visual y clasicismo cinematográfico. Es APABULLANTE de principio a fin y Adrien Brody es el corinto central de esta epopeya.