Dan Berk y Robert Olsen parecen ser la nueva promesa direccional de comedias de terror de este nuevo cuarto de siglo que comenzamos. Un tándem que en lo particular es inesperado pero, también efectivo al combinar el humor negro, mucha sangre y heridas.
Por eso, Novocaine: sin dolor con Jack Quaid
Muchas veces la comedia puede ser un medio para hacer crítica desenfadada a la sociedad, la política y por medio de la sátira o el sarcasmos poder sacar algunas quejas ahí. También la comedia sirve mucho para tocar temas sensibles que muchas veces son tabúes que no se logran superar del todo. Pero hay la comedia que no sirve para nada de lo anterior y que invita al espectador solo a reírse de situaciones de la vida real pero que bajo el discurso del género se puede llevar adónde sea.
¿Qué es Novocaine?
Un hombre introvertido y apacible nace con un extraño trastorno genético que le hace inmune al dolor físico. Cuando su nuevo interés romántico es tomado como rehén en el atraco a un banco, su aflicción se convierte en su superpoder.
Un gamer adulto encapsulado en una sucursal de banco como ejecutivo que tiene una afección peculiar de no sentir ningún tipo de dolor. No puede comer sólidos porque puede cortarse la lengua mientras mastica, se puede quemar las manos con aceite y no siente nada, hasta ha llegado a pensar que no puede sentir un orgasmo. ¡Cargando todo esto Jack Quaid es un genio!
Hago esta anotación al principio porque muchas veces las comedias son llevadas por varios personajes y aunque, sí tenemos villanos y personajes secundarios rescatables, Nate Cain en la piel de Jack Quaid encuentra a su actor perfecto, pero también carga con toda la película con un talento inigualable. La comedia podría haber sido cualquiera otro actor cómico, incluso muchos de los que ya conocemos, pero la naturalidad de Quaid y su capacidad física es de no creerse. ¡El tipo es formidable!
Ahora bien, seguramente se estarán preguntando si vale la pena pagar un boleto de cine por esta película: ¡definitivamente sí!
La película tiene una historia sencilla sobre chico está enamorado de chica y está se encuentra en peligro y él debe rescatarla. Es muy simple y hasta cliché, pero lo que me hace valorarle como una buena comedia son los golpes de realidad dentro de su propia ficción que quiere mostrar al espectador para que este entienda que, aunque estamos bajo la seguridad del género, nadie está a salvo, incluso el protagonista. Esto es gracias a los excelentes villanos, en los cuales no se ahonda mucho pero que resultan efectivos para el giro argumental del clímax de la historia y de la vida Nate Cain.
Celebro que nos estemos librando de esas zonas seguras en las las comedias ya caían en el absurdo de incluir humor negro, sangre y referencias inapropiadas a sus argumentos. Estábamos cayendo en el abismo de lo políticamente correcto. Novocaine se brinca esto y nos entrega una comedia desparpajada, absurda pero extremadamente divertida.
Por medio del dolor físico, no del protagonista sino de el espectador, el guion es atrapante casi de forma inmediata y te envuelve en lo inverosímil que puede ser la peculiar enfermedad de Nate. Jugando en ese campo de lo raro y casi imposible, esta comedia te vende situaciones humanamente insoportables e irreales pero, lo compras por dos simples razones: la actuación de Jack Quaid y su historia cliché.
“Novocaine: Sin dolor” es de esas comedias que te harán no querer ver pero que tampoco dejarás de reír. El body horror es lo menos cuando te duele el estómago de la risa. ¡Jack Quaid es dolorosamente divertido!
“Yo vi tres luces negras” es una oscura y reflexiva historia sobre la muerte, el duelo con guion inteligente que mezcla realismo mágico con un contexto político social violento y agreste. ¡Un logro latinoamericano!
