Sin lugar a dudas, El Presidente fue una de las series más esperadas de este año. La producción original de Amazon Prime Video que tiene como showrunner a Armando Bo, ganador del Oscar por el film Birdman, quien también oficia de guionista junto a Mariana Levy y otros, es un relato descarnado sobre lo que todos conocimos como el FIFA Gate.
La nueva serie de Amazon desnuda el escándalo más grande del fútbol con mucho humor
Como dijimos en nuestro artículo anterior, el principal punto fuerte de El Presidente es su protagonista: Andrés Parra le da vida a Sergio Jadue y lo convierte en una figura carismática. Ese hombre que viene desde lo más bajo del fútbol chileno y comienza a ascender en el poder a una velocidad increíble combina la frescura y la ingenuidad de quien es nuevo en todo el asunto con una ambición desmedida. Parra se luce, a pesar de ser colombiano, como esta figura tan pública de Chile y es maravilloso ver cómo a lo largo de los 8 episodios ese Jadue sorprendido y alegre por sus triunfos se va oscureciendo hasta ya, en los últimos capítulos, estar fuera de control.
La elección de poner a Jadue entre dos figuras femeninas poderosas también es muy interesante. Nené, particularmente, la esposa de Sergio Jadue interpretada por Paulina Gaitán es, quizás, el otro gran personaje del show. Nené funciona como el motor que impulsa a Sergio constantemente, manteniéndose como el hombre (en este caso, la mujer) detrás de la cortina. Ella es quien digita y presiona a Jadue para continuar ascendiendo. Es una fuerza insaciable que llena la pantalla en cada escena en la que aparece.
El otro gran detalle de la serie es Julio Grondona, quien no solo fue quien apadrinó a Jadue enseñándole todo para que pudiera crecer en el medio, sino que también oficia como narrador. Si en algún momento la narración constante se torna algo pesada, esto termina dándose vuelta cuando Grondona se torna en una suerte de narrador poco confiable que modifica el relato a favor del show. La obscenidad de todo lo que rodea al FIFA Gate nos hace olvidar de que se trata de un caso real y la serie juega muy bien con eso.
Es justamente este despilfarro de corrupción lo que hace que el tono satírico que tiene El Presidente funcione. El fútbol es un circo, un espectáculo, montado por unos señores adinerados que se llenan los bolsillos con la pasión de multitudes y que no conocen ningún límite. No hay forma de ocultar lo burdo de todos sus crímenes y la serie lo usa a su favor. Sin duda, El Presidente es entretenidísima en el mejor sentido de la palabra: más allá de la indignación que este caso puede generar, la serie logra divertir a sus espectadores y hacerlos reír amargamente.
Para los que somos fanáticos del fútbol, ver El Presidente nos hará preguntarnos por qué sentimos tanto por este deporte, aún sabiendo el enorme negocio en el que se ha convertido a lo largo del tiempo, aún cuando todo parece estar digitado de antemano para hacer ricos a unos pocos que comercian con nuestra pasión. Sin embargo, por esta misma razón, creo que es material obligatorio para todos nosotros: no hay forma de no meterse de lleno en esta historia que nos toca en lo que más nos gusta.
