La relación entre las películas y sus espectadores se fue transformando con cada generación. Las formas de apreciar el arte fueron evolucionando, el público se educó cada vez más acerca del cine y las plataformas que exhibieron a los largometrajes cambiaron muchas veces desde se inventó. Aquí les contaremos cómo pasamos de las tiendas de campaña a tener el cine literalmente dentro de nuestros hogares. Ir al cine significa ver una proyección audiovisual en una habitación a oscuras con desconocidos. Suena como una experiencia bastante extraña, pero es una de las costumbres más sacrosantas de la sociedad moderna.
Todo comenzó el 28 de diciembre de 1895, cuando se proyectaron al público las primeras películas realizadas por los hermanos Auguste y Louis Lumière en el Salón Indio del Gran Café de París. Esa fecha quedó marcada como el nacimiento del cine. El 19 de octubre de 1896 se abre al público en general el teatro Vitascopio creado por Thomas Alva Edison y Thomas Armat, un espacio lujoso con 72 asientos que fue diseñado desde cero únicamente para mostrar películas. Esta es la primera referencia de una estructura similar a la de los cines que conocemos ahora, pero pocos años después, en 1902 en Los Ángeles, se creó el primer edificio permanente para la proyección de cintas, el Tally’s Electric Theatre.
1900 - 1930
Durante los primeros años, las películas también se mostraban en ferias ambulantes o en teatros como parte de un espectáculo. Se trataban de tiendas de campaña con sillas de madera y una especie de tela negra donde se proyectaba la cinta. Pero a medida que las ciudades y el público crecían, necesitaban auditorios más espaciosos, y la llegada del largometraje dio paso a cines más grandes y más cómodos.
Estos lugares fueron evolucionando debido a la demanda popular y pronto se inventaron los nickelodeons, que tomaron su nombre del costo de la entrada (“niquel”, es decir, 5 centavos) y de la palabra griega antigua “odeion”, que se refiere a un teatro techado. Las películas pasaron de ser una costumbre de la alta sociedad para convertirse en un movimiento popular.
Los avances tecnológicos produjeron películas en color y con sonido a partir de la década de 1920, las entradas pasaron a costar 27 centavos, comenzaron a venderse palomitas de maíz a mitad de la década y en 1931 se mostró el primer largometraje en televisión, Police Patrol, que fue transmitido en seis episodios diarios del 6 al 11 de abril. Además, ese mismo año, se diseñó una silla en la que la persona sentada podía moverse hacia atrás para que otros clientes pudieran dejar sus asientos fácilmente durante la proyección de la película. De a poquito, estos espacios se van pareciendo cada vez más a los que conocemos en la actualidad, ¿no?
La nueva versión del cine llegó el 6 de junio de 1933, cuando Richard Hollingshead abrió el primer autocine en Nueva Jersey, donde los conductores pagaron 25 centavos por automóvil, más 25 centavos adicionales por persona para ver la comedia inglesa Wives Beware. Si bien el experimento tendría su apogeo casi dos décadas más adelante (y disfrutaría de una breve resurrección en 2020), el hecho de poder ver las películas desde la comodidad de su vehículo fue toda una novedad.
1940 - 1950
En la década del 40 el cine ya era parte de la sociedad, convirtiéndose en la actividad de entretenimiento por excelencia, así que también debió regularse. En 1948, las leyes antimonopolio obligaron a los estudios de Hollywood a desvincularse de las salas de cine, lo cual significó que todas las películas se podían proyectar en cualquier sala y permitió el crecimiento de algunas de las marcas de salas de cine que conocemos hoy. Además, en 1953, se estrenó la primera sala de cine con sonido estereofónico junto a una pantalla gigante, el cual podríamos marcar como el verdadero comienzo de la era del cine moderno.
La “era dorada” de las películas en 3D comenzó a principios de la década de 1950 con el lanzamiento de la primera cinta estereoscópica en color, Bwana Devil. Por otra parte, comenzaron a aparecer de nuevo las pantallas anchas que habían sido descartadas durante la Gran Depresión. Por último, en 1957, Canadá fue el primer país del mundo en tener un cine de dos pantallas a través del Teatro Elgin en Ottawa.
1960 - 1970
En los 60, el precio de la entrada costaba poco menos de un dólar; se lanzó el primer cine IMAX 3D permanente en Vancouver; el 7 de octubre de 1964 se lanzó la primera película hecha para televisión (See How They Run) en NBC; se adoptó el sonido envolvente en las salas; se experimentó con las pantallas curvas; y se implementó algo similar a lo que hoy conocemos como el 4D: Smell-O-Vision. En la película Scent of Mystery, se inyectaron 30 aromas diferentes en los asientos del cine y la banda sonora provocó que se liberaran en el aire. No fue precisamente un éxito en ese momento, ya que los espectadores lo vieron como una distracción.
Además, fue en 1963 que se construyó el primer multiplex de un centro comercial con dos pantallas y capacidad para 700 personas. Mientras que en 1967, el gobierno británico lanzó siete unidades de cine móviles, vehículos con un aspecto muy futurista y que tenían 27 asientos. Las películas también se comenzaron a mostrar comúnmente en los trenes y aviones, utilizando pantallas grandes en cada cabina o pantallas más pequeñas para cada fila o asiento individual.
