La serie argentina de HBO, El Jardín de Bronce, está llegando al final de su segunda temporada y ha contado una nueva búsqueda, luego de que al finalizar la primera temporada, tras diez años, Fabián Danubio recuperara a su hija Moira, revelando una historia llena de secretos y mentiras que su esposa se había llevado a la tumba.
La nueva temporada retomó algunos aspectos de la novela en la que se basa la serie que habían quedado fuera en la primera entrega, como todo lo acontecido con Moira durante su cautiverio, además de lanzar a Fabián como investigador privado, tras los pasos de su amigo Doberti.
Esta segunda entrega fue excelente. La búsqueda estuvo centrada en Martín Cosme, un joven hijo de un barrabrava que lleva seis meses desaparecido cuando nosotros volvemos a reencontrarnos con Fabián. Su madre, Andrea, es quien lo contacta para pedirle ayuda, tras enterarse de cómo Fabián recuperó a su hija.Danubio finalmente acepta ayudarla porque quien se encargaba del caso era Doberti, quien murió en la primera temporada rastreando a Moira.
La búsqueda de Martín Cosme se torna en seguida en un pozo macabro del que aún hoy, a un episodio del final, parece que todavía no vimos el fondo. No solo es el complejo entramado de corrupción entre la policía y las barrabravas, sino también una organización de “piratas del asfalto”, delincuentes que roban camiones con mercadería importada, y una red de pornografía infantil que los involucra a todos los anteriores.
Con mucha más acción que en la primera entrega, la segunda temporada de esta serie argentina nos mantiene al filo del asiento. Fabián se obsesiona con el caso, con la colaboración de Blanco y de nuevos rostros policiales en los que nos costará mucho confiar.
Como si esto fuera poco, además, Moira tiene que adaptarse a su nueva vida, dejando atrás recuerdos terribles de aislamiento y violencia. Maite Lanata brilla interpretando a esta joven tan frágil por momentos, tan oscura y tan misteriosa por otros. Moira y Fabián deberán, juntos, intentar encontrar un punto de encuentro, algo que no será fácil porque la niña deberá sacudirse primero todas las costumbres aprendidas en diez años con su captor y Fabián, por su parte, deberá dejar atrás el resentimiento tras descubrir que Moira no es su hija.
El caso de Martín Cosme, además, servirá como vía de escape para Fabián, que muchas veces se sentirá agobiado por una hija que buscó hasta el cansancio por diez años y que, cuando encontró, no le dio el reencuentro idílico que él esperaba.
De cara al último episodio, nos preguntamos no solo si es posible que Martín Cosme sea encontrado con vida, sino también si existe una posibilidad de que Fabián pueda construir ese punto de encuentro con su hija, donde ambos puedan sanar.
Todavía no sabemos si habrá tercera temporada de El Jardín de Bronce, pero sí podemos afirmar que esta serie de HBO es una joya que ha crecido muchísimo en esta segunda entrega. No nos sorprendería si un nuevo caso aterrizara en las manos de Fabián Danubio.