Ben Stiller en la dirección, Del Toro en la actuación: éxito total

La nueva miniserie de Ben Stiller y Showtime parece estar pasando sin pena ni gloria entre tantas producciones destacadas que hemos visto en esta última mitad de año. Sin embargo, detrás de ella ha existido una profunda y rigurosa investigación de casi un año que llevó al actor de Zoolander y al equipo a lo profundo de uno de los pueblos más lúgubres del norte de Nueva York. Hablamos de Dannemora, una pequeña ciudad en la frontera entre Estados Unidos y Canadá que es conocida por ser la sede de la penitenciaria de máxima seguridad de Clinton, famosa por sus elevados números de suicidios. Allí mismo, dos presidiarios condenados por asesinato decidieron darse a la fuga en 2015 gracias a la complicidad de una trabajadora. Un escape casi de película que acaparó todos los titulares y hasta fue comparado con la fuga de The Shawshank Redemption, la exitosa novela de Stephen King llevada al cine en 1994.

A tres años de la increíble historia del escape de Dannemora, la pantalla chica ha decidido narrar su historia a través de un drama de 8 episodios protagonizado por las estrellas Benicio del Toro, Paul Dano y Patricia Arquette.

La miniserie sigue los pasos de David Sweat (Dano) y Richard Matt (Del Toro), dos asesinos convictos que trabajan juntos en el taller de costura de la prisión a cargo de Joyce “Tilly“ Mitchell (Arquette), una mujer desganada que lleva adelante un matrimonio infeliz con uno de los guardias del correccional. La vida monótona de Tilly comienza a cobrar otro sentido cuando se involucra en un triangulo sexual con Sweat y Matt, quienes ven en esta mujer vulnerable la cómplice perfecta para escapar hacia la inalcanzable libertad.

Mientras que Sweat parece ser un joven errante y sensible, que intenta huir de los problemas y encuentra en Tilly una especie de contención casi maternal, el personaje de Del Toro representa el típico peso pesado de los dramas presidiarios. Un hombre astuto, manipulador, que conoce el mundillo de los barrotes como la palma de su mano y utiliza su talento para el arte y su simpatía con los trabajadores de la prisión para obtener todo tipo de favores.

Aunque ciertamente Escape at Dannemora no representa una innovación en el género, cabe destacar que tanto el pueblo donde reside la acción como el personaje de Tilly son quienes marcan la diferencia. Esta pequeña ciudad fría y desolada donde casi la totalidad de su población se dedica a trabajar en la cárcel, se alza como un protagonista más de la historia. La locaciones reales y la excelente fotografía refleja un poco esa sensación de desesperanza e inamovilidad que emana de las calles y los edificios en ruinas de este pueblo que parece perdido en el tiempo.

La Tilly de Arquette es una clara representación de esta sociedad rural descolorida. La impactante transformación física de la actriz se encuentra en sintonía con el perfil psicológico de esta mujer desgastada de su propia vida rutinaria, cuya única distracción consiste en ir a mirar documentales de guerra a la biblioteca popular junto a su conformista esposo.

Escape at Dannemora es una ficción hiperrealista, cuyo interés principal reside en la psicología de cada personaje y no tanto en la espectacularidad de la fuga. Recomendable para todos los amantes de este tipo de historias de cárceles, que disfrutarán con las fascinantes actuaciones de un elenco de primerísimo nivel.