Élite demuestra con su quinta temporada que llegó el momento de su final

Desde 2018 Élite se convirtió en uno de mis placeres culposos dentro del catálogo de Netflix. ¿Por qué? Para empezar por ser una historia de adolescentes en la preparatoria que se involucran en un asesinato, siendo esta premisa la que se repite cada temporada. Pero todo este extraño amor y fascinación se ha revertido con la llegada de la quinta temporada, misma que presentó una vez más la misma premisa de un asesinato final, con giros verdaderamente inverosímiles, sello de la misma serie, pero que por primera vez es aburrida, cosa que no había sido parte de la serie.

Porque Élite podía tener puntos buenos y los malos, ya bien remarcados, pero jamás aburrida.

La temporada comienza con el regreso a clases después de las fiestas navideñas. Hay que recordar la muerte de Armando de la Ossa, un hombre de negocios que tenía tratos poco éticos con Benjamín, el nuevo director de Las Encinas. Los chicos han seguido su vida tras la partida de Guzmán y Ander, quienes han dejado el colegio, el cual ahora se ha vuelto casi en una prisión con nuevas reglas que nadie entiende, como si Benjamín se hubiese convertido en Dolores Umbridge del mundo mágico de Harry Potter. La policía sigue investigando la relación del personal y alumnado del colegio con la desaparición de Armando; esto pone muy nerviosos a Samuel y Rebe, principales involucrados, y también a Benjamín, que sabe que existe un lazo que podría culparlo a él directamente.

Chicos nuevos se incorporan al colegio, sin muchas explicaciones, y comienzan a enredarse en el drama juvenil lleno de amores, decepciones, fiestas, drogas y un sinfín de emociones, mismas que al final de la temporada sirven de poco o nada para el drama criminal que se nos presenta temporada a temporada.

Todo esto al mismo tiempo que luchan por salir libres del asesinato de Armando, ya que su cuerpo sale a flote y por primera vez toman la decisión correcta: llamar a la Guardia Civil. Este punto es tal vez un poco gracioso, porque esa toma de conciencia es orillada por el mismo Omar, quien en una línea les hace ver lo inverosímil que es toda la serie: les dice que son unos críos y que no pueden encargarse de un muerto. Es tal vez la línea más sensata de toda la temporada. Pero a pesar de eso, siguen metiéndose en problemas por descubrir la verdad sobre Benjamín.

Entremos en materia y hablemos sobre la introducción de los nuevos personajes, ya que nunca se explica con mucho detalle su existencia dentro de la historia, en especial para el personaje de Isadora (Valentina Zenere), quien comienza a involucrarse y defender a Phillipe de las acusaciones de hostigamiento sexual sin conocerlo. Incluso el mismo personaje no entiende el propósito de esta chica de origen argentino. Un poco mejor lo hacen con Iván (André Lamoglia) y su padre Cruz Carvalho (Carloto Cotta), quienes serán importantes en la vida y el drama de Patrick. Pero con quien de plano olvidan el propósito de su inclusión dentro de la historia es con Bilal (Adam Nourou), un chico negro de clase baja que es ayudado por Omar debido a la situación en la que se encuentra, señalando que está siendo extorsionado por delincuentes, historia que nunca aporta a la trama, al igual que la presencia del personaje. Incluso hace que Omar vuelva a perder el tiempo en pantalla que había ganado: tal parece que sin su relación con Ander, el personaje deja de ser importante para la historia. Ah, y también con la psicóloga escolar, de la cual se me ha olvidado su nombre, hecho que determina también su nula importancia.

Durante al menos 4 de los 8 episodios de la serie la mayoría de los personajes viven los mismos momentos: desde el ir a la escuela, estar en la misma fiesta, ir a una subasta, o incluso ir al mismo autocinema a ver un ciclo de Pedro Almodóvar. ¿Será acaso que no hay más actividades en la capital española? Tal vez esto solo sirve de pretexto para crear situaciones donde los personajes puedan crear vínculos, los cuales al final no sirven para nada, porque de alguna forma parece que aún así no se conocen. En cada uno de estos eventos vemos cómo todos tienen sexo, se drogan, se pelean, hacen y deshacen con todo y a la mañana siguiente existe una culpabilidad moral por parte de casi todos, la cual siempre van pregonando que no existe, traicionando de esta forma la esencia de cada uno de los personajes y de la misma serie que desde su primera temporada dejó en claro la libertad sexual y la de pensamiento que posee esta nueva generación.

Si bien tampoco logran ser historias redondas, existen dos que se acercan a ser lo mejor de esta quinta entrega. Por un lado tenemos a Cayetana, que de a poco la vemos cada vez más lejos de Phillipe; incluso llega a entender sus malas decisiones sin nunca olvidar el daño que le hizo. Esto mismo la lleva por otro camino, siendo al final obligada a salir de la zona de estancamiento en la que se encontraba para seguir su sueño y a la vez poder ser ayuda de Isadora, quien vive una experiencia similar a la suya. Y lo más importante, alejarse de todo el drama criminal. Del otro lado tenemos a Patrick y su relación con Iván y Cruz, padre e hijo. Patrick se encuentra obsesionado por su nuevo compañero, quien le ha dado muestras de una sexualidad ambigua, pero debido a una decepción y sin pensarlo, termina enrollado con el padre de este. Este hecho propicia que ambos personajes descubran una parte de su sexualidad jamás explorada hasta que conocieron a Patrick, un joven con libertad sexual y hasta de amar. Como trama es buena, pero hay momentos en que su narrativa tira al melodrama exagerado con el único punto de crear tensión, ya que el resto de la historia no logra el peso necesario.

La quinta temporada de Élite logra que ninguno de los personajes, incluso los más antiguos de la serie, importen en una trama donde la repetición ya muestra el cansancio de la historia, misma que ha quedado abierta para una sexta entrega, la cual ya es oficial y que debería que ser la última, de forma definitiva. Los mismos protagonistas han tomado la decisión de salirse, como es el caso de Omar Ayuso, quien recientemente lo anunció por Instagram. Claro que todo se hubiese evitado con el final de la tercera temporada.

Veremos si todo este desarrollo llega al menos a buen puerto sin mostrar otro asesinato más.