Días borrosos, un hermoso cuadro de lo improbable

¿De qué están hechos los días, las semanas, los meses y los años? 

Marie Benito escribe de esto en “Días borrosos”, su ópera prima en cines, que describe muy bien como ella lo llama: “Las soledades en las ciudades modernas”. La directora logra una anécdota poderosa, y cuando digo esto tendría que mencionarlo en su etimología griega: un dunamis anecdótico personal y emocional en camino a la catarsis humana de lo que significa estar en la mediana y avanzada edad. 

Emilia es una mujer soltera en sus cuarenta que quiere ser madre y lo ha intentado muchas veces por medio de un proceso de inseminación artificial pero sin éxito. Felipe es un hombre en sus setenta que ha perdido al amor de su vida en la pandemia, la soledad lo agota y él siente que cada vez más la edad lo acaba. Ambos viven en el mismo edificio y las ausencias de algo que no ha podido ser, como lo que estuvo y ya no está, los agobia. 

Marie Benito escribe y dirige un poema a la soledad humana que sucede en las grandes ciudades. Sus personajes están rodeados de deseos y compañías ausentes como de sueños que no se han podido cumplir. Emilia trata de hacer de su vida algo más ligero al querer ayudar a Felipe y él acepta la compañía sin ningún desenfado. Un complemento perfecto, pero, ¿qué hay de la edad? 

La directora y escritora pone sobre la mesa temas interesantes en la conversación que derivan de la soledad: la diferencia de edades, la maternidad asistida y las relaciones sexuales por conveniencia. Emilia intenta todo para tener un bebé y no ha podido lograrlo por diversas razones pero, mi interpretación es que no hay amor de por medio en esos intentos. Artificialmente quiere llenar ese vacío de lo humano y la respuesta está exactamente frente a ella, Felipe. 

Aunque a esta mujer en su mediana edad no le hace nada la edad de Felipe, lo descarta por obvias razones; aunque lo quiere, lo estima y siente cosas por él señor, en principio no es una opción por la edad. Conforme va avanzando la historia este paradigma va mutando y el destino, y es lo que me encanta de esta película, hace lo suyo. 

Felipe ve en Emilia una ayuda, pero también una mujer. Él mismo se descarta por su edad y aún así nada le quita lo coqueto. La trata bien, acepta su compañía pero el fantasma de su esposa sigue presente y siente que traiciona el muro de fotos que tiene con ella. 

Así se construye una historia de dos. Un hermoso cuadro de lo improbable por paradigmas sociales que nos vamos comprando a lo largo de la vida porque nadie nos ha dicho que no se podría ser feliz con una persona mayor como pareja de vida, incluso ejemplos de hombres jóvenes que se casan con mujeres mayores se les cuestiona, cuando es totalmente normal y viceversa, cuando hay un hombre maduro con una joven, puede ser mal visto. 

Marie Benito plasma la verdad de las soledades y Sophie Alexander Katz está soberbia en un personaje que añora con una fuerza emocional ser madre y que se encuentra con el hombre correcto para hacerlo. ¡Los días borrosos es un pulso viviente en el cine mexicano!