Los secretos detrás de la icónica escena de baile de Pobres Criaturas
Conoce un poco más del trabajo de la reconocida coreógrafa argentina Constanza Macras en la nueva película de Yorgos Lanthimos.
Tras su paso por salas de cine y luego de haber recibido cuatro premios Óscar, incluyendo el de mejor actriz principal para Emma Stone, Pobres Criaturas ya está disponible en el catálogo de STAR+ en donde podrás revivir la película del director Yorgos Lanthimos, basada en la novela homónima del escritor y poeta británico Alasdair Gray.
La historia sigue Bella Baxter (Stone), una joven a la que el brillante y poco ortodoxo científico Dr. Godwin Baxter (Willem Dafoe) le devuelve la vida. Bajo la protección de Baxter, Bella está ansiosa por aprender. Deseosa de la experiencia que le falta, Bella huye con Duncan Wedderburn (Mark Ruffalo), un abogado astuto y libertino, en una aventura vertiginosa a través de los continentes. Libre de los prejuicios de su época, Bella crece firme en su propósito de defender la igualdad y la liberación.
En las más de dos horas de duración, hay una escena icónica de baile entre Bella y Duncan, la cual tiene mano latinoamericana, específicamente de Argentina, ya que la coreógrafa Constanza Macras fue convocada nuevamente por Lanthimos, con quien trabajó en La Favorita, para el desarrollo de esta escena.
Comprendiendo a Bella
Para representar a Bella, una chica que aún no está cómoda en el cuerpo de una mujer adulta, Constanza Macras tuvo que recurrir a imaginarse a una niña que después tendría que liberarse: “Tomé la idea de una niña que no controla su cuerpo, de alguien que tiene un cerebro que no es propio y que por lo tanto se mueve descoordinadamente”, señaló. “Por otra parte, la danza se da en un momento en el que Bella se empieza a querer liberar de Duncan. Se fue con él a Lisboa, empieza a experimentar el mundo y ahora siente su control. Deja de estar obnubilada por él. Esta danza marca ese quiebre”.
Las complicaciones a las que se enfrentaron
Macras creo tres coreografías para los extras, los cuales eran bailarines no profesionales que recibían las indicaciones en húngaro por un auricular. Pero eso no fue lo más complicado, ya que la filmación se dio en plena emergencia sanitaria: “Grabamos en Budapest en plena pandemia de COVID-19, así que los extras que participan del baile iban cambiando constantemente porque se enfermaban y debían ser reemplazados. Eso implicó empezar de cero una y otra vez”.
¿Cuáles fueron los elementos que tomó en cuenta para el baile?
Además de tener la oportunidad de ensayar junto a Emma Stone y Mark Ruffalo durante dos semanas, Macras tuvo que tomar en cuenta diversos factores para el desarrollo de la escena. La altura de los actores, las características de los personajes, el momento en que transcurre el baile dentro de la historia y el estilo de Lanthimos fueron algunos de ellos. En el caso de Stone, su experiencia en La La Land facilitó aún más el proceso.
“Acá soy un instrumento para una parte de un guion que es la visión de otro. Implica insertarse en el engranaje que es una película, con muchas partes funcionando en simultáneo”, señala Macras. “La forma en que usa la danza no es decorativa. Es profunda, graciosa y dramática a la vez. Tiene múltiples funciones dramatúrgicas que le aportan mucho a la trama en el momento en el que están. Además, la usa para marcar giros en las relaciones de los personajes”. Por último añadió: “Me gusta trabajar con él porque no tiene una forma simplista de usar el movimiento, sino todo lo contrario”.
¿Existe alguna influencia de Latinoamérica en su trabajo?
Pese a trabajar en una producción internacional, la cual se desarrolla en Europa, el latinoamericano de Constanza Macras se ha hecho presente en todos sus trabajos, ya que están permeados de referencias a textos, música y otras piezas de arte argentino y sudamericano: “La forma en que me muevo y la manera en que pienso el movimiento tiene que ver con el lugar de donde vengo. Aunque viva en Europa desde hace más de treinta años, está en todo lo que hago”.