En los años 70, el cine se inclinó mucho más hacia lo erótico, con numerosas salas dedicadas al contenido pornográficos. Antes de que la pornografía fuera legal, las personas se colaban en los cines por unos pocos dólares para ver películas para adultos. Sin embargo, con la llegada del VHS y el cable, los cines de dólar y este tipo de costumbres comenzaron a desvanecerse.
Hollywood comenzó a usar cintas magnéticas para grabar en la década de 1950, pero esta tecnología era costosa e inasequible para el uso diario. Con el ascenso meteórico de JVC, los ciudadanos invadieron las tiendas para tener en sus manos esta nueva tecnología disponible. El Video Home System compitió durante años con Betamax, un producto de Sony que se lanzó antes y era tecnológicamente superior, pero también mucho más caro.
1980 - 1990
El VHS como dispositivo multimedia dominó la industria del cine doméstico desde la década de 1970 hasta principios de la década de 2000 y lo podemos ver como el nacimiento de lo que hoy conocemos como plataformas de streaming ¿Se acuerdan cuando al principio dije que hoy tenemos el cine en nuestras casas? Bueno, aquí empezó todo. Lo mejor de este invento fue la facilidad con la que los usuarios podían acceder a su video. Incluso para aquellos que no estaban inclinados a la tecnología, el VHS y el VCR eran relativamente fáciles de operar.
Esto se volvió problemático para la Motion Picture Association of America. La organización temía que la infracción de los derechos de autor se produjera desenfrenadamente con un acceso tan fácil a la tecnología de grabación y que los usuarios domésticos produjeran tantas copias de los videos comprados en la tienda como quisieran, lo que afectaría las ventas. Esto condujo a la creación de Macrovision, un sistema de codificación que evitaría que los usuarios hicieran sus propias copias de cintas VHS en casa.
En poco tiempo, el VHS también encontró el apoyo de la industria del cine, ya que los estudios podían vender su producto más allá de las salas de cine en colaboración con los videoclubes. Fue así que la cadena antes conocida como Blockbuster explotó, dominando el servicio del alquiler y compra de VHS, hasta que en 1995 apareció un sustituto digital, el DVD.
Mientras tanto, el precio de la entrada del cine pasaba a costar 4 dólares y en 1988 se inaugura el primer megaplex, el Kinepolis de Bruselas, con 25 pantallas y una capacidad para 7500 espectadores. Estas estructuras luego se expandieron alrededor del mundo en la década del 90.
2000 - 2010
El Digital Versatille Disc es el formato de vídeo en forma de disco óptico que creó su imperio desde los 2000 en adelante y permitía grabar más de 4 GB en su primera versión. El DVD facilitó el lanzamiento y relanzamiento de películas con mayor calidad de imagen y le dio un toque interactivo a la experiencia de ver películas desde el hogar, ya que se podía elegir en qué momento de la película iniciar la reproducción, ver material adicional y seleccionar el audio o subtítulos, entre otras cosas. Era una experiencia mucho más personalizada.
Pero así como el VHS tuvo su vida útil, el DVD también y luego de una década llegaron el Blu-ray y el HD DVD para reemplazarlo, permitiendo almacenar más datos, más vídeo y aumentando la definición del contenido. Los dos formatos son muy similares, son discos ópticos idénticos, pero el primero permitía almacenar hasta 50 GB y el segundo hasta 30 GB. Las diferencias también están en la cantidad de aspectos interactivos e integración por internet, más propios del reproductor que le correspondía a cada uno.
La guerra la ganó el Blu-ray, que es el formato que más ha ido evolucionando en los últimos años con la implementación del 4K, entre otras cosas. Junto con él, los televisores también se transformaron y la experiencia de ver una película en casa ya se acerca mucho más a la del cine.
Mientras tanto, en esta década el boleto pasó a valer cerca de 10 dólares y los exhibidores de películas se interesaron más en las películas en 3D y el número de pantallas en los cines fue aumentando, proporcionando una competición para los cines en casa.
2010 - Actualidad
En esta década vimos que las opciones de entretenimiento en el hogar fueron mejorando todo el tiempo, significativamente, ya sea transmisión de películas y televisión, videojuegos o aplicaciones móviles, lo que significó que menos gente se dirija a las salas. Una tendencia que también se observó en la década de 1950, cuando la televisión se generalizó entre los hogares de clase trabajadora. A medida que pasaron los años, los medios domésticos se hicieron más populares y el declive continuó.
Esta caída continúa hasta el día de hoy. En estos días, Hollywood y los cines están utilizando todos los trucos que se les ocurren para atraer a la gente a las salas: IMAX mejorado, salas 4D, mejores asientos, más opciones del candy, promociones 2×1, lo que sea. Sin embargo, con los servicios de transmisión como Netflix, Hulu, Prime Video, HBO Max, el cable y todo lo demás, ha sido una lucha cuesta arriba.
Hoy cuesta alrededor de 17 dólares una entrada de cine, las salas han evolucionado significativamente a partir desde aquellos nickelodeons y su persistencia a lo largo de las décadas es un testimonio del continuo deseo del pueblo de ver cómo se desarrollan las historias en presencia de otros, pero no podemos negar que la tendencia hoy se inclina hacia el entretenimiento desde casa.
A medida que la sociedad continúa progresando y cambiando, esperemos que siempre haya un lugar para que las personas se sienten en silencio y oscuras entre extraños y disfruten de las maravillas de la narración cinematográfica.