7 enseñanzas para la vida que aprendimos volviendo a ver la cuarta temporada
Cada vez falta menos. No vemos la hora que sea Domingo 14 de Abril y que HBO nos dé la posibilidad de ver la octava temporada de Game Of Thrones para que nos alegremos y, a su vez, lloremos ya que sabemos que es la última.
🙁
Desde el lunes que venimos repensando las temporadas de la serie desde el eje de lo que deja una ficción como esta en nuestro día a día. Hoy seguimos con esa temática y por eso en este artículo te refrescamos qué 7 enseñanzas para la vida puedes llegar a aprender si vuelves a ver la cuarta temporada de GOT.
1 El dicho lo grafica muy bien: quien ríe último, ríe mejor. Oberyn Martell había derrotado a La Montaña en el Juicio por Combate y pecó de soberbio. Lo cierto es que hoy el Clegane malo sigue entre nosotros y el bailarín de Dorne no.
2 Puedes encontrar un amigo en tu peor enemigo. ¿Acaso la relación entre Arya y El Perro no fue exactamente eso?
3 Nunca maltrates a una mujer, menos aún si esto afecta a una que más que poder tiene vida: con ustedes Olenna, la verdadera asesina de Joffrey.
4 La verdad, aunque duela, es lo mejor que se puede decir, SIEMPRE. Tyrion, en su discurso final en pleno juicio, lo hace, sin importar las consecuencias.
5 Quien acepta su error es una persona madura. El caso de Jorah, quien es descubierto como un ex espía de Robert Baratheon para seguir a Daenerys, es un caso perfecto. Si bien ella lo destierra, él acepta su falencia y trata de enmendarla.
6 La familia no se elije, y muchas veces hay que aceptar que los componentes de la misma pueden llegar a dañarse entre ellos, teniendo que elegir alejarse. Si bien lo que hizo Tyrion con su padre es algo ya extremo, la idea ronda por ahí.
7 El amor de una pareja no muere nunca aunque haya una desaparición física. ¡Ygritte, no merecías ese destino!