El pasado 17 de Julio el servicio Amazon Prime Video lanzó una nueva serie original mexicana: se trata de El Candidato, una producción que se adentra en la Ciudad de México para contar una historia de política, corrupción, narcotráfico y pasiones.
Una primera temporada algo extensa para la nueva serie mexicana de Amazon Prime Video
Los protagonistas de El Candidato son tres: por un lado, tenemos a Wayne Addison, un peculiar jefazo de la CIA que trabaja en México para ayudar en la guerra contra el narcotráfico. Por el otro, Lalo Yzaguirre, el joven gobernador de la ciudad con fama de honrado que luchará por su gente y por ascender en su carrera política. Y en el medio de ambos, Isabel Alfaro, una analista de la CIA, novata, recién llegada a México (pero con raíces en el país), que trabajará bajo el liderazgo de Wayne pero que también tiene su historia con Lalo.
El cuarto en esta historia es Rafael Bautista, un líder de un cartel que apodaron “El señor de las sombras“, famoso por su crueldad y violencia, imposible de atrapar por su inteligencia, místico y que, además, tiene su historia también con Wayne Addison, quien está obsesionado con aprehenderlo, tanto así que, muchas veces, no dudará en ir en contra de la ley para acercarse.
La trama de El Candidato se mueve entre estos cuatro personajes todo el tiempo, convirtiéndose en una persecución larga y tediosa donde todos deberán demostrar su inteligencia y su capacidad para ocultar los más terribles secretos.
Los diez episodios de su primera temporada parecen quedarle algo grandes a El Candidato. La serie avanza demasiado lentamente hacia el desenlace de los vínculos entre estos cuatro personajes, muchas veces yéndose por las ramas con historias que realmente no suman demasiado. Por otro lado, el show cae en clichés burdos de las películas de acción norteamericanas, como cuando, por ejemplo, vemos a Wayne pidiéndole a la Marina que se retire de una emboscada al cartel de Bautista sin poder explicarles porqué en el momento. Lo cierto es que pierden más de cinco minutos hablando por radio con Wayne diciendo que no puede explicarlo, pero que deben hacerle caso, cuando, en realidad, podría haberlo explicado en esos cinco minutos de idas y vueltas innecesarias.
Además, los personajes son bastante estereotipados. Wayne es el jefe borracho y sospechoso, que nadie quiere ni soporta pero que, lamentablemente, parece tener siempre la razón en todas sus locas ideas, mientras que Isabel es un personaje vapuleado por los deseos de los otros, ya sean los de Wayne, los de Lalo o los de su novio Boyd. Su “oscuridad”, además, mencionada hasta el hartazgo en la serie, no pasa de algunos abusos de sustancias que no le traen demasiados problemas, pero no vemos mucho más.
Sin dudas, a El Candidato le faltó un poco para terminar de convencernos. Los mejores episodios son los dos últimos, donde, por fin, tenemos algunas resoluciones y algo de acción policial. La serie deja la puerta abierta para una segunda temporada, con los jugadores en nuevas posiciones de poder, pero repitiendo el esquema de persecución. ¿Es necesaria una segunda temporada? Tal vez, con menos episodios, y centrándose específicamente en la trama policial, pueda funcionar.
