¿Quién no ama un buen documental? Creo que todos, incluyéndome, en algún momento hemos disfrutado de este género cinematográfico, pues pueden abarcar muchos y variados temas, como por ejemplo, los documentales que presentan la vida de ciertos animales o aquellos que siguen a un artista durante una gira o la producción de un disco. Lo cierto es que además de ser entretenidos, hay algunos que no solo representan una realidad, sino que también la pueden cambiar.
¿Pueden los documentales salvar al mundo?
¿A qué me refiero? Bueno, hay documentales que ayudan a cambiar la opinión del público sobre ciertos temas o exponer injusticias. Por ejemplo, con Framing Britney Spears, quienes no éramos fans acérrimos de la cantante o éramos muy pequeños en el momento en que sucedieron los hechos, nos enteramos cómo los medios de comunicación perjudicaron su imagen y salud mental hasta llegar a una tutela esclavista.
Más adelante, se liberaron dos documentales más: Controlling Britney Spears, también del New York Times, y BRITNEY vs SPEARS de Netflix, los cuales exponían los horrores de su tutela. Si bien en el caso de la Princesa del Pop influyó más el movimiento creado por sus fans, #FreeBritney, en su resolución en la corte que los mencionados documentales, finalmente, estos abrieron la conversación sobre lo abusivas que pueden ser las tutelas. Gracias a que su caso fue mediático, en septiembre de 2021, el Senado de EE.UU. convocó una audiencia del comité centrada en la cuestión de la reforma de la tutela (vía).
Por otra parte, documentales como Seaspiracy de Netflix abordan problemáticas que no fácilmente se encuentran en los medios convencionales. Seaspiracy nos habla tanto del problema de la pesca indiscriminada así como la basura que este negocio genera en el mar. Por supuesto, después de ver que la pesca sustentable no es tan sustentable como dice ser, puede generar un cambio en el espectador, como dejar o disminuir el consumo de peces y mariscos o cuestionar lo que los gobiernos y organizaciones están haciendo para solucionar estos problemas o visibilizarlos ante la sociedad.
También tenemos el caso de My Octopus Teacher, un documental que nos narra la historia del cineasta Craig Foster, quien crea una hermosa amistad con un pulpo. El documental nos educa sobre la vida de estos animales y nos hace reflexionar sobre la vida y la forma en la que los seres humanos interactuamos con la naturaleza. Adicionalmente, nos hace ver que estos animales sienten como nosotros, por lo que en mi opinión, podría llevarnos igualmente a plantearnos el dejar el consumo de estos.
En resumen, creo que los documentales sí pueden ayudar a concientizar, a crear interés y a tomar acciones a los espectadores sobre ciertos temas o problemáticas sociales que los afectan y que de otra manera no hubieran descubierto. De ahí su importancia como producción audiovisual.