Esmeralda Soto: “Los (casi) ídolos de Bahía Colorada es como unos tostilocos, picante y con mucho sabor”
La carismática actriz nos cuenta sobre la nueva producción de Netflix y más.
Buena vibra y alegría es lo que siempre transmite la actriz mexicana Esmeralda Soto (La flor más bella) con ese carisma que la caracteriza. Esta vez formó parte de Los (casi) ídolos de Bahía Colorada, una producción de Netflix llena de sabor y color, que entona con su personalidad. El filme, ópera prima del cineasta Ricardo Castro, se une también al propósito de resaltar al mundo la belleza de México– en este caso de Mazatlán– tras el estreno de Que México se vea, disponible en dicha plataforma. Así que: ¡Viva México!
La película con formato de comedia narra la historia de dos medio hermanos, Romeo (Benny Emmanuel, Chicuarotes) y Preciado (Harold Azuara, Anónima), quienes se reencuentran en Bahía Colorada (Sinaloa) después de la muerte de su padre Valentín, un amante acérrimo de la música y los autos. Por ello, los protagonistas se embarcan en el gran rally de La Bestia para honrar a su fallecido padre y sobre todo dejar atrás sus diferencias.
Primera parada: "cocorchatas"
Esmeralda da vida a Dively, prima de Romeo y amiga de Preciado. Toca en el grupo musical de este último, Lágrimas Norteñas, pues la música es una protagonista más de Los (casi) ídolos de Bahía Colorada, que nos invita a dar una oportunidad a la música de banda y adentrarnos en la cultura sinaloense. No obstante, si hay algo a lo que no podemos resistirnos es a la gastronomía del lugar. En entrevista con Spoiler Time, a Esmeralda se le hace la boca agua al recordar, además de los mariscos, ¡las deliciosas cocorchatas de Mazatlán!
“Me las habían recomendado y quería probarlas, así que pedí un Uber. El conductor se sorprendió al ver que solo tomé el viaje para eso y pues ¡lo invité y terminamos los dos tomándonos una cocorchata!”, ríe a carcajadas con un rostro risueño. “Me encantó estar en un proyecto norteño. Me enamoré de Mazatlán. Lo sentí como una carta de amor a mi familia con esos detalles que solo la gente de allí comprende“, manifiesta con orgullo. Afirma, de hecho, que poner el acento norteño no fue complicado, dadas sus raíces con esas tierras.
"Una energía más tierra"
Lo más retador fue aprender a tocar la guitarra y descifrar las cuerdas de esta. Para ello, se preparó con un amigo, profesor de música, a quien conoció en la escuela de artes donde estudió. “Agradezco a Dively el haberme desafiado a tocar este instrumento”, señala. “La personalidad de ella me la sigo robando. Es el personaje que mete la cuchara para que las cosas sucedan. Las dos compartimos ser pícaras y tiene una energía más tierra, más calmada. Es de las que dice: vamos a tomarnos una caguama y lloremos’”, explica.
“Me encantaría ser su amiga o ¡su novia!”, bromea. “Aunque, pensándolo bien, Dively y yo no funcionaríamos tampoco en una relación. Por ejemplo, a mí no me gusta la cerveza y ella ¡es de caguamas! Está muy enfocada en lo que hace y no sé si habría un espacio para alguien en esa vida tan ocupada. A mí me gusta vivir y no puedo esperar para moverme, sin embargo, ella está feliz viviendo en Bahía Colorada“.
¡Un brindis por la motivación!
No obstante, algo que Esmeralda agradece al universo es trabajar en lo que le gusta y sobre todo con gente increíble. Es, sin duda, un shot de motivación. La artista recuerda una escena que grabó con Benny y enmarca un momento en el que sus personajes están escribiendo una canción. Ahí pudo hablar mucho con él, cantar, netear, reírse y conocer más a un amigo con el que profundizó tanto en el set como fuera de este.
“Siempre pienso que tengo el mejor trabajo del mundo. Volvería a hacer Bahía Colorada cien veces. Estuvo fabuloso y ese cliché de que cuando algo te gusta ni se siente, así es. Todos estábamos emocionados por salir juntos. Se sentía como una familia. Me llevo en el corazón este espacio tan maravilloso y efímero. Me resulta incómodo verme en mis proyectos, pero es importante para detectar áreas de oportunidad y aciertos. Bahía es de las pocas cosas que veo por gusto. Se siente como un nuevo género. La estética es espectacular. Es un trabajo fresco con otro sabor. Defino la película como unos tostilocos, picante con muchos sabores y colores”, expresa emocionada.
La actriz cerrará el 2023 con broche de oro y, al igual que el año pasado con su participación estelar en la cinta Navidad en vivo, estrenará Daily Santa, de la mano de Ana Serradilla.
“Me da risa grabar películas de Navidad en verano, fingiendo que el clima está helado, aunque, no me disgusta la idea de, posteriormente, hacer un proyecto de Mamá Claus“, concluye con una sonrisa de oreja a oreja.