Hoy estrena la segunda adaptación de Kenneth Branagh de una historia de Agatha Christie, Death on the Nile (Muerte en el Nilo). Con un numeroso cast de estrellas y un espectacular diseño de producción, intenta continuar con lo logrado en la exitosa Murder on the Orient Express (Muerte en el Expreso de Oriente) del 2017.
Muerte en el Nilo de Kenneth Branagh trae nuevamente a un excelente Poirot
Basada en la clásica historia de misterio de Agatha Christie, ahora a bordo del S.S. Karnak, el renombrado detective Hercules Poirot (Branagh) tiene que desenmarañar el misterio de un asesinato que ocurre en el interior del barco.
Poirot, quien se encuentra de vacaciones en Egipto, es invitado por unos amigos a ser parte de la comitiva de unos recién casados, Linnet Ridgeway (Gal Gadot) y Simon Doyle (Armie Hammer) en un viaje a a través del Río Nilo. Sin embargo, cada uno de los demás invitados tienen algunos asuntos pendientes contra Linnet, por lo que el viaje de placer se vuelve una nueva misión para Poirot, quien ante el temor de los novios accede a escoltarlos durante su viaje.
El asesinato de uno de los novios ocurre de manera sorpresiva y ahora todos son sospechosos del crimen. Poirot tiene el tiempo contado antes que el barco llegue a su destino y el culpable entre los 12 invitados / sospechosos pueda escapar a tierra firme.
Después de éxito de Murder on the Orient Express, Branagh regresa al mundo de Agatha Christie con el beneplácito de los dueños de los derechos. La película que se estaba posponiendo desde fines del 2019 por causas de la pandemia cuenta con un gran cast de actores de primer nivel entre los que se encuentran además de Gadot y Hammer, Annette Bening, Ruseel Brand, Letitia Wright, Sophie Okonedo, Rose Leslie, Tom Bateman y más.
Adaptado por Michael Green y el propio Branagh, este es un gran homenaje a las películas de misterio y de detectives. Con un tono un poco más oscuro que su predecesora, y centrándose un poco en la vida pasada de Poirot, cautiva a la vista por su increíble diseño de producción.
Gracias la genial fotografía de Haris Zambarloukos, que filmó todo en 60 mm, se captura todo el esplendor de los grandes escenarios donde está filmada y contrasta al llevar todo el misterio al interior de los camarotes del barco. Branagh se da vuelo al lograr secuencias innovadoras en las que al mismo tiempo aprovecha el reducido espacio como parte de la narrativa. El cuadro actoral está muy bien llevado por el director: a pesar de ser tan numeroso se da tiempo de presentar a cada uno, pero el que se lleva la película es el mismo Poirot. Y es que solo Branagh puede dirigirse de manera efectiva a sí mismo. La música de Patrick Doyle viene a completar el cuadro y a terminar de darle ese aire retro, de los films clásicos de la historia del cine.
La historia llena de giros, revelaciones y sorpresas, aunque en momentos llegue a ser un poco predecible, funciona gracias a que el arco final está magníficamente desarrollado.
El aire retro no solo termina en lo visual ni en el armado de la trama: la película se va construyendo y funciona como una bomba de tiempo, como debe ser un misterio de este tipo: con un comienzo pausado, va creciendo en emotividad y emoción conforme van pasando los minutos. Al agregar algunos elementos del pasado del detective la cinta puede llegar a sentirse larga y enredada en algunos momentos por la cantidad de personajes; sin embargo, no deja de ser parte de su encanto, aunque algunos espectadores la podrán encontrar larga y desesperante (para los que piensen así aléjense de los libros).
En resumen
Death on the Nile (Muerte en el Nilo) demuestra que Kenneth Branagh ya está a otro nivel como director. A pesar de lo largo de la trama, arma la maquinaria de este reloj de manera muy efectiva colocando a cada uno de los miembros del cast en el lugar que le corresponde, debajo de la figura del mejor detective del mundo: Hercules Poirot. Es más, supera lo hecho en Murder on the Orient Express y sigue construyendo el camino para más adaptaciones de la gran Agatha Christie.
Este es un gran homenaje al cine clásico, al blues y sobre todo al género de detectives. Es una película como las de antes, que se dedica a construir personajes (en lugar de inventar secuencias de acción), terminando todo en un tercer acto perfecto y emotivo (como toda buena película de misterio).
Muy recomendable.
