Dahmer es la serie de Netflix que está dando de qué hablar y debes verla
Desde el año de 1991 que Jeff Dahmer es tema de conversación entre gente de ciencia, psicólogos y público en general. De hecho, al morir Jeff, una universidad en Estados Unidos pidió su cerebro para estudiar la composición de su materia gris y resolver qué es lo que causó que el joven fuera tan perverso.
Monster: The Jeffrey Dahmer Story de Netflixes la serie de 10 capítulos que está horrorizando a los espectadores por varias razones: la explícita forma de mostrar la necrofilia y la esplacnofilia (excitación sexual viendo órganos internos o vísceras), ambas actividades frecuentes de Jeffrey Dahmer después de matar a sus víctimas.
Desde el capítulo uno, la serie deja claro que no tendrá ninguna condescendencia en mostrar de lo que fue capaz este personaje de la vida real. De hecho, no hay escenas de sexo explícito, pero sí necrofílicas sugerentes más fuertes de lo que probablemente cualquier espectador haya visto en un show. Al mismo tiempo, la serie critica un tema que esta misma saca a flote: la capitalización de la violencia y cómo estos asesinos en serie han servido de inspiración para crear ficciones basadas en ellos y clubs de fan alrededor del todo el mundo… el mismo Dahmer recibía cartas de aprecio y dinero dentro de la cárcel; le pedían autógrafos y demás cosas.
La serie indaga de forma profunda y desde varios puntos de vista las razones por las que Jeff Dahmer le hizo a esos 17 hombres, entre ellos a niños de 14 años que se encontraron entre los restos. Está basada básicamente en dos fuentes: el libro de Lionel Dahmer, en el que se relata su experiencia como padre de un asesino en serie, y las diversas entrevistas que los medios le hicieron al propio Dahmer y a la última víctima que sobrevivió milagrosamente a su ataque. Y es que el asesino, apodado El Monstruo de Milwaukee, siempre fue de lo más transparente al proporcionar información acerca de sus motivos. Nunca ocultó nada al respecto y eso horrorizaba aún más a los entrevistadores y al público promedio.
Quiero puntualizar el caso de Michael Myers, que aunque John Carpenter lo escribió como un asesino de ficción del cual no da ningún contexto más que el del inicio de la película, cuando asesina a su hermana. El personaje desde 1978 siempre fue un enigma para todos los que veían su cinta: ¿qué motivaciones tenía para matar? ¿Por que desde niño mató a su hermana? ¿Qué lo unía a Laurie Strode? Las razones eran un total misterio y probablemente esa característica fue la razón de la fascinación sobre el personaje hasta el día de hoy.En 2006, Rob Zombie desmitificó esta parte de Michael Myers y le dio un contexto social, familiar, personal y espiritual: su versión era resultado de la teoría freudiana acerca de que “la infancia es destino”. Y es que Sigmund Freud decía que todo lo que nos pasa en la niñez determinaba lo que seríamos de adultos.
Del lado opuesto, Dahmer: nunca culpó ni a sus padres ni a la sociedad de sus pulsiones violentas y sexuales, sino que siempre fue consciente de que no estaba loco y que quería hacer lo que estaba haciendo. También reconocía que, de no haber sido detenido o encarcelado, él seguiría matando hombres.
Evan Peters es el protagonista de la serie de Netflixy por esta actuación estoy seguro que recibirá su segundo Emmy como mejor actor en una serie de drama porque está impresionante. Peters le proporciona una oscuridad a Dahmer que seguramente no tenía en la vida real, y eso lo hace aún más escalofriante. El actor es irreconocible interpretando a un hombre totalmente desligado de su propia humanidad para convertirse en un caníbal que lo único que quería era mantener a sus víctimas cerca de él, tan cerca que las engullía.
Los asesinos en serie causan repugnancia, aversión y rechazo. Sin embargo, para un sector de la población (me incluyo), causan fascinación. Si no fuera así, ¿por qué las películas con asesinos seriales son tan exitosas?
Para muchos, Monster: The Jeffrey Dahmer Story es una apología a la violencia más explícita, pero también una crítica incisiva a los que consumimos y alimentamos las razones para que se siga haciendo este tipo de material.