De la peor a la mejor, el ranking definitivo de las películas sobre el octavo pasajero

En los años setenta la industria fílmica quiso representar un futuro imposible hasta la actualidad; los viajes en el espacio y la existencia de vida extraterrestre todavía se encuentran solo en el cine o en la literatura. Una de las películas de ciencia ficción por excelencia fue Alien, el octavo pasajero en América Latina, la misma que este 2019 cumple cuarenta años desde su estreno.

El autor de dicha obra fue Ridley Scott, uno de los maestros de la ciencia ficción quien se consolidó con Blade Runner tres años después. La virtud del director radica en su capacidad de utilizar pocos elementos ficticios que abundaban en la época. Con solo una nave y un extraterrestre se hizo una fábula sobre lo desconocido.

La trama de la primera entrega se repitió en la segunda. Y en la tercera. Por si no había quedado claro, también se replicó en la cuarta, a medias, eso sí. Asimismo, las precuelas que se harían desde 2012 se basarían en la misma estructura narrativa para dar vueltas sobre una trama que funcionó en 1979 por la carencia de elementos y la simpleza de su argumento.

De cualquier forma, Alien de Ridley Scott sirvió al cine de Hollywood para animarse a explorar diversas temáticas intergalácticas y de paso creó a uno de los monstruos más emblemáticos del cine. También para colocar a Sigourney Weaver como una actriz de culto y poner al cineasta en el radar. Se demostró que se puede hacer ciencia ficción con poco presupuesto y sobre todo ayudó a comprobar que la incertidumbre en el cine es fundamental para crear franquicias que pueden durar hasta cuarenta años.

Y es que no es una saga cualquiera: cada una de las películas fue dirigida por una eminencia que sería reconocida antes o después de su Alien. Ya quedó claro el caso de Scott. La secuela directa corrió a cargo de James Cameron quien dos años antes creó Terminator. David Fincher vio plasmada su ópera prima en Alien 3 y dos años después creó su obra cumbre, Se7en. Y el encargado de Alien: Resurrection fue Jean-Pierre Jeunet, el artista a cargo de lo que cuatro años más tarde sería conocido como Amélie.

Lo más curioso es que ninguna de estas películas es considerada la mejor de cada autor. La crítica no las recibió con los brazos abiertos y aún así, el público siguió llenando las salas hasta el 2017, treinta y ocho años después del Alien original. Por eso hoy enlistaremos cada una de las entregas de la serie de la peor a la mejor, basándonos en ciertas características que se detallarán.

La película por sí misma funciona aunque se aleje de la narrativa de la trilogía original. Termina siendo una comedia que cambia el mensaje de la saga. La fusión espontánea entre un xenomorfo y un humano es satírica. Contrasta con las intenciones de sus antecesoras, e incluso de sus sucesoras, ya que posee tintes de farsa al revivir a la protagonista solo porque sí, ignorando los principios del clon a conveniencia de la trama.

La película cambió de género para poder hacer algo con un argumento limitado. El director reconoció una máquina letal y descubrió que con ella se podía usar sangre y violencia, sin profundizar, sin escatimar. Es la cinta en donde más peligroso es el xenomorfo. Sin embargo, es parte de la franquicia y así no sirve.

Llegó el punto en que el xenomorfo cansó. Otras cuestiones de la trama se hicieron más interesantes que ver a la bestia. Desde la primera parte de las precuelas dirigidas por Ridley Scott, el sujeto principal pasó a ser anecdótico. En la entrega original se ve poco al monstruo pero la atmósfera advierte un eterno peligro. Aquí ocurre algo parecido sin el encanto del Scott de hace cuarenta años. Se exploran tantas cuestiones, añadidas para extender la saga, que se olvidaron de lo esencial: Alien no se explica.

El problema de dar un producto de entretenimiento a un director que se asume como artista es que nunca va a entender las obligaciones económicas preponderantes sobre el arte. El director quiere hablar del bien y el mal, del diablo contra la luz, pero la producción quiere que la gente se divierta y se asuste. El Alien es maldad pura, hasta ese momento no tenía intenciones ni intereses por detrás, era una máquina asesina por naturaleza. Lo interesante de la película es que esa maldad dejó de ser externa y se situó dentro de la protagonista, buena sin reproches. Alien 3 es el claro ejemplo de que a los directores hay que dejarlos trabajar.

A treinta y tres años de un hito de la ciencia ficción minimalista surgió la necesidad de respuestas que una saga original no pretendió responder: ¿de dónde vienen los xenomorfos? Esa era la pregunta que puso a los fans a romperse la cabeza. Ridley Scott regresó a la dirección para llevar a su invento al lugar al puerto de su agrado. La cuestión es que respondió a medias las dudas de los curiosos. Replicó la atmósfera quieta y fría de su Alien original abordando una historia que parecería ser totalmente ajena al origen del xenomorfo. Únicamente sirve para seguir comercializando la saga. Y fue exitosa, renació el interés por la franquicia.

Aliens es la secuela ideal para una película que mostró esbozos de terror y suspenso. James Cameron explotó el concepto y lo elevó en cuanto a emociones. Cameron podrá ser muchas cosas, pero para entretener al público podría ser el mejor. Cambia la tranquilidad engañosa de la primera parte inyectando adrenalina y dos cucharaditas de acción rápida. Alien es lenta, Aliens es trepidante. Muestra un enfrentamiento directo entre la mujer y el alien. Cuerpo a cuerpo, cara a cara. La teniente Ripley deja de ser un accidente para convertirse en la heroína de la cultura pop. La primera es ciencia ficción contemplativa y la segunda es ciencia ficción de acción.

Alien es el fundamento para toda la saga y el cine de ciencia ficción en general. Aquí se plantean los conceptos básicos de una fórmula vigente: un puñado de personajes contrastantes frente a un villano, un traidor, un robot, un héroe y un monstruo. El traidor es el robot que cumple con una misión encargada en beneficio de su nación, todo sale mal y Sygourney Weaver salva el día. La primera vez el encanto es perecedero. La narrativa es lenta, muestra poco a los monstruos y aun así son mortales a la imaginación del espectador. La escena del nacimiento del xenomorfo en el pecho de Richard Harris es el resumen de la película: estética, misterio y repulsión sin abusar de los elementos del cine de acción sino de la reflexión sin privar a nadie de emocionarse.