El final de temporada de House of the Dragon estremeció a los espectadores cuando terminó con una fascinante persecución de dragones sobre Bastión de Tormentas. Después de llegar para tratar con Lord Borros Baratheon en nombre de su madre la Reina Rhaenyra, Lucerys “Luke” Velaryon (Elliot Grihault) se encuentra en la mira de su sádico tío, Aemond Targaryen (Ewan Mitchell). Aunque Lord Borros prohíbe cualquier derramamiento de sangre en su salón, envía a Lucerys a su casa a pesar de la terrible tormenta que azotaba los cielos en esos momentos. Aemond lo persigue en su muy gigante dragona Vhagar, riéndose de la “deuda” que Luke le debe por sacarle un ojo cuando eran niños. El dragón de Luke, Arrax, entró en pánico y atacó a Vhagar. La antigua dragona no se lo toma bien; en respuesta, ella desobedece a Aemond y muerde a Arrax y Luke y así pedazos sangrientos de ambos volaron por los aires. Esta es la baja que da el puntapié para que comience la famosa La Danza de los Dragones.
Ahora, la pregunta que sobrevuela a todo este escenario es ¿por qué Vhagar desobedeció a Aemond? Aunque no lo creas, el origen de la respuesta está en la misma House of the Dragon y también en Game of Thrones, y viene de la boca de dos familiares del príncipe tuerto: Viserys y Daenerys Targaryen.
En The Heirs of the Dragon, el primer episodio de la primera temporada de House of the Dragon, preocupado por la futura sucesión del Trono de Hierro, el Rey Viserys tiene una charla secreta con quien quiere que sea la futura monarca de Los Siete Reinos, su hija Rhaenyra.
“Cuando ves a los dragones, ¿qué es lo que ves?” pregunta Viserys. Su hija la contesta un simple “supongo que a nosotros”. Diferenciando a su familia del resto de los hombres, Rhaenyra agrega un “sin ellos somos iguales a los demás”. Viserys es lapidario: “la idea de que controlamos a los dragones es una ilusión”.
Lo anterior se vio mejor reflejado en el episodio 4 de la tercera entrega de Game of Thrones, el cual se titula And Now His Watch Is Ended. Daenerys, ya instalada en Astapor, ultima los detalles con Kraznys, el esclavista, para hacerse de su ejército de Inmaculados a cambio de nada más ni nada menos que su “hijo” más querido: el dragón Drogon.
La blonda abre una canasta para revelar a Drogon con una correa de cadena de acero. Kraznys se lo arrebata y le entrega el látigo dorado, el mismo que domina el accionar de los Inmaculados. “¿Está hecho, entonces?” pregunta ella. “La perra tiene su ejército”, dice en alto valyrio Kraznys, un idioma que supuestamente ella no entiende.
Mientras ella camina rígidamente por los escalones, Kraznys lucha con su ahora dragón, el mismo que no se deja dominar. Daenerys mira a los soldados; están custodiados por hombres de mediana edad, y entonces comienza la magia: la joven se dirige a los Inmaculados ¡en valyrio! Daenerys no solo comienza a darles órdenes, sino que se dirige a Kraznys, quien no está teniendo suerte con Drogon. Este se sorprende ante la rubia ya que habla en valyrio. Y entonces la frase que hace a este artículo: “un dragón no es un esclavo”, dice Daenerys. Acto seguido el famoso “dracarys” y Drogon liquida a Kraznys, se desata el infierno.
Como todo animal, los dragones tienen su carácter y se manejan a través de impulsos. Al ser atacada por Arrax, Vhagar ni siquiera se detuvo para escuchar a su jinete Aemond: actuó.
Con lo expuesto anteriormente, te recomendamos que veas más del Universo Game of Thrones en su totalidad. Te sorprenderás ante los guiños que puedes encontrar.
