Cuenta la leyenda que en 1988, y tras el éxito de Predator (Depredador, 1987),el director John McTiernan buscó nuevamente a Arnold Schwarzenegger para protagonizar una curiosa película de acción. Cuando rechazó el papel, el director buscó a otras estrellas del momento como Sylvester Stallone e incluso Harrison Ford. Finalmente, el peso del papel protagónico sería para un actor de televisión casi desconocido, un tal Bruce Willis.
La cinta terminaría siendo una de las mejores del género de acción y, como afirmo en el título de este artículo, la mejor película navideña de la historia del cine: Die Hard (Duro de Matar).
John McClane es un policía neoyorquino que, debido a las fiestas navideñas, decide ir a Los Ángeles a pasar unos días con su esposa Holly (Bonnie Bedelia) e hijos sin imaginar que el Nakatomi Plaza, el edificio donde trabaja Holly, será secuestrado por una banda de terroristas. John pondrá a prueba todas sus habilidades en una carrera contra el tiempo: deberá salvarle la vida a su esposa y a decenas de rehenes con todo en su contra… ¡y sin zapatos!
Die Hard (Duro de Matar) es considerada por muchos como la mejor película de acción de la historia. Si bien es una afirmación polémica, no está tan alejada de la realidad. En la cinta no falta el suspenso, que combinándolo con lo increíble de las secuencias de acción para la época, además del increíble carisma del héroe y la frialdad del villano interpretado por un delicioso Alan Rickman, hacen que no solo estés expectante de la trama sino que también te sientas preocupado por los personajes… Hasta en ciertos momentos te sentirás impotente al no poder hacer algo por ellos.
Pero el debate que más pesa sobre Die Hard (Duro de Matar) hace más de 30 años es si es o no una película navideña. Y aunque con el tiempo han habido muchos argumentos a favor y en contra, lo cierto es que la respuesta está en cada uno de nosotros, y en mi caso es un sí rotundo. Die Hard (Duro de Matar) no solo adopta los clichés de acción de los años 80 de una manera original y fresca, sino que también refleja los valores de la Navidad como la esperanza y la unidad familiar. Así lo vemos en la lucha de McClane por mantener a salvo a su esposa a pesar de que su matrimonio no está atravesando el mejor de los momentos, sino que al borde del colapso. También lo notamos en Holly, quien mantiene a un reportero sin escrúpulos alejado de sus hijos. Y cómo olvidar la amistad y el amor por personas que no se conocen, como la relación entre McClane y el sargento Al Powell (Reginald VelJohnson), sin dejar de lado los clásicos villancicos y la exquisita Let It Snow! Let It Snow! Let It Snow! de Vaughn Monroe.
Die Hard (Duro de Matar) se convirtió por derecho propio en un referente de la acción y la Navidad en el cine; un referente con cuatro secuelas e igual número de nominaciones al Oscar, lo que nos demuestra que las películas navideñas no tienen por qué ser todas comedias o tener como tema principal a la familia, sino que se pueden mezclar con otras propuestas sumamente divertidas.
Yippee-Ki-Yay, Motherf*cker!
