Realmente no estaba preparado para el episodio 3 de The Last of Us y la historia que el programa cuenta a través de Bill y Frank. Aquí analizaremos las escenas de la pareja que están situadas en 2023.
Luego de que veamos a los saqueadores tratando de aprovecharse de los recursos de Bill y Frank, viajamos al presente para ver en qué estado se encuentran. Y si bien fue Bill quien recibió un disparo en la escena anterior, aquí la situación se hace realmente lúgubre con la enfermedad de Frank.
Según lo que se muestra en el tercer episodio, es seguro decir que Frank desarrolló la enfermedad de Parkinson en los años que pasaron entre el intento de asalto y el presente. Teniendo en cuenta de que estamos hablando de un lapso de 10 años, no es extraño que esté tan avanzada.
La enfermedad de Parkinson es una afección que afecta el cerebro donde varias áreas se dañan cada vez más con el tiempo. Los principales síntomas de la enfermedad de que afectan a Frank son temblores involuntarios en el cuerpo, movimientos lentos, rigidez muscular e insomnio.
Otro momento clave para determinar la enfermedad de Frank es cuando él mismo afirma que no había cura para su condición antes del brote, lo que significa que encontrar un médico ahora no lo ayudaría de ninguna manera. Esto también lo conecta con el Parkinson, el cual lamentablemente es incurable en el mundo real.
Sabiendo que su condición empeoraría con el tiempo, es probable que Bill y Frank hayan hablado sobre la posibilidad de un suicidio antes de esto. El desarrollo de la enfermedad de Parkinson hace que Frank tenga tiempo para planificar su último día antes de tomar esa decisión.
Si bien Frank y Bill pudieron tener acceso a una medicación que mantuvo a Frank con vida durante más tiempo, este episodio destaca algo que no se centró en el juego original: cómo otras enfermedades representan una amenaza latente en el sombrío mundo post-apocalíptico de la serie.
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