De Niro y DiCaprio son los responsables del éxito de Martin Scorsese
Más que simples actores.
No caben dudas de que Scorsese es, probablemente, uno de los mejores directores vivos. Sus películas, que usualmente presentan personajes masculinos fuertes, con tintes de machos, algo violentos pero también perseguidos por una culpa católica que nunca los abandona, así como una ciudad (Nueva York) cruel y despiadada son sello de su cinematografía.
Sin embargo, cuando pensamos en las películas de Martin Scorsese, además de destacar su estilo y sus tópicos recurrentes, también solemos pensar en ciertos actores. En especial, dos: Robert De Niro y Leonardo DiCaprio. Tanto De Niro como DiCaprio se han convertido también en el sello de la filmografía de Martin Scorsese, pero… ¿son los únicos?
Como recordábamos en el repaso de su biografía, Martin Scorsese debutó en los largometrajes con Who’s That Knocking at My Door en 1967. Allí ya, en esa primera película, ya podemos encontrar uno de sus actores fetiche: no se trata ni de De Niro ni de DiCaprio, esos llegarían después, sino de Harvey Keitel.
Keitel y Scorsese, al conocerse desde tan temprana etapa de sus carreras, han desarrollado una profunda amistad; no los deslumbran los premios y el éxito, ellos se han conocido desde siempre, desde que hacer películas no era rentable y tenían que compartir sándwiches porque no alcanzaba para todo.
Con Keitel, Scorsese ha filmado seis películas, siendo la última de ellas el inmenso proyecto del director junto a Netflix, The Irishman, que vio la luz en el 2019 y donde compartió cartel con otros favoritos de “Marty”, como él lo llama.
Por ejemplo, otro colaborador estrella de los filmes de Martin Scorsese (más allá de Robert De Niro y DiCaprio) es Joe Pesci, quien también participó en The Irishman. Su primer trabajo juntos fue en Raging Bull, siendo quizás el más memorable el que realizó en Goodfellas, donde interpretó a Tommy DeVito, un gángster basado en la figura real de Thomas DeSimone.
Por supuesto, Robert De Niro y Leonardo DiCaprio son las grandes figuras del cine de Scorsese. Con De Niro, el director criado en Little Italy realizó la módica suma de 11 filmes, mientras que con DiCaprio, ha realizado 7. En Killers of the Flower Moon, la película que se estrena esta semana, se da el lujo de tenerlos a ambos.
Sin embargo, estos números astronómicos de colaboraciones con Scorsese no son los únicos que los tienen: Marty, que viene de una familia que ya se relacionaba con el mundo del espectáculo, ha sabido darle lugar a sus propios padres para que aparecieran en pantalla.Luciano CharlesScorsese, su padre, ha aparecido en 8 de las películas de su hijo, aunque algunas veces haya sido sin acreditar. Su esposa, Catherine, lo iguala en número y es especialmente recordada por interpretar a la madre del personaje de Joe Pesci en Goodfellas. Además, Catherine, era experta en improvisar sus líneas, capricho que su hijo siempre le cumplió.
Vale tener en cuenta, también, que los actores no lo son todo en la vida de un director (aunque sí, a veces, sean lo que los espectadores más recuerdan). Scorsese, además de tener sus habituales rostros delante de la pantalla, también los tiene detrás.
Desde el lado del guion no puedo no mencionar a Paul Schrader, quien alcanzó la fama colaborando con Scorsese en Taxi Driver. Schrader tiene mucho que ver con esos personajes culposos que tanto aparecen en la filmografía de Marty: él fue criado dentro de la religión calvinista, lo que impregnó sus obras (no solo como guionista, sino también como director) de esa culpa católica tan reconocible.
Por otro lado, las películas de Martin Scorsese no se verían de la misma manera si no tuviera también un director de cinematografía predilecto ni una editora predilecta. Me refiero, claro, en el primer caso, a Robert Richardson y, en el segundo, a Thelma Schoonmaker.
Con Richardson, Scorsese ha realizado cinco películas, entre las que cabe destacar a The Aviator y a Hugo, por las que el director de cinematografía ganó el premio de la Academia en su categoría.
Con Schoonmaker, Scorsese ha compartido casi toda su carrera: desde ese primer filme titulado Who’s That Knocking at my Door, pasando por los documentales como My Voyage to Italy, cortometrajes y, por supuesto, su más reciente filme, Killers of the Flower Moon. Los dos se conocieron cuando eran muy jóvenes, en la Universidad de Nueva York cuando un profesor le pidió a ella que lo ayudará a Marty a editar su primer cortometraje.
Schoonmaker también ha sabido ganar premios de la mano de Marty: ella también posee tres premios de la Academia, en su caso por Raging Bull, The Aviator y The Departed.
Como decía en un comienzo, no hay realmente dudas de que Scorsese es uno de los mejores directores de cine de la historia: su amplia carrera, la excelencia de sus filmes y su impronta altamente reconocible (y disfrutable) así lo indican. Sin embargo, cuando hablamos de él, es importante también destacar a aquellos que lo han acompañado a lo largo de toda su carrera y que, ya sea desde el plano actoral, de guion, edición, o lo que sea, delante y detrás de cámara, también lo ayudaron a convertirse en quien es.
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