Ante la llegada de la serie icónica a Netflix, y con el live action ya entre nosotros, hablaremos en este artículo de uno de los aspectos más trascendentales de la serie: su soundtrack, la importancia de la composición y el vuelo mental que provoca en cada uno de los capítulos y cómo es que ese detalle se convirtió en un emblema.
Cowboy Bebop es más bestial por su soundtrack que por otra cualidad


Yoko Kanno, el Bebop y la experimentación
Todo el crédito de la composición se lo lleva Yoko Kanno, uno de los nombres más relevantes del mundo del anime. Su influencia como arregladora y compositora de bandas sonoras de algunas de las series más importantes de los últimos tiempos persiste esencialmente por su nivel creativo. Pero en Cowboy logra un trabajo de artesanía. Cuentan que lo importante radica en el nivel inspiracional que tuvo con el director de la serie Shinichiro Watanabe y su trabajo casi simbiótico con la compositora. Kanno componía una canción que terminaba inspirando una escena, y a veces una escena motivaba a la compositora con su trabajo. En ese ida y vuelta, la serie logra crear ambientes y espacios demoledores. Por momentos la música nos sumerge tanto en las escenas que uno termina despojado de toda realidad para convertirse en parte de las secuencias que transcurren.
Otro gran detalle es que no por nada la serie tiene por título “bebop”: gran parte de la influencia sonora y rítmica está apoyada en ese estilo musical que mezcla el jazz, el blues y la improvisación. En ese hermoso caos rítmico que oscila entre sonidos a velocidades astronómicas y baladas estridentes, la serie se confabula creando una sustancia casi adictiva desde lo visual y lo auditivo. En cierta forma podemos decir que por momentos se experimentan momentos altísimos de psicodelia que sumergen al espectador en un espacio delicioso y audaz.
Ya desde la intro con la canción Tank se nos motiva saltar del sillón y mirar con entusiasmo cada detalle.
Musica en escena
Alguna vez Kanno declaró que “cada película tiene su propia música. Es solo cuestión de sacarla de ahí adentro”. Y si aplicamos esa frase a la serie, esto es así ya que la compositora crea un estilo para cada momento de la trama, para cada secuencia, para cada personaje, e incluso, y este detalle es lo más asombroso, para cada diálogo. Entonces ciertos momentos son calmos o álgidos, o las dos cosas pueden estar sucediendo al mismo tiempo. Pero lo más interesante es que la serie se aleja de los cánones de las clásicas japonesas: la música va en contra de los patrones conocidos, no juega al facilismo de lo épico estridente de las grandes orquestas de cámara, sino todo lo contrario, ya que es rock, es jazz, es bebop en estado puro y eso converge en un espectáculo visual y musical impresionante. Quizás esta escena de persecución lo muestre cabalmente.
El live action debe...
Esencialmente los fans esperan que el live action respete este aspecto dado que es una de las formas cruciales y lo que le ha dado la identidad a la serie. Y que se entienda este punto: no hablamos de la historia en sí, hablamos del espíritu y la imaginación que debe ser parte para crear los escenarios perfectos para que no caiga en uno de esos fiascos sin forma ni fondo a los que por momentos nos tiene acostumbrados en los últimos tiempos la plataforma emblema de las series.

Sabemos que Yoko Kanno está detrás de la composición, y eso nos da más que grandes esperanzas. Los que amamos esta serie sabemos que este anime fue, es y será uno de los más importantes de la historia gracias a ella y a su gran personalidad para crear bandas sonoras de calidad.