El de La Sirenita es uno de los mejores live actions de Disney hasta el momento – The Little Mermaid
The Little Mermaid (La Sirenita) live action une a generaciones enteras.
Mucho se ha dicho de la nueva adaptación de Disney de animación a live action de The Little Mermaid (La Sirenita): el color de piel de Ariel, el aspecto de Flounder y Sebastián… todo. Por eso Rob Marshall decide hacer caso omiso a las opiniones y seguir su propio instinto cinematográfico.
Probablemente no estamos frente al mejor live action de Disney, pero The Little Mermaid (La Sirenita) sí es uno de los mejores, y aunque tiene muchos puntos a favor, también hay algunos detalles que, aunque no me gustaron tanto, tampoco hicieron que la odiara, todo lo contrario: esta versión estaba escrita en las estrellas del destino para ser concebida tal y cómo está.
Esta reseña no sería mía sino le dejo parte de mí y, debo confesar que le tenía mucho miedo a este live action. The Little Mermaid (La Sirenita) de 1989 es la primera película de la que tengo memoria que vi en el cine con mis padres a la edad de seis años. La versión animada significa mi entrada a mi pasión por el cine y creo que también para muchos de los que están leyendo esta reseña; por lo tanto pueden suponer que seré muy exigente con esta nueva versión de Robert Marshall y no estoy dispuesto a regalarle mi opinión.
Los puristas que son fans del cuento original de Hans Christian Andersen podrán decir que la historia es un relato nórdico de leyendas sobre las sirenas y sí, les doy toda la razón, pero entonces tampoco podríamos aprobar la primera adaptación de Disney de finales de la década de 1980 porque recordemos que Andersen deja que la sirenita se vuelva espuma de mar, por lo tanto nunca se queda con el príncipe Eric. Eso dice el cuento. Por lo tanto tampoco la versión que todos queremos encajaría en los parámetros de una fiel adaptación.
Ahora bien, tengamos en cuenta que Andersen escribió el cuento en 1837 y fue hecho principalmente para ser adaptado a un ballet estilo El lago de los cisnes. De ese texto han derivado diversas adaptaciones, una de ellas este live action que respeta su propio origen animado pero no es una calca fiel, cosa que juega mucho a su favor. El director Robert Marshall sabe lo que tiene en sus manos, lo respeta pero no quiere perder la oportunidad de hacer su propia versión, y lo logra muy bien.
Algo que me encantó es que la película de principio a fin tiene su propio estilo y música. Alan Menken colabora de forma extraordinaria con Manuel Lyn Miranda y complementan lo que ya conocemos con nuevas adiciones musicales que no solo afirman al soundtrack, sino también los mundos de Ariel y Eric. Esta nueva concepción de todo lo que en la versión animada encaja perfecto porque es una caricatura, de no haber sido trasladado al live action como lo está, se vería demasiado campi y hasta ridícula. Robert Marshall trabaja muy bien los escenarios para que parezcan en su conjunto un reino debajo del mar y no una Atlántida hecha de oro. Todo está perfectamente aterrizado para que luzca lo más real posible sin perder de vista la fantasía.
Esta nueva versión tiene a Ariel y Eric como dos príncipes adolescentes, cada uno en su mundo. Por un lado Eric tiene a su madre que lo prepara para que sea el Rey que debe ser, y Ariel la una princesa del mar. Ambos, con imposiciones, requisiciones sociales y políticas, están forzados a cumplir expectativas impuestas, y esto es un contexto que creo que le viene muy bien a los personajes. Pienso que esto vuelve a la cinta mucho más cercana al mundo real; deja de ser solamente un cuento de hadas más. También proporciona un contexto personal e íntimo a la atracción que a primera vista Ariel tiene por Eric: no es solamente el físico, también conecta de forma ideológica con él por ser ambos hijos de las realezas destinados a algo más grande y que ambos rechazan. ¡Muy bien por este punto!
Mucho se ha hablado de los colores para las criaturas del mar y para las sirenas que son hermanas de Ariel. En mi opinión todo este tema ha sido exagerado en las redes sociales. Ok, Flounder no es el pez gordito pachoncito que nos gusta, pues acá es un pez tal cual, y Sebastián es un cangrejo, pero cierra, que es todo sí es más real. Ambos son adorables y no demerita su propio humor. Como menciono más arriba, el director trata que lo que se pueda ver exuberante y exagerado luzca adecuado sin perder la idea de fantasía de que estamos viendo un relato sobre el crecer y madurar. El cuento de La Sirenita es una prosopopeya, una figura literaria en la que a los animales se les atribuyen cualidades humanas, y ahora siguen siendo eso: animales que dan una enseñanza.
Quisiera profundizar mucho más en varios temas y tratarlos de convencer que The Little Mermaid (La Sirenita) es un gran live action que merece ser visto por los que amamos la versión animada y también las nuevas generaciones. Halle Bailey sin dudas es la mejor Ariel que pudo tener esta nueva adaptación: canta impresionante, tiene carisma, es hermosa… Logró conquistarme por completo.
The Little Mermaid (La Sirenita) es una nueva adaptación no solo del cuento sino también del clásico de Disney que añade algo que no esperas: corazón, un alma que encaja perfecto para unir generaciones enteras.