Deadpool & Wolverine no es un buen espectáculo visual
Cuando Martin Scorsese se refirió a que las películas de superhéroes eran igual a subirse a una montaña rusa, para muchos fans de Marvel, particularmente, les parecía excesivamente ofensivo el comentario de uno de los maestros de la historia del cine y claramente cuestionar lo dicho, es no entender a lo que se refería el director de películas como Los Infiltrados y Buenos muchachos.
“Me preguntaron sobre las películas de Marvel. Contesté. Dije que había intentado ver algunas de ellas y que no eran para mí, pues me parecían más parques de atracciones que películas tal como las he conocido y amado durante mi vida y que, al final, no creía que fueran cine”, fue parte de la declaración que Scorsese hizo para The New York Times en noviembre de 2019 y que cinco años después, Marvel le da la razón con Deadpool & Wolverine.
La tercera, y muy esperada película, del mercenario bocazas, esta vez con todo el respaldo de Marvel Studios y The Walt Disney Company, le da al espectador lo que justo parece quiere ver: la violencia que caracteriza al personaje, sumado a su lenguaje incorrecto donde las vulgaridades son parte fundamental de su éxito, un sin número de referencias a la cultura pop, el romper la cuarta pared y por supuesto, varios cameos para que todos se sorprendan.
Y pese a que todos los elementos están ahí sin censura alguna, es más hay mucho más de lo que en su momento 20th Century Fox permitió, y de lo que nunca hubiésemos imaginado que Disney lo permitiría, aún con todo eso, la película dirigida por Shawn Levy, la cual coescribió junto a 4 guionistas más, incluyendo Ryan Reynolds, es un completo desastre en su historia y en gran parte de esta tragedia se debe a la nula construcción de una narrativa coherente del relato que se quería presentar.
Desde un principio, uno de los grandes conflictos que se debe presentar, y hasta cierto punto resolver, es el regreso de Hugh Jackman como Wolverine, personaje que murió en la película Logan. Su regreso en pantalla se cuenta dentro de la primera parte de la película con la promesa de revelarse más de la historia de este personaje y el porqué ahora viste el famoso traje amarillo con azul. Pero después de dos horas, su gran revelación queda olvidada y casi sin importar a una historia que no pretende ser más una presentación de cameos para emocionar a la audiencia.
Por otro lado, tenemos a Deadpool, el personaje principal de la historia que vuelve con una tercera película y en donde el personaje protagonizado por Reynolds ya se siente desgastado por la sobre explotación que el mismo actor ha hecho de él. Y es que basta con recordarlo en Alerta roja, Pokémon Detective Pikachu y en Free Guy: Tomando el control, donde trabajó previamente con Levy, él ha estado haciendo a Deadpool en cada cinta.
Solo que la única gran diferencia es que esta vez, Marvel Studios quiere usar a Deadpool para darle un papel de héroe y con gran peso dentro del universo cinematográfico que ha construido por años y con esto darle una refrescada a la Saga del Multiverso que no ha terminado de despegar y convencer a la gente desde que esta comenzó en la Fase 4. Por su parte, el director Shawn Levy demuestra que como productor ha logrado los contactos necesarios en Hollywood para hacerse de un reconocimiento dentro de la industria, pero aún con eso, su labor y visión como director se queda limitada ante secuencias genéricas en donde uno de sus peores errores es que las peleas y confrontamientos se sientan sin emoción.
Ahora hablemos de sus villanos, Emma Corrin se confirma como Cassandra Nova, quien en los cómics es conocida por ser hermana melliza de Charles Xavier, a quien nunca conoció, y que ella creció con un rencor hacia él, que la hace convertirse en la antítesis de lo que es el líder de los X-Men. El uso de este personaje me pareció totalmente desperdiciado y sin una motivación real de estar dentro de la historia que además quiere hacer burla de Mad Max sin razón alguna. Mientras que por otro lado tenemos a Matthew Macfadyen como Paradox, un agente de la TVA, a quien pareció que para ahorrar tiempo, esfuerzos y ensayos, le pidieron repetir su papel de Tom Wambsgans, el cual conocimos en Succession, para introducción a las filas de Marvel.
Pese a todo esto, sé que habrá gran parte del público que está esperando impaciente por ir a una sala de cine y disfrutar de este Deadpool sin censura, que se aleja de lo familiar y que como se ha rumorado desde hace tiempo, tendrá varios cameos que aquellos que han seguido por las últimas dos décadas las diversas adaptaciones de cómics verán algunos conocidos personajes que les harán emocionarse. En conclusión, ni la suma de todos esos elementos logran que Deadpool & Wolverine tenga una gran historia que al final solo busca justificar el uso de los personajes de la extinta Fox en el UCM, pero que como película terminará envejeciendo tan mal como ya lo está haciendo Spider-Man: Sin camino a casa.